Los otros síntomas de la enfermedad de Parkinson.

Los otros síntomas de la enfermedad de Parkinson.

Este lunes,11 de abril se conmemora el Día Mundial del Parkinson, la segunda enfermedad neurodegenerativa con mayor incidencia a nivel mundial, después del alzhéimer, que afecta a más de 7 millones de personas en todo el mundo. En España, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), unas 150.000 personas padecen esta enfermedad.

ABC Salud

Enlace noticia original

Cada año unos 10.000 españoles empiezan a desarrollar los síntomas de la enfermedad de Parkinson, sin embargo el hecho de que en España exista un retraso de entre 1 y 3 años en el diagnostico, hace se estime que más del 50% de los nuevos casos que han debutado en el último año estén aún sin diagnosticar.

«A pesar de los avances que se han dado en este campo, el diagnóstico de la enfermedad de Parkinson es fundamentalmente clínico. Cuando los pacientes presentan algún tipo de alteración motora -principalmente se tiene en cuenta la presencia de temblor en reposo, rigidez muscular, inestabilidad postural y/o bradiquinesia, que es la lentitud motriz e incapacidad para realizar movimientos delicados- no sueñen producirse retrasos importantes en el diagnostico», señala Diego Santos, Coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la Sociedad Española de Neurología.

Sin embargo, se sabe que cinco, o incluso diez años antes de estos síntomas motores, los pacientes pueden presentar alteraciones no motoras relacionadas con la enfermedad, como la degeneración cognitiva, depresión, alteraciones del sueño, pérdida del olfato, trastornos gastrointestinales.

Además, existen otros síntomas, como los trastornos del sueño o del olfato, el estreñimiento, la fatiga, que incluso pueden aparecer antes que los problemas con el movimiento.

Y, recientemente, una investigación de la Universidad Queen Mary de Londres, cuyos resultados publicó la revista « JAMA Neurology», apunta a dos nuevas señales de alarma temprana: la pérdida de audición y la epilepsia

En este sentido, con motivo del Día Mundial del Párkinson, la Federación Española de Párkinson (FEP) y sus asociaciones han puesto en marcha la campaña La Otra Cara del Párkinson, con el objetivo de desmitificar la imagen errónea que existe sobre la misma, combatiendo el estigma social, los prejuicios y estereotipos que la rodean.

El párkinson es una enfermedad comúnmente asociada al envejecimiento de la persona y a la creencia de que el temblor es el síntoma que más representa el párkinson. Sin embargo, 1 de cada 5 personas tiene menos de 50 años en el momento del diagnóstico, y un 30% de las personas no llegan a desarrollar nunca el temblor.

«Con la campaña La Otra Cara del Párkinson queremos mostrar las diferentes caras de la enfermedad de Parkinson, la de la mujer joven, la persona que no tiembla o que sigue trabajando a pesar de la enfermedad, o las cuidadoras. Son algunos de los rostros más desconocidos de la enfermedad», explica Alicia Campos, directora de la Federación Española de Párkinson.

El párkinson es una enfermedad comúnmente asociada al envejecimiento de la persona y a la creencia de que el temblor es el síntoma que más representa el párkinson.

La Otra Cara del Párkinson pretende cambiar la imagen que se proyecta de la enfermedad, mostrando las caras reales de las personas que conviven con el párkinson en diferentes momentos vitales o con diferentes síntomas. «A mí me diagnosticaron el párkinson porque tenía un trastorno del sueño en fase REM, además de esto no tengo ningún síntoma de movimiento, ni temblores en las manos, y eso le hace a mi círculo más cercano extrañarse de que yo tenga esta enfermedad», explica Antonio Calderón, uno de los protagonistas de la campaña.

Marta es otra de las protagonistas de la campaña, ella es la cara visible de las mujeres jóvenes en esta campaña: «Hace 9 años que tengo párkinson y siempre he querido ser madre. Los médicos siempre nos han dicho que no sabían qué podía pasar con el párkinson y el embarazo. Por fin encontré a una doctora que me estuvo ayudando todo el camino y actualmente tengo un niño de un año y medio precioso y sano».

La campaña lanza además un mensaje de empoderamiento hacia el colectivo de personas con párkinson, haciendo hincapié en la posibilidad de continuar manteniendo una buena calidad de vida tras el diagnóstico. Como en el caso de Gladys, una ecuatoriana que lleva 7 años conviviendo con la enfermedad y que explica que «con pequeñas adaptaciones y el apoyo de mi entorno cercano, he podido seguir trabajando y haciendo mi vida».

«Teniendo en cuenta que un 30-40% de los pacientes con párkinson no presentan temblor y que en un 40% de los casos su primera manifestación es la depresión, puede ser complicado identificarlo de forma temprana e incluso difícil de diferenciar de otros síndromes parkinsonianos en los primeros estadios de la enfermedad. En la SEN estimamos que hasta un 24% de los casos diagnosticados recientemente como enfermedad de Parkinson, tienen en realidad otro síndrome parkinsoniano», señala Diego Santos.

En todo caso, puesto que la enfermedad de Parkinson es un trastorno degenerativo progresivo, independientemente de cuales sean los primeros síntomas, los motores se terminan por hacer visibles en casi la totalidad de los pacientes: las fluctuaciones motoras se hacen presentes en hasta el 80% de los pacientes antes de los 5 años del inicio de los síntomas y, los movimientos anormales e involuntarios, antes de los 7 años.

El envejecimiento es el principal factor de riesgo de padecer la enfermedad y su incidencia y prevalencia aumentan exponencialmente a partir la sexta década de vida, pasando a afectar hasta un 2% de los mayores de 65 años y a un 4% de los mayores de 80. Por esta razón, es una enfermedad que con más frecuencia se da en países con mayor esperanza de vida y uno de los trastornos neurológicos que mayor crecimiento ha tenido en el mundo, tanto por el aumento de la esperanza de vida, como por los avances diagnósticos y terapéuticos que ha experimentado esta enfermedad. Por esa razón, la SEN estima que, en España, el número de afectados se triplicará en los próximos 30 años.

El envejecimiento es el principal factor de riesgo de padecer la enfermedad y su incidencia y prevalencia aumentan exponencialmente a partir la sexta década de vida.

«En todo caso, aunque la mayoría de los casos se presentan a partir de la sexta década de vida, no es una enfermedad exclusiva de personas mayores. Aproximadamente un 15% de los casos actualmente diagnosticados en nuestro país corresponden a personas menores de 50 años, es lo que denomina como ‘Parkinson de inicio joven», concluye Diego Santos.