La prevalencia del párkinson se ha duplicado en los últimos 25 años, con 10.000 nuevos casos al año en España.

La prevalencia del párkinson se ha duplicado en los últimos 25 años, con 10.000 nuevos casos al año en España.

La prevalencia del párkinson se ha duplicado en los últimos 25 años en el mundo, con 10.000 nuevos casos al año en España, según la Sociedad Española de Neurología (SEN).

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Además, un 15% de estos casos corresponde a menores de 50 años y un tercio de los nuevos enfermos está aún sin diagnosticar

Más de 7 millones de personas padecen párkinson en todo el mundo y en España, más de 150.000 personas están afectadas por esta enfermedad, según datos de la SEN con motivo del Día Mundial del Parkinson, que se celebra este martes.

Se trata de la segunda enfermedad neurodegenerativa con mayor incidencia en el mundo y, además, la discapacidad y mortalidad del párkinson están aumentando más rápido que cualquier otra enfermedad neurológica.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló recientemente que la prevalencia de esta enfermedad se ha duplicado en los últimos 25 años en el mundo y este aumento ha producido que también se haya duplicado la pérdida de años de vida ajustados por discapacidad (que actualmente se estima en 5,8 millones de años).

La enfermedad produce diversos síntomas motores y no motores: entre los motores, los más habituales son el temblor y la lentitud de movimientos, según la SEN. Pero los síntomas motores no siempre son los primeros en aparecer.

Hasta en un 40% de los casos la primera manifestación es la depresión y, esto, puede llevar a diversos errores diagnósticos, afirmó la sociedad científica. Entre otros síntomas no motores destacan la ansiedad, los problemas cognitivos, trastornos del sueño, dolor, estreñimiento, problemas de deglución o de la función genitourinaria.

“Los síntomas no motores pueden llegar a ser, en muchas ocasiones, muy incapacitantes. Además, cuando los primeros síntomas de la enfermedad no son los motores o no son tan evidentes puede ser complicado identificarla de forma temprana e incluso difícil de diferenciar de otros síndromes parkinsonianos. Actualmente tenemos en España un retraso diagnóstico de entre uno y tres años y esto hace que aproximadamente un tercio de los nuevos casos estén aún sin diagnosticar”, señaló el doctor Álvaro Sánchez Ferro, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la Sociedad Española de Neurología.

DIAGNÓSTICO PRECOZ

Un diagnóstico temprano permite comenzar el tratamiento de esta enfermedad en las primeras fases, lo que ayuda a mejorar la calidad de vida de los pacientes, prevenir complicaciones y minimizar la discapacidad a largo plazo. Y, aunque el tratamiento farmacológico disponible actualmente no logra detener el proceso degenerativo pero resulta eficaz para mejorar la mayoría de los síntomas motores y para muchos de los síntomas no motores.

“Requiere de un enfoque integral, en el que se incluyan también tratamientos no farmacológicos, y también un enfoque individualizado, según la discapacidad, la edad del paciente y de las complicaciones y síntomas que van surgiendo a lo largo de su evolución”, recalcó el doctor Sánchez Ferro.

Aunque tener un familiar cercano con la enfermedad de Parkinson aumenta las posibilidades de padecer este trastorno, solo un 10% de los casos de esta enfermedad corresponden a formas hereditarias. En el 90% de los casos, la causa sigue siendo desconocida, aunque la comunidad científica cada vez encuentra más evidencias de que su origen es el resultado de una combinación de factores ambientales en personas genéticamente predispuestas.

Según los especialistas, un buen estilo de vida ayuda a protegernos contra la enfermedad de Parkinson, lo que incluye «realizar ejercicio físico de forma regular, optar por la dieta mediterránea, o controlar la hipertensión y la diabetes tipo 2».

En cuanto a factores de riesgo, «la exposición a pesticidas, a disolventes industriales, a la contaminación del aire, o a infecciones por ‘helicobacter pylori’ o hepatitis C, también se han asociado, entre otros factores, a un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad». Los especialistas destacaron que «es necesario debatir programas de salud pública que eviten la exposición de la población» a dichos factores.



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