Los mayores de 55 años son los que más sienten que su hogar es un reflejo de su identidad.

Los mayores de 55 años son los que más sienten que su hogar es un reflejo de su identidad.

Así afectan las características de nuestro hogar a la salud, según un estudio de IKEA.

María Bonillo

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El hogar es mucho más que unas habitaciones decoradas, de hecho, cuando este refleja la identidad de las personas que viven en él, puede incluso ser beneficioso para su salud. Así lo ha determinado un nuevo estudio de IKEA (@IKEASpain) en el que detallan qué es lo que se necesita para hacernos sentir como en casa.

Para esta investigación, escucharon a más de 37.000 personas durante el año pasado, que vivían en casas de todas las formas y tamaños en 37 países, según explican en el informe. «Nos llamó la atención las formas únicas en las que vive la gente, y descubrimos que cuando el hogar brilla con personalidad, la vida puede sentirse mucho mejor para todos los que viven allí», señalan.

Así, los resultados de esta investigación muestran que es más probable que nos sintamos bien con el hogar que refleja nuestra personalidad, sin embargo, no todos llegamos a hacer este ejercicio y experimentar su correspondiente beneficio.

«A muchos de nosotros nos encanta pasar tiempo en casa. Es un lugar donde podemos ser nosotros mismos, extraños y maravillosos. Durante muchos años, en IKEA, hemos estado explorando qué crea la sensación de hogar«, explican, algo que se reduce a unos aspectos esenciales, como son seguridad, pertenencia, comodidad, propiedad, privacidad, disfrute y logro. «Pero dondequiera que vivamos, existe una brecha persistente entre lo que queremos de nuestro hogar y lo que realmente proporciona«, añaden.

De hecho, «en el mejor de los casos», el hogar llega a ser un «espejo de nuestras identidades», lo que significa que cuando observamos nuestra casa, vemos reflejada nuestra personalidad única, lo cual «es bueno para nosotros». En concreto, cuando esto ocurre, tenemos 1,5 veces más probabilidades de sentirnos más positivos.

En este sentido, 6 de cada 10 personas consideran que sus hogares son un reflejo de su identidad, siendo mayor el porcentaje (66%) en las personas mayores de 55 años y en las mujeres (62%). Pero no todos consiguen sentirse así, además, también hay que tener en cuenta las personas con las que vivimos, ya que esto afectará nuestras prioridades y puede llegar a provocar tensiones en el hogar.

El valor de las posesiones y las personas con las que vivimos

Para aquellos que viven solos, con familiares o compañeros de piso, las posesiones que han comprado ellos mismos son especialmente importantes; mientras que la pareja o los hijos resultan ser lo principal para las personas que viven con ellos. Y en cuanto a los hermanos, tener espacio para sus necesidades e intereses es lo más relevante.

Para el 42% de los participantes, sus posesiones era lo que hacía que su hogar reflejase su identidad, más que las personas con las que vivía. Además, 1 de cada 3 personas considera que sus posesiones les ayudan a rememorar recuerdos y experiencias, convirtiéndose en algo importante para hacer que sus casas reflejen quiénes son.

Sin embargo, estas posesiones a veces se convierten en fuente de tensión en el hogar. La acumulación de objetos, el desorden y la limpieza impide que nuestra identidad se refleje correctamente. En este sentido, destacan que 4 de cada 5 personas se siente frustradas habitualmente por el aspecto del hogar, el 25% de las veces debido al desorden y la falta de limpieza. Y son mayoritariamente las mujeres (56%) quienes más se quejan a nivel mundial de las tareas domésticas como una de las principales frustraciones en el hogar.

Tener espacio para nuestras necesidades e intereses es igualmente importante para que el hogar refleje la identidad, según el 40% de los participantes. Pero no es solo espacio lo que se necesita, sino que las habitaciones de la casa cumplan múltiples funciones y tengan un propósito, ya que las habitaciones con demasiados usos o ninguno se convierten en otra fuente de frustración. De hecho, 1 de cada 3 personas considera que en su hogar ideal aprovecharía mejor el espacio. Pero también necesitamos espacio para tener un buen equilibrio entre privacidad y compañía, sin embargo, solo el 41% cree que su casa lo permite.

«No se puede negar que cuando nos sentimos bien en casa, nos sentimos mejor preparados para enfrentar lo que se nos presente en el resto de nuestras vidas. Independientemente de con quién vivamos, dónde vivamos y para qué necesitemos nuestros hogares, todos tenemos derecho a sentirnos como nosotros mismos en nuestro propio hogar», concluyen.



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