02 Oct «Las personas con discapacidad tenemos que dar más caña»
Amdas La Fonte cumple 12 años en defensa de los derechos de los dependientes
CHELO TUYA / GIJÓN
Fue la primera en no incluir el calificativo de ‘minusválido’ en su nombre. Y la primera especializada en la «doble marginación» que sufren las usuarias de silla de ruedas, muletas o, en general, las que tienen falta de autonomía personal: «discriminadas por mujer y por discapacitadas». Así lo define Sila Murillo, presidenta de la Asociación de Mujeres con Discapacidad, Amdas La Fonte, entidad que cumple doce años como referente en la lucha por la igualdad de derechos entre personas con y sin discapacidad.
Y lo hará con una fiesta mañana, a partir de las 14.30 horas, en el restaurante Las Carolinas, de Talasoponiente. Una comida que reunirá a medio centenar de personas «con cada vez más hombres participando, que es algo que antes no veíamos» y que no servirá, únicamente, como encuentro festivo, sino, también, como precalentamiento de un otoño «lleno de actividades».
Porque la asociación que en Murillo, junto a Mercedes Vieites, Demetria Cueva, Maite Fernández, Olga álvarez, Loli Parajón, Tensi Rama, Tina Alonso y Teresa Lavín, creó en 2001 mantiene una amplia programación «pese a la falta de recursos, ya que cada vez hay más problemas para recibir ayudas y subvenciones, debido a la crisis».
Una crisis que no parará, no obstante, el clásico concurso anual de tortilla en silla de ruedas, que ya es un clásico en la programación invernal de Gijón, ni, tampoco, el taller de baile en silla de ruedas, la novedad de Amdas La Fonte en 2013 que se ha constituido «como uno de los talleres con más demanda. No se trata sólo de pasar el rato, sino que hacemos gimnasia especializada para nuestras dolencias, para respirar mejor y tonificar los músculos».
«Sin dinero para pañales»
Tampoco lo hará el taller de sexualidad, con el que Murillo inculca que discapacidad y sexo no están reñidos, o el de malos tratos, que, financiado por La Caixa, ha sacado a la luz duras situaciones que viven las mujeres con discapacidad a manos de sus parejas o de sus familias.
Y si los talleres continuarán, no lo hará menos la reivindicación. Murillo reflexiona que «las persona con discapacidad tenemos que dar más caña». Entiende que los últimos recortes en materia de salud y dependencia «nos dañan». Por ello, septiembre es la fecha para poner sobre la mesa «los problemas que nos genera el ‘medicamentazo’. Gastamos una media de 20 euros a la semana en fármacos y estamos sin dinero para pañales. Es terrible».
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