02 Oct Las nuevas becas no entienden de discapacidad
Senén Álvarez, un joven de Vilaboa con parálisis cerebral, pierde su ayuda por suspender una asignatura en segundo de carrera
JUAN CALVO
El nuevo sistema de becas del ministro Wert ha dejado sin ayuda a Senén Álvarez Jalda, un joven de 22 años que comienza el tercer curso de Traducción e Interpretación en Vigo. Con un 80% de discapacidad por una parálisis infantil que afecta a su motricidad pero no a su intelecto perdió la beca de 5.000 euros porque no pudo aprobar una asignatura.
La situación de Senén Álvarez Jalda salió a relucir cuando sus compañeros lo pusieron como ejemplo inequívoco de lo mal que está diseñado el nuevo sistema de becas. Fue en una reunión de jóvenes socialistas en Cangas en la que se mencionó que el joven discapacitado Senén Álvarez había perdido la beca. Todos se extrañaron porque lo conocían y sabían que era un muy buen estudiante.
Y, efectivamente, Senén Álvarez es un buen estudiante. Su discapacidad del 80% no le impidió sacar adelante sus estudios, pese a las muchas dificultades con las que se encontró antes y ahora. El joven estudiante universitario comenta que perdió la beca porque tiene una segunda matrícula en una asignatura. Lo reconoce sin rubor, al mismo tiempo que manifiesta que se debe a que su letra es muy deficiente, debido a sus problemas psicomotrices y que su profesora le dijo que lo suspendía porque no entendía lo que escribía. «Debido a mis circunstancias especiales necesito reconocedores de voz, que compré gracias a la beca. Pero cuando tengo que hacer un examen escrito, mi letra es muy mala, porque mis muñecas tiemblan. Mis profesores me dijeron que me suspendieron porque no entendían lo que escribía»
Relata Senén Álvarez que lo que le indigna es que metan a todos en el mismo saco. Explica que siempre contó con una beca de Educación Especial, que no se regía por los baremos de las demás becas, sin embargo ahora el ministro Wert decidió equiparar estas becas a las otras: «Mi discapacidad la padece un 2% de la población, ni tan siquiera al 2% de universitarios. Y así no estamos en igualdad de condiciones. Nosotros tenemos muchos problemas para estudiar. Solo comentar que para que me den una nota tengo que pedir a muchos de mis profesores que bajen a la cafetería, porque no puedo acceder a la mayoría de sus despachos, porque hay escaleras.» Su mayor problema ahora mismo es el desplazamiento al CUVI. Asegura que los autobuses de Vitrasa no están adaptados y mucho menos las lanzaderas al campus, que siempre van llenas de gente. «Me conformaba con que me dieran dinero para los desplazamientos. Me retiran la beca, pero yo tengo el mismo desplazamiento que hacer todos los días», comenta Senén Álvarez, no sin cierta vehemencia en sus palabras, cargadas de indignación por el trato «desigual» de esta política de becas.
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