22 Ago Ni mimados ni malcriados: así son en realidad los niños que pasan mucho tiempo con sus abuelos
Eso sí, no hay que abusar de la generosidad de los mayores.
BUENAVIDA – REDACCIÓN
Uno de cada cuatro abuelos españoles dedica entre seis y siete horas diarias a cuidar de sus nietos, según apuntan los datos de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) y los resultados de la Encuesta de Salud, Envejecimiento y Jubilación en Europa (SHARE). Para que se hagan una idea, comparados con los abuelos del resto del continente europeo, los nuestros pasan con sus nietos una media de dos horas más cada día. En el Día Mundial de los Abuelos, repasamos los beneficios que aporta a los nietos tener una estrecha relación con ellos.
Son una tabla de salvación para muchos adolescentes de padres separados
Parece claro que los padres confían en que los más pequeños están en buenas manos con sus abuelos, pero esto no los libra del sambenito de que los miman con exceso y los malcrían. Los dulces a deshoras, que no se respeten los horarios impuestos en las casas de los padres o que los agasajan con regalos son algunas de las quejas comunes. Sin embargo, un estudio de la Universidad de Oxford ha llegado a la conclusión de que lejos de malcriarlos, como dice el cliché, una relación estrecha con los abuelos reporta grandes beneficios emocionales y de estabilidad a los niños.
La investigación, liderada por la profesora Ann Bunchanan, del departamento de Política e Intervención Social de Oxford, analizó el comportamiento de 1.500 niños y descubrió que aquellos que pasan más tiempo con sus abuelos tienen menos problemas emocionales y de conducta. Este vínculo no solo es bueno para los más pequeños. Buchanan apunta a que los adolescentes de padres separados o divorciados salen especialmente beneficiados por este vínculo.
Menos depresión de adultos
El papel que adquiere cada abuelo en la vida de sus nietos es distinto. Ellas, revela el trabajo, se suelen involucrar más en los aspectos educativos de sus nietos, mientras que ellos se vuelcan más en practicar distintas actividades y suelen llevar a cabo una labor de mentorización. «Los abuelos desempeñan un papel fundamental en la educación de los hijos, especialmente en lo que se refiere a la transmisión de enseñanzas y valores», apuntan desde la SEGG y aclaran que se trata de «una pieza clave para el mantenimiento y la integración familiar».
Otro estudio, realizado por el Boston College (EE UU), en el que se analizaron datos recogidos entre 1985 y 2004 de 374 abuelos y 356 nietos adultos, desveló que las personas que tenían buenas relaciones y lazos más estrechos con sus abuelos tenían menores posibilidades de padecer síntomas de depresión y, en general, eran más felices.
Para los abuelos también es bueno, pero no hay que pasarse
No solo los nietos tienen unas vidas más plenas gracias a la figura de sus abuelos. Estos también obtienen beneficios de esta relación: «Les ayuda combatir la soledad, les hace sentir más vivos y útiles, les ayuda a mantener una buena forma física, les proporciona un mejor rendimiento cognitivo y se sienten más integrados», explica la SEGG. Aunque alertan de que no hay que abusar de la bondad de los abuelos.
Uno de cada cuatro abuelos dedica su día a día a cuidar de sus nietos, pero solo el 12%, según una encuesta de la fundación de servicios funerarios, Mémora, elige cuándo quieren quedarse con ellos. Se encargan de llevarlos y recogerlos de las guarderías y colegios. De hacerles la comida, la merienda y la cena. Y, en algunos casos, hasta de meterlos en la cama. Un trabajo a tiempo completo que puede degenerar en «estrés, angustia y en la sensación de exceso de responsabilidad por llevar a cabo acciones que no les corresponden», aclara Josep París, experto en enfermería geriátrica de la fundación Mémora.
«Es necesaria una política de conciliación laboral para que el peso de los complicados horarios de los padres no recaiga sobre las abuelas, que suelen ser las que se hacen cargo de los nietos en un porcentaje mucho mayor que los abuelos», aclaró, al ser preguntado por EL PAÍS, el presidente de la Unión Democrática de Pensionistas (UDP), que se dedica a defender los derechos de las personas mayores.
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