10 Dic Los profesionales de accesibilidad universal creen que España “tiene mucha legislación” pero el “problema” es “que se aplique”.
España “tiene mucha legislación” en materia de accesibilidad, pero el “problema” es “que se aplique”, al igual que ocurre con el régimen sancionador.
2024. Discamedia
Servimedia
Así se puso de manifiesto durante el diálogo sobre ‘Longevidad y accesibilidad: creando espacios para todas las edades’, celebrado en Servimedia, que fue moderado por su director general, José Manuel González Huesa, y que contó con la participación de Óscar García, miembro de la Asociación de Profesionales de Accesibilidad Universal (Asepau); Rosa Regatos, miembro del Centro de Referencia Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas (Ceapat); la presidenta de la Comisión Longevidad Empoderada y Participativa de la PMP, Cristina Rodríguez; y el profesor titular en la Universidad Politécnica de Madrid y experto en accesibilidad, Miguel Ángel Valero.
En el transcurso de su intervención, Óscar García juzgó “importante” contar con una “legislación fuerte” y se mostró convencido de que España “tiene mucha legislación”, pero “el problema es cómo conseguir que se aplique” y que, “en un momento dado, se sancione”, una “cuestión” que también consideró “importante”.
Con todo, aseveró que “podemos tener mucha legislación, pero cómo vas a exigirla si la gente no la conoce”. “Mucha gente tiene mucho desconocimiento”, abundó, para, a continuación, preguntarse por qué las administraciones “no están actuando” e imponiendo sanciones ante posibles incumplimientos de la norma.
En este punto, abogó por “vincular” la accesibilidad “a bienestar y calidad de vida”, convencido de que “eso es, precisamente, lo que permitirá que se extienda y se instaure de una manera natural y que todo el mundo la asimile”.
HACE 50 AÑOS, EL CINTURÓN DE SEGURIDAD
“Hace 50 años, con los cinturones de seguridad había quien se reía”, denunció, al tiempo que se preguntó quién, en la actualidad, compraría un coche sin cinturón de seguridad, cuando ya disponen de “asistencias a la conducción, porque quieres ir seguro”, lo cual, dijo, “es un plus, un valor añadido”.
“Eso es en lo que se tiene que convertir la accesibilidad, en algo que venga de serie, que refuerce el bienestar y la calidad de vida”, puntualizó.
A este respecto, advirtió de que en España alrededor del 20% de la población es mayor de 65 años y que, “contando” la población con discapacidad, que es en torno al 8%, “estamos hablando de más de un cuarto de población que puede tener, de forma inmediata, necesidades de accesibilidad”.
En este contexto, urgió a “concebir ya, de una vez por todas, la accesibilidad como algo que se debe tratar de forma global”. “La accesibilidad no es una herramienta, un ‘gadget’, un parche; se trata de un concepto general que se tiene que gestionar y que afecta a todas las dimensiones, física, sensorial y cognitiva”, prosiguió.
EXIGIR DERECHOS
En la misma línea, Rosa Regatos admitió que, con el marco normativo con el que cuenta España, le “duele” tener que “seguir hablando de sensibilización”, cuando, a su entender, lo que hay es que “exigir los derechos”. “Tú tienes unos derechos, se tienen que cumplir y, efectivamente, tendría que haber un régimen sancionador que realmente se aplicara”, dijo, en consonancia con lo expresado por García.
En este sentido, Valero hizo hincapié en el concepto de “accesibilidad transversal”, que debe estar presente “en tu día a día, en el hogar, en el transporte, la salud, la educación”, que “impulsa nuestra participación y mejora nuestra longevidad”. “No solamente desde el punto de vista de esperanza de vida, sino de capacidad funcional”, sentenció.
DISCAPACIDAD
De otro lado, Cristina Rodríguez manifestó que, al igual que las personas con discapacidad “han hecho muchísimo por la accesibilidad”, según su punto de vista, “es el momento” de que las personas mayores también hagan “mucho por la accesibilidad como derecho, como bienestar, como mejora para todas las edades”.
En paralelo, teniendo en cuenta la “heterogeneidad enorme de situaciones que hay”, reconoció que, “por supuesto que la discapacidad y la inclusión son derechos que hay que defender y que hay que proteger”, pero también, “catalizadores de nuevas ideas”.
SOLEDAD NO DESEADA
Por lo que se refiere a la soledad no deseada, valoró cómo la propia accesibilidad «puede prevenir el aislamiento y la soledad», sabedora de que la accesibilidad «es un derecho» y la falta de ella, «una discriminación».
Bajo su criterio, «la pregunta sería qué podemos hacer desde la accesibilidad y desde el diseño de la ciudad, del entorno, de la vivienda» contra la soledad no deseada. «Y podemos hacer tecnológicamente muchísimas cosas, arquitectónicamente muchísimas cosas», deslizó.
En paralelo, Rosa Regatos explicó que el Imserso está elaborando un documento contra la soledad no deseada en el cual «se quieren establecer pautas a tener en consideración». «Este enfoque del diseño para todas las personas, que incluye todas las edades, las experiencias previas, el conocimiento, la formación», añadió, convencida de que, «cuando lo tenemos en cuenta desde el principio, el enfoque es mucho mayor».