31 Oct María José Abraham: “El envejecimiento es aún más complicado en el ámbito rural”.
La Fundación Edad&Vida celebra los días 19 y 20 de octubre el II Foro de Envejecimiento, un encuentro que busca soluciones a los retos que supone el envejecimiento de la población. Ya han agotado todas las entradas, pero los interesados aún se pueden inscribir para recibir toda la información de un seminario imprescindible para comprender el futuro de nuestra sociedad.
¿En qué consiste el II Foro de Envejecimiento de Edad&Vida que tendrá lugar en Madrid los días 19 y 20 de octubre?
El Foro de Envejecimiento es la continuación de las jornadas virtuales que iniciamos durante el COVID, que nos demostraron el desconocimiento que había en la sociedad y en el sector empresarial de los cambios que se avecinan con el envejecimiento de la población.
A diferencia del Congreso de Edad&Vida, buscamos centrarnos en las necesidades de los baby boomers, que van a entrar en una etapa de jubilación y, a pesar de ello, hay desconocimiento sobre sus necesidades.
¿Cómo se estructura el Foro de Envejecimiento?
Se divide en dos días, con una primera jornada centrada en los retos económicos asociados al envejecimiento; por ejemplo, pensiones. Vamos a contar con la visión del Banco de España para abordar los retos económicos de una población cada vez más envejecida, y no solo a nivel de pensiones, sino de descenso de la productividad porque los mayores tienen asociada la carga de otros mayores, en muchas ocasiones. Las personas de 50 y 60 años cuidamos a nuestros mayores y eso provoca que, en ocasiones, tengamos que ausentarnos de nuestros puestos de trabajo.
Además, vamos a introducir dos novedosos conceptos. Uno es el Dividendo de la Longevidad, que es un estudio británico llamado ‘Salud es igual a riqueza’, y que en España es la Fundación Edad&Vida quien colabora en su difusión.
¿Qué dice este estudio?
Básicamente, que Europa va a ser un continente extremadamente envejecido y donde el Estado de Bienestar va a sufrir muchos cambios. Si las personas que van a formar parte del colectivo de personas mayores no producen, el Estado de Bienestar será complicado que se mantenga. Lo que hace el estudio es abogar por invertir en prevención para que las personas de mediana edad, de 50 a 65 años, lleguen a mayores de la mejor manera posible, de manera que las enfermedades y dependencias se retrasen lo máximo posible. Es un concepto novedoso del que todos somos conscientes, pero hacía falta materializarlo.
Además, también vamos a presentar un estudio propio de la Fundación Edad&Vida, realizado junto a Iñaki Ortega y patrocinado por Almagro Capital, con el que buscamos conocer el nivel de conocimiento financiero de las personas mayores, que en algún momento quizás necesitarán complementar su pensión. Se busca ver qué productos se les puede ofrecer, y si están en condiciones de entenderlos. Es un tema muy novedoso.
¿Y qué veremos en la segunda jornada del Foro de Envejecimiento de este año?
Tendrá un enfoque más social, con la presencia del secretario de Estado para el Reto Demográfico, a quien hemos pedido una conferencia inaugural que ponga sobre la mesa los retos que supone el envejecimiento de la población, ya no solo en las ciudades, sino también en el ámbito rural. Las personas quieren envejecer en sus domicilios, pero la falta de recursos lo hace más complicado que en las ciudades. El envejecimiento es aún más complicado en el ámbito rural para algunos colectivos. Hay mayor vida saludable, pero cuando aparece la dependencia es más complicado.
También habrá espacio para hablar de la salud de las personas mayores.
Sí, hablaremos del calendario de vacunación de las personas mayores, con vacunas que previenen o atenúan enfermedades. Pero en las personas mayores no están estandarizados los calendarios, como sí sucede con los niños, y creemos que debería estarlo para mejorar su calidad de vida.
También hablaremos de envejecimiento activo y saludable, y temas de diversidad generacional en las empresas, un tema del que hemos realizado varios estudios en Edad&Vida porque, si queremos que las personas mayores estén activas, hay que flexibilizar las condiciones de trabajo y sensibilizar a los empresarios de que las personas mayores de 55 años están capacitadas para trabajar y se pueden adaptar perfectamente a los entornos de las empresas.