Los tres primeros años de vida, clave para establecer hábitos saludables

Los tres primeros años de vida, clave para establecer hábitos saludables

LAURA TARDÓN – MADRID

Desde que nace hasta que es autónomo. Los primeros 1.000 días de vida de un niño son muy importantes para establecer hábitos saludables y reducir así la tasa de enfermedades como la obesidad. Este periodo es perfecto para inculcar a los más pequeños herramientas preventivas. La primera gran regla de oro en la alimentación: una dieta variada. Como señala José Manuel Moreno, médico adjunto especialista en Pediatría en el Hospital 12 de Octubre de Madrid, hay que olvidarse de las cantidades y prestar más atención al tipo de alimentos que se les ofrece. Así lo apunta durante unas jornadas sobre ‘Hábitos Saludables: su impacto en calidad de vida, salud y bienestar’, celebradas en la Asociación de la Prensa de Madrid y patrocinadas por Danone, Grupo IFA, Nestlé, Zumosol y con la colaboración de Rodilla.

Los padres tienden a «considerar que sus hijos comen poco y que a más cantidad, mejor. No les preocupa tanto la variedad y este es uno de los errores más frecuentes», explica el experto. Y además, cuesta que cale en la población. Desde hace años, «se sigue creyendo que estar más hermoso equivale a estar mejor». Nada más lejos de la realidad.

Como consecuencia, quizás se insiste mucho en terminar un filete de carne, aunque sea a costa de la fruta que corresponde al postre. En este sentido, el especialista destaca otro de los fallos en la alimentación de los menores de tres años: el exceso de proteínas. Para evitarlo, habría que cambiar algunas costumbres. Por ejemplo, en lugar de ofrecer carne con pasta, elaborar pasta con carne como guarnición, reducir el consumo de carne y recordar más frecuentemente las sopas, las verduras, las legumbres… En cuanto al pescado, agrega el pediatra, «yo recomendaría tres veces por semana, y de carne cuatro». No es necesario más.

Lo ideal sería que el niño consumiera cinco raciones entre frutas y verduras cada día. En su dieta también es básico el aporte de calcio a través de lácteos. «Cada vez los niños toman menos productos de este tipo», subraya Moreno. «Según varios estudios, alrededor del 5% no ingiere leche y hasta un 15% de adolescentes no toma lácteos». El calcio es necesario para construir el esqueleto. Conviene recuperar la pirámide alimentaria y «enseñar con el ejemplo a nuestros hijos».

El pan es otro de los alimentos cuyo consumo se ha reducido. «Si antes la media al día estaba en 130 gramos, ahora en 30 gramos. Debería haber pan en las comidas principales». Los hidratos de carbono son fundamentales para el rendimiento cognitivo.

En cuanto a la forma de cocinar, José Manuel Moreno señala que «los fritos deben ofrecerse en contadas ocasiones, cuidando la calidad del aceite y no reutilizarlo». Lo mejor son los guisos, los alimentos cocidos, el horno…

Este pediatra apunta otro de los errores más frecuentes relacionados con la alimentación. «En demasiados casos no se dedica tiempo a comer, y se hace con pantallas, televisión y móvil». La compañía también es clave. Como argumenta Moreno, «varios estudios afirman que comer en familia reduce el fracaso escolar, la depresión y los trastornos alimentarios». Es la mejor forma de mejorar la calidad de la dieta, reducir el sobrepeso y mejorar los resultados educacionales y sociales.

Entre otras recomendaciones, el especialista recuerda la importancia de no saltarse las comidas, de reducir el consumo de cómida rápida, evitar las bebidas carbohidratadas y dejar las golosinas sólo para los cumpleaños.

Los ponentes de la conferencia ‘Hábitos Saludables: su impacto en calidad de vida, salud y bienestar’ están de acuerdo. «Tener salud implica gozar de un bienestar general, tanto físico como psíquico o social, y es en la infancia donde se van modelando las conductas que dañan o benefician la salud. Educar a los niños en hábitos saludables desde temprana edad es la medida preventiva más eficaz para mantener la condición de salud a lo largo de toda la vida». En España, «casi la mitad de los niños tienen sobrepeso, por lo que resulta necesario adquirir buenos hábitos en alimentación, hacer deporte de forma regular y abandonar el sedentarismo». Está comprobado que la promoción de hábitos de vida saludable puede reducir la incidencia de trastornos y enfermedades prevenibles, responsables de un número considerable de las muertes que se producen en el mundo.

www.elmundo.es/salud/2015/11/18/564c7c7de2704eaf798b45d1.html