01 Nov La UE advierte de que faltan tres generaciones para lograr la igualdad de género.
Un informe del Instituto Europeo de Igualdad de Género considera «insignificante» el progreso en Igualdad alcanzado en el conjunto de la UE entre 2018 y 2019 y advierte que los efectos de la covid-19 podrían incluso revertir los frágiles logros conseguidos desde 2010.
Marisa Kohan
El conjunto de los países europeos sólo avanzó 0,6 puntos en el objetivo de alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres entre 2018 y 2019, una cifra considerada como «insignificante» por el Instituto Europeo de Igualdad de Género (EIGE), organismo de la UE que este jueves hizo público su informe anual Índice de Igualdad de Género. En él resalta que la igualdad avanza a pasos extremadamente lentos, puesto que sólo se mejora un punto cada dos años, lo que implica que al paso actual se necesitarían tres generaciones para alcanzar el objetivo de igualdad plena.
Es más, el informe advierte de que cuando se conozca el impacto real que ha tenido la pandemia de la covid-19, que ha afectado de una forma más importante a las mujeres en casi todos los ámbitos, los logros no sólo pueden ralentizarse, sino incluso llegar a «revertir los frágiles avances» alcanzados es esta materia desde 2010.
«Europa ha logrado avances, aunque débiles, en materia de igualdad de género. Sin embargo, la pandemia de la covid-19 ha provocado que comiencen a hacerse patentes grandes retrocesos. La repercusión económica es más patente en mujeres, mientras que la esperanza de vida de los hombres ha disminuido», afirmó Carlien Scheele, directora del EIGE, quién añadió que «los resultados de nuestro índice pueden ayudar a quienes lideran Europa a abordar los distintos efectos de la pandemia en mujeres y hombres y aliviar el desigual impacto de esta a corto y largo plazo».
El estudio, que mide los avances en igualdad en una escala del 1 y el 100, entendiendo que el 1 es la desigualdad total y el 100 el equilibrio perfecto entre hombres y mujeres, sitúa la media europea en la consecución de este objetivo en 2019 en 68 puntos sobre 100. Por encima de esta media global sólo hay diez países, nueve de ellos con una puntuación superior los 70 puntos. En esta franja se sitúa España, que mejora en 1,7 puntos con respecto al año anterior, alcanzando los 73,7 puntos sobre 100 y se coloca en el sexto lugar del índice. Suecia y Dinamarca son los países con índices de igualdad más altos de toda la UE y Holanda incrementa dos puestos hasta situarse en el tercero. Ligeramente por encima de España se sitúan también Francia y Finlandia.
Un total de 17 países tienen un índice de igualdad por debajo de la media europea, y de ellos diez con marcas inferiores a los 60 puntos. Entre los que tienen un nivel más alto de desigualdad están Rumanía, Hungría y Grecia.
La investigación, realizada con los datos aportados por los Estados miembros de la UE, mide los logros en seis amplias áreas: Trabajo, Tiempo (que mide la repartición de las tareas del hogar y de los cuidados), Poder (que mira la distribución de los puestos de responsabilidad tanto en las empresas como en la representación política), Dinero (que engloba la brecha salarial entre hombres y mujeres), Conocimiento (que incluye la igualdad de acceso a los estudios universitarios y las áreas como STEM – ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y Salud (que mide el acceso a los servicios sanitarios).
España ha avanzado en todos los indicadores en el largo plazo (entre 2010 y 2019), siendo el área más destacada el de la representación de las mujeres en los puestos de responsabilidad, donde avanzó en una media del 24,3 puntos. En el corto plazo, es decir entre 2018 y 2019 del que se ocupa el estudio, nuestro país no retrocedió en ningún indicador, pero hay áreas en las que no se han producido ningún avance o en las que los avances han sido mínimos. Este es el caso en la repartición entre sexos de las tareas del hogar y los cuidados, en donde no ha habido ningún tipo de mejora. Por lo que respecta al acceso a las mujeres a la salud, nuestro país sólo avanzó en 0,2 puntos y en Conocimiento lo hizo en un 0,3. Donde España ha avanzado con más determinación es en la participación de las mujeres en el mundo de la empresa y la política, en donde crece 7,5 puntos, mientras la igualdad en el empleo ha sido solo medio punto superior con respecto al año pasado. Alguna de estas áreas en las que no se ha avanzado podrían suponer importantes retrocesos en el informe de año próximo, cuando se tenga un análisis más profundo de los efectos de la pandemia, advierte el estudio.
