Maneras de viajar… con discapacidad o movilidad reducida

Maneras de viajar… con discapacidad o movilidad reducida

Una solución es el servicio gratuito que ofrece Renfe de la mano de Atendo, para que personas con discapacidad y movilidad reducida puedan viajar con seguridad.

GEMA CARRASCO

Valvanera Cuenca tiene 71 años y una ligera incapacidad móvil. Esta malagueña suele visitar una o dos veces al año a su familia de Madrid. Hace tres años se encontró con un absurdo contratiempo en uno de sus viajes. Un familiar la condujo hasta la estación de Santa Ana en Antequera para ayudarla a subir las maletas. Sin embargo, mientras se estaba acondicionando en el asiento, el tren arrancó con su acompañante en el interior, quien llegó hasta la siguiente parada en Córdoba, donde finalmente su marido pudo recogerla.

Tras este dislate, Valvanera y su familia decidieron buscar una solución y encontraron el servicio gratuito que ofrece Renfe de la mano de Atendo, para que personas con discapacidad y movilidad reducida puedan viajar con seguridad.

Gracias a esta asistencia, Valvanera puede seguir viajando anualmente sin depender de terceros. Está muy contenta por el trato tan cercano que le brindan los trabajadores en todo momento, desde que la recogen hasta que la dejan. Además, durante la espera la acompañan a tomar algo o a dar una vuelta por las instalaciones, transportan su maleta y la trasladan al interior del tren dejándola a su aire, una vez que está acomodada. Atendo es fundamental para ella porque «ayuda a las personas a que puedan valerse por sí mismas».

Valvanera se beneficia así de un sistema pensado para personas mayores con baja movilidad, pero también a los que van en silla de ruedas (plegables o no), a personas con ceguera, sordera, discapacidad cognitiva, discapacidad temporal, recién operados, embarazadas, mujeres con bebés y carritos.

España es uno de los países europeos mejor adaptados en lo referente a accesibilidad para personas con movilidad reducida y organizaciones como Fundación ONCE o CERMI colaboran en lograr que cada vez más ciudades supriman las barreras de accesibilidad. Muchos detalles pasan desapercibidos para la sociedad, pero para los usuarios con alguna discapacidad son fundamentales. A la hora de cruzar un semáforo, algo tan simple como el sonido acústico que te indica que puedes pasar ayuda a muchos invidentes a pasear sin depender de nadie y en los pasos de peatones, los cambios de rugosidad con aceras abotonadas delimitan el tramo por donde se puede cruzar la calle.

Incluso, a día de hoy, existen guías municipales de playas accesibles donde los usuarios de este servicio pueden llegar a primera línea con relativa facilidad. Para ello, ya existen rampas de acceso conectadas a las pasarelas que llegan a la orilla.

Daniel coordina el servicio de Renfe encargado de aportar soluciones. «Yo mismo llevo 30 años en silla de ruedas debido a un accidente de tráfico y soy consciente de la realidad. España ha dado un gran salto cualitativo y, legislativamente, somos pioneros en Europa, pero aún nos queda mucho por hacer». Daniel organiza las incidencias desde el teléfono 917744040 y asegura que no hay un solo caso sin atender. «En una ocasión tuvimos una persona con una discapacidad química, de tal manera que era alérgica a las toallitas que se reparten, al aire acondicionado, a los desodorantes de la tripulación? y aun así viajó ida y vuelta Valencia- Madrid». El servicio ayuda a personas con discapacidad durante el tránsito, embarque y desembarque. Gestionan incidencias y buscan soluciones. «Entre nuestros clientes tenemos gran variedad de personas», asegura Daniel, «desde la duquesa de Alba cuando aún vivía y gustaba de viajar en tren, pasando por raperos como El Langui, actrices como Gemma Cuervo, políticos como Duran i Lleida, que se rompió una pierna esquiando, y docenas de personas que necesitan asistencia ferroviaria. Daniel sabe cuál es el valor social de este servicio: «Nuestro compromiso es con la discapacidad, y la discapacidad no es una característica de la persona, sino una referencia». «En este sentido, mi trabajo es muy gratificante. Hemos encontrado a personas que tenían alzhéimer, ayudado a quien tras un ataque epiléptico había perdido la memoria y fue trasladado a la puerta de su casa. Una Nochebuena, un hombre con discapacidad auditiva llegó a la estación y el último autobús que salía hacia su pueblo había partido. Nosotros pusimos los medios para que pudiera llegar y celebrar a tiempo una fecha tan señalada. Velamos por no dejar desamparadas a las personas mayores y a las que, de manera habitual o temporal tienen dificultades.»

www.lne.es/asturias/2017/07/26/maneras-viajar-discapacidad-o-movilidad/2140538.html