04 Feb Las experiencias adversas en la infancia tienen graves repercusiones para toda la vida.
Cuanto más numerosos sean estos eventos, mayor será el riesgo de consecuencias negativas, advierten los expertos.
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Una infancia adversa suele perjudicar la situación y la salud de las personas en la edad adulta, especialmente en el caso de las parejas que han tenido experiencias similares, según un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Uppsala (Suecia) al que ha tenido acceso Ep, en el que 818 madres y sus parejas rellenaron un cuestionario un año después de haber tenido un hijo juntos.
«Cuando estudiamos a las parejas en las que ambos declaraban haberlo pasado mal de pequeños, la conexión entre las experiencias negativas de la infancia y una situación de vida relativamente desfavorable en la edad adulta se hizo especialmente clara», afirma Per Kristiansson, principal autor del estudio, que se ha publicado en la revista científica «Plos One».
Las experiencias adversas en la infancia tienen graves repercusiones para toda la vida. Estudios internacionales anteriores han demostrado que conllevan un mayor riesgo de enfermedad y de morir prematuramente por una serie de enfermedades y afecciones comunes. Entre ellas se encuentran las enfermedades mentales graves, el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes. Cuanto más numerosos sean estos eventos, mayor será el riesgo de consecuencias negativas.
Las experencias adversas en los que se centraron los investigadores fueron el abuso mental y físico, la agresión sexual y las situaciones problemáticas en la familia como el comportamiento criminal, el abuso de sustancias, la violencia, los trastornos mentales y las separaciones.
Las malas experiencias fueron comunes entre todos los encuestados, y el 11 por ciento de las mujeres y el 9 por ciento de sus parejas declararon haber tenido cuatro o más eventos adversos de este tipo. En el 2 por ciento de las parejas, ambos individuos relataron al menos cuatro. Si una persona de la pareja los había sufrido, era más probable que la otra también lo hiciera.
Cuanto mayor era el número para la mujer, el compañero y la pareja en conjunto, peor resultaban sus perspectivas en la edad adulta. Varias parejas que habían experimentado muchos problemas en la infancia tenían sorprendentemente más problemas en la edad adulta que las demás.
Este grupo de encuestados, en comparación con las parejas que describieron su infancia como libre de problemas, se caracterizaba en mayor medida por lo siguiente bajo nivel de estudios, bajos ingresos, malas relaciones de pareja, sobrepeso, hábito de fumar en mayor medida, alto nivel de estrés y frecuencia muy alta de ansiedad y depresión.
«El hecho de que las experiencias adversas en los primeros años de vida puedan tener consecuencias tan graves está relacionado con el estrés tóxico grave que afecta al sistema nervioso central y a otros órganos de los niños mientras crecen. El «estrés tóxico» significa una activación fuerte, frecuente y duradera del sistema de respuesta al estrés del organismo. Esto indica que tienen un impacto negativo de gran alcance en la vida y la salud de las personas hasta una edad avanzada, y también pueden afectar a la siguiente generación», explica Kristiansson.