18 Sep La violencia sexual en la adolescencia crece, pero los jóvenes la identifican cada vez mejor.
La mitad de las estudiantes de 12 a 18 años han padecido algún tipo de intimidación sexual.
Carina Ferreras. 07/08/2023
Los peores temores del clásico padre protector de su hija adolescente se cumplen. Ella tiene muchas probabilidades de verse expuesta a comentarios molestos e insultantes y mensajes con contenido sexual y tendrá que hacer frente a proposiciones íntimas indeseadas.
La mala noticia es que estos comportamientos están creciendo y que tiene más probabilidades de que le pase de que no le pase y que eso le lleve a cambiar algunos hábitos. La buena noticia es que los jóvenes cada vez identifican mejor esas acciones como una violencia sexual, algo que no tiene que ver con ellos sino con el otro.
El 75% de los jóvenes a partir de 12 años, según la Encuesta sobre Convivencia Escolar en Catalunya, elaborada por el departamento de Interior y Educación, cree que se viven situaciones de falta de respeto cuando no abusos, generalmente invisibilizados y que, al ser verbalizados y sumados, dan cuenta de la frecuencia e intensidad con la que niños y adolescentes, mayormente mujeres, los padecen.
Los casos se dan en su entorno, dentro o fuera del centro educativo, por compañeros o gente, menores o adultos, fuera de su colegio. Esta percepción de intimidación es mayor entre las chicas (86%) que entre los chicos (65%). Y no es ocasional. La mitad de los encuestados cree que se situaciones de este tipo se dan “con frecuencia” o “con mucha frecuencia”.
Esta es la creencia de lo que ocurre, luego está lo que ocurre. Las principales víctimas tienen nombre de mujer. La mitad de la población femenina de los institutos se reconoce como tal. Pero los hombres tampoco quedan indemnes: uno de cada cuatro chicos también afirma haberse sentido intimidado.
Dos de cada diez niños de primaria dicen haber recibido comentarios o petición de fotos desnudos.
Ya en los últimos cursos de primaria (de 9 a 12 años) se detectan señales de alerta. Dos de cada diez alumnos dice haber recibido comentarios inadecuados (no se especifica el perfil o la edad de los autores). Seguido de la recepción de mensajes con contenido sexual (9 %) y la petición de fotos de desnudos (3,4 %). Cabe señalar que la misma encuesta indica que el 60 % de niños de estas edades tiene móvil lo que podría explicar cómo se cuelan estas peticiones.
Los abusos también aparecen en las respuestas. La inducción del menor a hacer tocamientos no deseados a otra persona es del 2,2 %. En primaria, el porcentaje de niños que se siente agredido es superior al de las niñas.
“Nuestra hipótesis es que puede estar relacionado con su condición sexual lo que indagaremos en próximas ediciones”, sostuvo en la presentación de la encuesta su director Sergi Mosteiro, que indicó que uno de los principales motivos de acoso escolar, tras el aspecto físico, es la orientación sexual.
Violencias sexuales en secundaria: victimización
Y a ti, personalmente, ¿durante el curso pasado o las vacaciones de verano, te ocurrió alguna situación de violencia sexual?
Esos relámpagos de datos en primaria alertan de una tormenta en secundaria. Y así es. Las vivencias negativas aumentan con la edad. Siguen en los chicos (una cuarta parte se siente víctima, especialmente por recibir comentarios y demanda de fotos), pero es abrumador en las chicas. La mitad de las estudiantes de 12 a 16 años se ha sentido agredida de alguna manera. De esa mitad se pasa al 75% de niñas no respetadas entre 16 y 18 años (bachillerato o FP).
Mayormente reciben comentarios sexuales, mensajes, petición de fotos, acercamientos, seguimientos… Esto le ocurre a entre el 30 y el 40% de las adolescentes. Pero también las tocan sin desearlo (20 %), les ofrecen dinero u otros favores a cambio de sexo (al 12,7 %) o, en el peor de los casos, las agreden sexualmente (un 3,3 %).
Entre el 20 y el 40 % reciben comentarios o mensajes sexualizados, seguimientos o tocamientos
Todo ese clima instaura cierto temor en las jóvenes por el que adoptan estrategias de precaución. Por ejemplo, afirman que cambian itinerarios de casa al colegio (el 36 %) o dejan de estar en redes sociales (18 %) para evitar estar expuestas. “Desde pequeñas, las niñas empiezan a experimentar situaciones de victimización y eso marca su experiencia personal como vemos luego en las encuestas de adultas”, explica Alba Alfageme, psicóloga y jefe de gabinete de seguridad y políticas transversales de Interior.
¿Este clima va a mejor, con una mayor educación sexual, o empeora? Respecto a la encuesta de 2016-2017, la violencia ha aumentado en todos los conceptos, y mucho, aunque, según Alfageme pudiera deberse a una mejor identificación de las situaciones por parte de los adolescentes.
Los comentarios molestos han pasado de ser un 13 % al 28% actual. Los mensajes, del 10 % al 24 %, las fotos de desnudos han aumentado del 16 % al 22 %, los acercamientos o seguimientos del 14 % al 20%. Los tocamientos con o sin amenazas se han doblado (del 6 % al 12 %, y del 1,7% al 3,1 %), así como las ofertas de dinero (ahora en el 8 %. Las agresiones sexuales han pasado del 0,6% al 2,5 %.
De hecho, la mejor identificación se observa en las respuestas que dan los adolescentes en las relaciones de pareja, donde, aquí, sí, ha bajado el nivel de agresividad, aunque sigue habiendo un 34 % de jóvenes que mantuvo una relación poco respetuosas.
Los jóvenes creen que ni hay que sufrir por estar con otra persona, ni hay que esforzarse para mantener al otro a tu lado, ni dejar de ver amigos, ni los celos son signos de amor, y tampoco los chicos son violentos porque les provocan las chicas.
De todo ello son conscientes. El único punto “preocupante” en el que están de acuerdo, y más los hombres (con una nota de 6,9) que las mujeres (5,4), es en que “hay también muchas mujeres que agreden a los hombres, pero de eso no se habla” .
Los jóvenes creen que ni hay que sufrir ni esforzarse para retener al otro ni los celos son signos de amor
Cuando se analiza, la realidad, sin embargo, se observa que sigue habiendo intentos de control sobre el otro. A una cuarta parte de los encuestados (chicos y chicas) se les exigió explicar dónde iban, con quién y cómo iban vestidos. Y en torno al 17 % se les controló el móvil.
Ellas, una de cada diez, reciben más coacciones o admiten que “te gritaba, ridiculizaba, humillaba a solas o delante de amigos”. El 8% fue agredida sexualmente y el 4,5 %, físicamente.