08 Ene ‘Mírame, soy visible’, la exposición que visibiliza la violencia de género en mujeres mayores.
Diferentes testimonios muestran la soledad e incomprensión que sufren muchas de ellas.
María Bonillo
La Fundación Pablo VI (@fpablovi) acoge hasta el próximo 20 de diciembre la exposición Mírame, soy visible, que pone rostro y voz a mujeres mayores, víctimas de violencia de género, a las que acompaña y asiste la Fundación Luz Casanova (@F_LuzCasanova) a través de diferentes proyectos.
La muestra interactiva invita a abrir unas ventanas y descubrir los rostros y las historias que se ocultan detrás: las de mujeres mayores de 60 años que han sufrido durante años. El «drama de la violencia de género contra mujeres mayores», es el centro de esta exposición en la que el público encontrará fotografías de diferentes mujeres mayores.
«Las estás viendo, pero durante muchos años estas mujeres fueron invisibles. Su contexto social, su ambiente, su familia no supo mirarlas y descubrir la violencia que estaban sufriendo, durante décadas, por parte de sus maridos o parejas. Una violencia que muchas mujeres mayores siguen padeciendo y que puede darse a distintos niveles: económico, ambiental, físico, psicológico, sexual, estructural y social«, señalan desde la web de la Fundación.
La educación que se les dio a muchas de estas mujeres es una de las «barreras» que es necesario derribar, aseguran desde la Fundación, pero es solo una de las muchas razones que contempla esta exposición a lo largo del recorrido y que explica por qué en ocasiones les resulta tan difícil a estas mujeres mayores salir de una situación de maltrato.
La exposición está compuesta de tres partes que comprenden las dos plantas del Instituto León XIII de la Fundación Pablo VI, en Madrid. La entrada es libre de lunes a viernes, de 12:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 19:00 horas, y los sábados y domingos de 10:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 19:00 horas y la visita incluye la posibilidad de recorrer la muestra con una audioguía que permite conocer más a fondo las historias y testimonios de las personas a las que asiste la Fundación Luz Casanova.
Estos testimonios muestran la soledad y la incomprensión que sufren muchas de estas mujeres, incluso dentro de sus propias familias y círculos cercanos: «Mi hija no me comprende y piensa que me quejo de todo» o «Yo le contaba a mi madre cuando era joven que las cosas no iban bien, pero ella siempre me decía: Hija tienes que aguantar«, son algunos de ellos.
La falta de comprensión «deriva, en la mayoría de las ocasiones, en el silencio. La mujer opta por convertir la violencia que sufre en un secreto«, explican, lo que a su vez complica que puedan acabar con la relación que tienen con su agresor.