La silenciosa y dura espera de los mayores dependientes.

La silenciosa y dura espera de los mayores dependientes.

La periodista Ana Huguet reflexiona en su columna de La Ventana Andalucía sobre los incumplimiento de la Ley de Dependencia.

Ana Huguet

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Contar cada cierto tiempo como periodista las estadísticas de espera de la Ley de Dependencia va en nuestro trabajo; sufrir el colapso algo más de cerca es angustioso. Es, para empezar, una desoladora cuenta atrás en un cálculo permanente para determinar cuántos meses se pueden estirar los ahorros de una vida para sufragar los cuidados que el familiar necesita. Lo que viene después de haber dilapidado todos los ahorros, es desolador.

Según la Federación de Organizaciones Andaluzas de Mayores (FOAM), el tiempo de espera de resolución de un expediente de dependencia en nuestra comunidad es de 530 días, el segundo plazo más elevado del país y el triple del máximo que permite la Ley de Dependencia aprobada en 2007; el número de personas que aguardan una respuesta supera las 88.000; 27.600 son los andaluces que han muerto en los últimos cinco años sin llegar a recibir atención, 11 fallecidos al día; y un 14,97%, según el informe presentado por la federación el pasado mes de marzo, es lo que ha descendido entre 2021 y 2023 la aportación propia de la Junta para la financiación de la dependencia, pese a que sí ha aumentado en diez millones la cantidad aportada.

En esa desesperante espera de 530 días, la pensión media de Andalucía, 1.062 euros, apenas cubre el 65% del coste de un cuidado profesional a jornada completa. Un déficit enorme al que sumar los gastos más elementales del día a día.

Y así transcurren los meses y se acaban los ahorros. Y hay familias agotadas de hacer turnos de día o de noche mientras concilian con un horario laboral. Y familias que venden las casas de la persona dependiente firmando acuerdos con los compradores que les impiden entrar en el domicilio en un plazo de años. Y familias que optan por la nunca ventajosa hipoteca inversa, hecha a la medida de las entidades financieras que sacan tajada de la desesperación del que la necesita. Y familias que no disponen ni de una propiedad para el mercadeo.

La Ley de Dependencia es uno de los mayores avances en el estado del bienestar. Cúmplanla.