La pobreza energética: una dimensión más de desigualdad para las mujeres.

La pobreza energética: una dimensión más de desigualdad para las mujeres.

La pobreza energética afecta a 125 millones de personas en la Unión Europea, en su mayoría mujeres y madres solteras que, en el actual contexto de crisis, tienen mayores dificultades que los hombres para hacer frente al pago de las elevadas facturas energéticas.

Paula García-Ajofrín

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Las causas que lo explican son diversas, pero se centran principalmente en dos factores estructurales: rentas más bajas -las mujeres ganan de media por hora un 13 % menos que los hombres- y la prevalencia de trabajos más precarios, a tiempo parcial y no remunerado, como es el caso del trabajo doméstico.

Así lo expusieron diferentes expertos que participaron en un debate organizado esta semana por el Parlamento Europeo (PE) con motivo del Día Internacional de la Mujer, el próximo 8 de marzo.

En concreto, los datos de la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo (Eurofound), muestran que las dificultades para pagar las facturas energéticas afectan a casi la mitad de las madres al frente de familias monoparentales (44 %) y a un tercio de las mujeres solteras (31 %).

IMPACTO DE LA CRISIS ENERGÉTICA EN LAS MUJERES

Desde que estalló la guerra de Ucrania, la elevada inflación -un 8,5 % en la eurozona según los últimos datos de febrero- ha empeorado la situación económica de muchas personas, que han visto mermada su capacidad adquisitiva y han experimentado dificultades para calentar sus hogares.

La Unión Europea (UE) se enfrenta al «reto creciente, persistente y desalentador» de la pobreza energética, alertó el eurodiputado y presidente de la comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género del Parlamento Europeo, Robert Biedrón, durante el debate.

«Esta crisis del coste de la vida repercute negativamente en la inclusión económica y social de las mujeres, en su salud, en el riesgo de violencia doméstica y en sus derechos fundamentales», aseguró.

Las crisis afectan mayoritariamente a las personas en riesgo de pobreza y exclusión social, pues tienen menor margen para afrontar las subidas de precio, aseguró la eurodiputada del grupo de los Verdes, Alice Khunke, en una entrevista con EFE, al tiempo que remarcó que, dentro de este colectivo vulnerable, las mujeres son mayoría.

Las mujeres y niñas soportan la pobreza energética de manera «desproporcionada» pues sufren las consecuencias de un acceso no igualitario a las fuentes de energía, advirtió en la Eurocámara la directora de ONU Mujer, Laurence Gillois.

«Los elevados costes del petróleo y gas han tenido efectos destructivos sobre la capacidad de adquisición de energía de mujeres y niñas, y el impacto de género global se ha visto afectado con respecto al acceso alimentario y de nutrición», explicó.

Esta crisis tiene, además, otra cara: el impacto económico del aumento del coste de la energía merma la capacidad adquisitiva de las mujeres, lo que tiene un efecto directo sobre su salud psicológica y física.

Esto, aumenta el riesgo de que las mujeres puedan sufrir violencia de género, advirtió Biedrón.

«Las mujeres con pocos ingresos tienen menos recursos para defenderse de la violencia de sus parejas porque dependen económicamente de ellos», dijo.

MUJERES COMO AGENTES DEL CAMBIO

La transición hacía fuentes de energía sostenibles no sólo es fundamental para la mitigación del cambio climático y para la conservación ambiental, sino que ésta, dijo la representante de la ONU, ofrece «oportunidades para la resiliencia de las mujeres».

«Las mujeres y las niñas son agentes de cambio como consumidoras, productoras, innovadores y tomadoras de decisiones en el sector energético», abogó Gillois.

Y añadió: «Una transición justa únicamente se puede lograr a través de una participación plena e igualitaria, a través de liderazgo y la toma de decisiones de las mujeres y niñas y, ello, requiere garantizar que las voces de las mujeres y niñas se escuchen en todas las perspectivas».

Sin embargo, la realidad actual es que tan solo el 32 % de los trabajadores en el campo de las energías renovables son mujeres y estas se concentran en posiciones poco remuneradas, lamentó Gillois.

La eurodiputada de los Verdes, Khunke, explicó a EFE que la «mayoría absoluta de los empresarios de estas industrias son hombres».

«Al mismo tiempo, sabemos que las personas más brillantes de las universidades en la UE son mujeres. Sabemos que las que obtienen los mejores resultados en la universidad son mujeres», aseguró Khinke, por lo que abogó por la creación de programas centrados en chicas jóvenes para asegurar que forman parte de la «revolución energética que tendrá lugar». EFE