06 Oct Madres solas: más paro y más riesgo de pobreza
Madre entre 36 y 45 años, divorciada, con un hijo, estudios secundarios y que comparte vivienda para ahorrar, perfil de este segmento de población
EUROPA PRESS – MADRID
El desempleo afecta con mayor intensidad a las mujeres al frente de una familia monoparental ya que, si el 22% de las mujeres se encuentra desempleada, a cifra se eleva hasta el 53% en el caso de las que encabezan una familia monoparental, según se desprende del V Informe #MonoMarentalidad y Empleo elaborado por Fundación Adecco.
El estudio –que basa sus conclusiones en una encuesta a 500 féminas en esta situación– destaca que 7 de cada 10 mujeres al frente de una familia monoparental lleva más de un año sin trabajo y un 18% está en búsqueda de su primer empleo.
El perfil de estas mujeres es el de madres entre 36 y 45 años, divorciada, con un solo hijo, estudios secundarios y que comparte vivienda como medida de ahorro. En este sentido, el informe detalla que mientras un 60% vive sola con sus hijos, 4 de cada 10 convive con otras personas; un 60% con sus progenitores y/o otros familiares, un 30% con amigos u otros y un 10% con otras familias en esta situación.
Según el director general de la Fundación Adecco, Francisco Mesonero, estas mujeres «encuentran dificultades para acceder a un empleo que se adapte a sus necesidades familiares y tienen que hacer frente a prejuicios y estereotipos relacionados con su menor compromiso, por el hecho de ser madres solas».
«Sin embargo, y precisamente por esta razón, su motivación y esfuerzo acostumbran a ser dobles, pues necesitan trabajar para sacar adelante a los suyos y por eso mismo no fallan», asevera.
La Fundación Adecco hace hincapié en la importancia de que estas mujeres encuentren una jornada que se adapte a las circunstancias personales y recuerda que muchas de ellas necesitan trabajar a tiempo parcial para poder compatibilizar su empleo con la maternidad, pues el pago de guarderías/cuidadores no queda cubierto con el salario que reciben. En otras ocasiones, buscan trabajar a tiempo completo pues cuentan con apoyo familiar para el cuidado de sus hijos, pero no consiguen un contrato que cubra esta necesidad.
En este punto, el estudio revela que un 65% de las encuestadas encuentra dificultades para compaginar su faceta profesional con el cuidado de los suyos, por lo que demandan más medidas de conciliación.
El documento también constata que el empleo se convierte en una «variable determinante» para superar el riesgo de pobreza o exclusión y señala que el porcentaje de mujeres que dispone de menos de 600 euros al mes se eleva al 67% cuando están desempleadas y cae hasta el 35% cuando tienen empleo.
En el caso de la situación económica de los hogares monoparentales encabezados por una mujer, el estudio indica que casi la mitad (47%) dispone de menos de 600 euros al mes para sacar adelante a los suyos.
RIESGO DE POBREZA
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, los hogares monoparentales en España continúan incrementándose: el año pasado lo hicieron en un 8,1%, hasta alcanzar los 1.897.500, de los cuales un 81,3% están encabezados por la figura materna. Sin embargo, como alerta Fundación Adecco, en tiempos de recuperación económica, estas familias encuentran más dificultades para acceder al mercado laboral, hacer frente al pago de la vivienda y otros gastos fundamentales.
Fundación Adecco también hace alusión a la tasa de personas en riesgo de pobreza, que continúa en máximos históricos con un índice del 22,1%, un 0,1% menos que el año anterior, cifra que se eleva hasta el 28,8% entre los menores de 16 años.
Por comunidades autónomas, Andalucía y Murcia son las más afectadas, con una tasa del 35,7% y el 31,8%, respectivamente, frente a Navarra (9,6%) y País Vasco (10,6%), las regiones con menor incidencia de pobreza.
Uno de los indicadores que se emplea para calcular esta tasa es los ingresos: percibir menos de 7.961 euros en hogares unipersonales o menos de 16.791 en unidades compuestas por una pareja y dos niños, se consideraría por debajo del umbral de la pobreza. Así, los hogares monoparentales están especialmente expuestos a esta situación.
«Estimular el empleo de las mujeres al frente de una familia monoparental no sólo les beneficia a ellas como profesionales, sino al conjunto de la sociedad, pues además de avanzar hacia la inclusión, se apoya a un grupo tan vulnerable como es la infancia, que representa el futuro del país: los hijos de estas familias corren un riesgo mucho mayor de sufrir pobreza que sus coetáneos, con lo que básicos como la educación o su salud se ven seriamente comprometidos. Ello puede conducirles, a su vez, a una futura exclusión laboral», concluye Mesonero.
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