02 May Las residencias de la Diputación de Segovia aplican el modelo ‘En mi casa’
La institución crea unidades de convivencia en el centro La Alameda, de Nava de la Asunción, y en el de La Fuencisla
EL NORTE – SEGOVIA
El Área de Servicios Sociales y Deportes de la Diputación Provincial tiene claro hacia dónde debe encaminarse el futuro de las residencias de personas mayores y por eso ha decidido adherirse al programa ‘En mi casa’, impulsado por la Junta, con la creación de unidades de convivencia en dos de sus centros, una en la Residencia La Alameda, de Nava de La Asunción, con 13 plazas y otra en el Centro de Servicios Sociales La Fuencisla, con 14 plazas.Cuando desde el Área de Asuntos Sociales y Deportes se elaboró el II Plan Local de Acción Social, vigente para los años 2011-2015, la Diputación de Segovia ya había optado por implantar en sus centros asistenciales este modelo de atención, recalcan fuentes de la institución provincial.
Los técnicos de la Gerencia de Servicios Sociales han visitado ambas instalaciones para comprobar el estado en el que se encuentra el proceso de adaptación, puesto en marcha para convertir los espacios existentes en un lugar propicio para llevar a cabo el principal objetivo de este programa: conseguir crear un verdadero hogar para los residentes.
Obras y formación
En ambos residencias se están realizando obras que permitan esta adaptación, y en paralelo a este cambio logístico se está trabajando conjuntamente en la formación de los profesionales que pasarán a hacerse cargo de las personas que pasen a vivir en estas estancias. Ellos serán los encargados de que los ancianos sientan el centro como su propia casa, ya que estos participarán en las decisiones diarias tales como la decoración que quieren para su habitación o la comida que se servirá cada día, ya que cuentan con cocina propia en la que podrán desempeñar estas labores.
El objetivo primordial es hacer de la vivienda alternativa un lugar grato y confortable, lo más parecido al propio hogar, en el que la persona siga manteniendo el control de su vida, se respeten sus derechos y decisiones, y no se interrumpa de forma brusca su proyecto y modo de vida anterior.
Durante la visita a ambos centros, los técnicos de la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León han mostrado al diputado del Área de Asuntos Sociales y Deportes, Miguel Ángel de Vicente, «su satisfacción por el alto grado de compromiso para poner en marcha este proyecto y también por el avanzado estado de las obras que permitirán ponerlo en marcha cuanto antes. Los técnicos han valorado sobremanera el hecho de que los trabajadores estén siendo formados para desempeñar con todas las garantías su función en estas unidades de convivencia», informa la Diputación.
Prádena, la primera
El Centro de Mayores Prádena Salud ha pilotado este programa en la provincia. El nuevo modelo de atención ‘En mi casa’ se desarrolla en una doble vertiente: los centros multiservicios y las unidades de convivencia. Por un lado, las residencias se convierten en centros multiservicios, que abren su oferta de servicios profesionales a las personas mayores que viven en la zona, con el objetivo de que puedan permanecer en sus domicilios el mayor tiempo posible.
En concreto, se ofrece el servicio de promoción de la autonomía personal, así como de asistente personal, ayuda a domicilio, atención a necesidades urgentes, unidades de convalecencia sociosanitaria e incluso la posibilidad de acudir al centro a tomar un café o a comer, dormir un fin de semana o una semana, permanecer durante el día o solo por la noche, o llevar su ropa a la lavandería del centro. Todo ello, siempre de forma flexible y ajustada a las necesidades de los usuarios.
Por otro lado, cuando los residentes deben permanecer las 24 horas del día en el centro, tienen la posibilidad de vivir en unidades de convivencia estructuradas para aproximadamente 12 personas, con la idea de que sientan la residencia como su hogar. Todo en un ambiente cálido, donde se huye de elementos institucionales, como uniformes, y donde los residentes pueden decorar y personalizar su habitación con sus elementos preferidos.
Respecto a su funcionamiento, el cambio no es solo arquitectónico o ambiental, sino también organizativo. La atención es personalizada y busca la máxima autonomía de la persona mayor. Para lograrlo, los residentes pueden elegir las actividades que realizan, ajustadas a sus gustos o el estilo de vida que llevaban con anterioridad a vivir en el centro; los horarios en los que desempeñan esas actividades diarias (a qué hora se levantan, pasean, leen, se acuestan…); su propia imagen (cómo se visten, se peinan o qué complementos utilizan) y el menú. Así, pueden preparar comidas, lavar la ropa, tejer, cuidar las plantas o incluso gallinas.
Nuevos roles
Los profesionales, por su parte, adoptan nuevos roles. Cada residente cuenta con un coordinador personal de referencia que le presta atención directa y estable, y hace un seguimiento individualizado de sus rutinas y cuidados. Esos profesionales tienen una visión global de la persona mayor, de su historia de vida (quién es la persona, sus capacidades o su modo de vida) y de su proyecto de vida (qué quiere ser y hacer la persona, sus sueños o sus intereses). Y después de recabar toda esa información, elabora un plan de vida de la persona y mantiene informados a los familiares para que estos participen y se impliquen en la atención de la persona mayor.
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