04 Jul Los semáforos son muy cortos para los mayores
Según un estudio, no poder cruzar la calle reduce su interacción con los otros
Cristina de Martos | Madrid
Como conductores, muchas veces nos desesperamos ante un semáforo en rojo mientras esperamos a que la gente cruce. Impaciencia que aumenta cuando la luz ha cambiado y aún hay algún peatón en el paso de cebra. Esta situación es frecuente y sus protagonistas, casi siempre, son personas mayores. La explicación, apunta un estudio británico, es lógica: el muñeco verde no luce el tiempo suficiente para las personas con una marcha lenta.
«La velocidad de 1,2 metros por segundo asumida como la ‘normal’ es la que se utiliza internacionalmente como base para establecer los tiempos en los pasos de cebra», señalan los responsables de esta investigación en las páginas de ‘Age and Ageing’. «Sin embargo, estas normas no son representativas de la población que utiliza los cruces de peatones», añaden.
Las personas mayores son usuarios habituales de los pasos de cebra y, como varios estudios han comprobado ya, estos no están pensados para ellos. El trabajo presentado ahora por expertos del Departamento de Epidemiología y Salud Pública del University College London indica que, efectivamente, los mayores de 65 años no caminan lo suficientemente rápido como para cruzar sin agotar el tiempo que está el semáforo en verde.
De los 3.145 partipantes del estudio, el 76% de los hombres y el 85% de las mujeres tenían una velocidad de la marcha inferior a 1,2 metros por segundo. La velocidad media se situó en 0,9 m/s para ellos y 0,8 m/s para ellas y, además, los autores observaron que el 93% de las mujeres y el 83% de los varones tenía alguna alteración de la marcha, dificultado aún más la tarea de atravesar la calle.
Laura Asher, que ha dirigido el estudio, y sus colegas, han solicitado que se revise la duración de los semáforos porque la actual «excluye a la mayor parte de la población mayor». Por un lado, ayudaría a evitar atropellos, en los que un alto porcentaje de las víctimas supera los 65 años, aunque estos son menos frecuentes en los pasos de cebra. Pero sin duda, facilitaría que las personas mayores realizaran uno de los pocos ejercicios que suelen hacer: caminar por la ciudad.
«Andar es una actividad importante para las personas mayores ya que les proporciona una actividad física regular y beneficios directos para la salud», señala Asher. «No poder cruzar la calle puede disuadirles de la idea de caminar, reduciendo su acceso a los contactos sociales y a la interacción con otros, a los servicios de salud y las tiendas, que son importantes en el día a día», concluye.
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