Disparidad entre países y entre objetivos
EIGE advierte de que los avances en igualdad presentan grandes disparidades entre países y también entre las áreas que se miden. Si bien los mayores avances en entre el 2010 y 2019 los ha impulsado el incremento de la participación de las mujeres en los los consejos de las empresas y en la participación política, paradójicamente este área es la menos paritaria en el conjunto de Europa, alcanzando solo 55 puntos sobre 100. Esto significa que los enromes avances en unos pocos países hacen incrementar el índice, pero que en muchos de ellos la disparidad sigue siendo abismal. Otros epígrafes, como por ejemplo la participación de las mujeres en la educación o la formación STEM, que es la segunda más baja (62,7 puntos sobre 100), retrocedió 0,1 puntos en conjunto en un año.
El informe hace una llamada de atención sobre la persistencia de la desigualdad de género en los cuidados y las labores del hogar, cuyo índice se sitúa en los 65,7 puntos sobre 100. Sin haber contado aún los efectos que ha podido tener la pandemia, presenta una caída de 0,3 puntos desde 2010 y es el único epígrafe que retrocede por debajo de los niveles que había hace 10 años. «Revela desigualdades de género persistentes y crecientes en el tiempo dedicado a actividades sociales y de cuidado», afirma el informe, que también hace hincapié en el hecho de que la falta de datos hace casi imposible evaluar los últimos avances. Por ello, EIGE planea llenar el vacío en un futuro próximo mediante la recopilación de datos a escala europea sobre el tiempo dedicado a los cuidados no remunerados y las actividades sociales por parte de hombres y mujeres.
Por lo que respecta al indicador de Trabajo, a pesar de tener la tercera puntuación más alta (71,6 puntos), sigue mostrando desigualdades de género en el empleo y profundas divisiones de género en algunos sectores económicos y ocupaciones. Con un aumento de su puntuación de 0,2 puntos en 1 año, y de tan solo 1,9 puntos desde 2010, la igualdad de género en este ámbito sigue siendo un «problema importante» en casi todos los Estados miembros.
El informe resalta que las desigualdades de género en el ámbito del trabajo siguen arraigadas en la UE, donde se reflejan en niveles más bajos de empleo y un mayor nivel de subempleo de las mujeres, así como en la segregación de género en el mercado laboral y desafíos salariales relacionados. Esta diferenciación entre el tipo de trabajo que realizan las mujeres y el que realizan hombres, las mantiene a ellas con niveles más precarios de sueldo y trabajo.
«Las normas y estereotipos de género son pilares clave de las desigualdades de género en el mundo del trabajo, y la distribución desigual del cuidado, la familia y otras tareas domésticas constituye un obstáculo importante para la participación equitativa de las mujeres en la fuerza laboral», advierte el documento.
El área Dinero, que engloba la brecha salarial, tiene una puntuación de 82,4 sobre 100 en este último informe, lo que supone una mejora de casi un punto (0,9) en un año y de 3,3 desde el año 2010. Sin embargo, el avance en algunas áreas, como la reducción del riesgo de pobreza y la igualdad de distribución del ingreso entre mujeres y hombres, en general , ha sido negativo desde 2010. El riesgo de pobreza para las mujeres disminuyó mínimamente entre 2018 y 2019, pero los datos aún no reflejan el impacto de la covid en esta área.
Foco en salud mental y reproductiva
El informe de esta año pone el foco, especialmente, en los vínculos entre salud e igualdad de género, un ámbito que ha cobrado más visibilidad que nunca a raíz de la pandemia del coronavirus. Por ejemplo, las mujeres están sobrerrepresentadas en el sector sanitario y, por tanto, corren un mayor riesgo de contraer el virus. El personal sanitario también ha enfrentado graves problemas mentales durante la pandemia, debido a la sobrecarga de trabajo y ver sufrir y morir a pacientes. Los hombres con covid tuvieron mayor riesgo de hospitalización que las mujeres. Este hecho está relacionado con comportamientos que afectan a la salud y con afecciones preexistentes, como enfermedades cardiovasculares y diabetes, que son más habituales entre los hombres.
Los trastornos psicológicos, la incertidumbre económica y el aumento del trabajo de cuidados no remunerado para las mujeres, llevaron a las parejas a tener hijos e hijas más tarde o a no tenerlos. Esto también se produjo en un momento en el cual el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva era más difícil.
«Dado que la pandemia de la covid ha supuesto un reto sin precedentes para el bienestar mental colectivo y la salud general de la ciudadanía europea, es fundamental que quienes toman las decisiones políticas integren la igualdad de género en la salud y adopten otras medidas de recuperación con el fin de que todo el mundo salga beneficiado», afirma el informe.