19 Jul La soledad y el calor, principales riesgos en la salud de dos millones de mayores que viven solos en España.
Tomar alimentos frescos y ligeros, mantener la casa ventilada y evitar salir en horas de máximo calor, algunas de las recomendaciones de los expertos para este sector de población.
2024. ABC
Con la llegada del verano, los tradicionales efectos del calor, la soledad y la falta de interacción con su entorno cercano son algunos de los principales riesgos para la salud de los más de dos millones de personas mayores que viven solas en España. Durante la temporada estival es cuando, según un estudio reciente desarrollado por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), el 11,4% de la población mayor de 65 años afirma sentirse más triste.
A pesar de los efectos negativos asociados a la soledad en la salud de los más mayores, cada vez hay más personas mayores que viven y se sienten solos. Según datos del Informe de la Soledad de Cuideo, el 55% de las personas de más de 65 años vive sola en su domicilio, sin la compañía de ningún familiar o cuidador. Las interacciones sociales de calidad son fundamentales para su salud física y mental y el bienestar.
Sin embargo, la soledad prolongada tiene efectos negativos significativos, como la afectación de su autoestima y estado de ánimo, y la disminución de su interés por interactuar y relacionarse. Además, el aislamiento social incrementa el riesgo de distimia, ansiedad y enfermedades neurodegenerativas como la demencia senil, el Alzheimer y el Parkinson.
Para combatir esta situación los expertos de Cuideo recomiendan algunos consejos que ayudan a disminuir la soledad. Es importante establecer una rutina de llamadas o videollamadas con familiares y amigos de manera regular; escribir cartas o diarios, para fomentar la escritura; plantar y cuidar plantas, como rutina diaria que fomenta el sentido de la responsabilidad; o jugar a juegos de mesa, para mantener la mente activa.
Precauciones
Como señala la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), a partir de los 65 años, aumenta el riesgo de sufrir un golpe de calor, por lo que conviene incrementar las precauciones en las personas mayores ante la subida de las temperaturas. Es importante identificar los síntomas de las altas temperaturas en personas mayores para poder actuar a tiempo y evitar consecuencias mayores. Dolor de cabeza, piel seca, sudoración excesiva, respiración agitada, pulso excesivo, hiperventilación, sensación de debilidad, calambres y fiebre, en aquellos casos más graves, son señales de alarma de que se está sufriendo un golpe de calor.
Para proteger a los mayores durante el verano, recomiendan incrementar el consumo de platos fríos como gazpachos, sopas frías o ensaladas, mantener la vivienda fresca y ventilada, especialmente entre las 11:00 h y las 17:00 h, horas de mayor calor y exposición solar; vestir con ropa ligera, fresca y de colores claros realizar baños de esponja o duchas frecuentes para bañar la temperatura corporal; o evitar salir durante las horas de mayor calor.
Según Adrià Buzón, CEO y cofundador de Cuideo «durante el verano, especialmente cuando el resto de familiares está de vacaciones, los cuidadores juegan un importante papel de compañía. Además, se trata de un colectivo muy vulnerable al que le afecta mucho el calor y los cuidadores se encargan de minimizar el impacto: se adaptan los horarios para que no salgan a la calle en las horas peligrosas de sol, supervisan su correcta hidratación e incentivan el consumo de agua.
Desde Cuideo apuntan que entre junio y septiembre de 2023 atendieron a numerosas familias que buscaron servicios de cuidado puntual para sus mayores, con periodos de entre cuatro días y dos meses. Para este año, se prevé un aumento del 20%. En su gran mayoría, se trata de personas que no necesitan un servicio recurrente, pero sí una ayuda puntual para, entre otras razones, atender a los posibles efectos del calor, especialmente, cuando viven solas.
Vanessa Codesido, coordinadora del Equipo de Calidad Asistencial de Cuideo señala que «el objetivo es proteger la salud de estas personas especialmente durante los meses de verano cuando enfrentan mayores riesgos por el calor. Es crucial que los cuidadores estén capacitados para reconocer los síntomas del golpe de calor y tomar medidas preventivas efectivas, como asegurar una ventilación adecuada en los hogares y recomendar el uso de ropa ligera y fresca».