07 Abr La mujer ya no quiere ser perfecta
«Cuando se eliminan las presiones sociales, se es mucho más feliz. En la actualidad, empezamos a ver un prototipo de mujer mucho más relajada, menos sometida a presiones y más liberado»
BEATRIZ G. PORTALATÍN – MADRID
La mujer española actual es una mujer sin filtros que se demarca de los estereotipos y cánones sociales. Es una mujer que, poco a poco, se va desprendiendo de la culpabilidad de no poder llegar a todo (a la familia, al trabajo, a los amigos etc.), que rechaza las vidas ultraperfectas y que es más consciente de que no tiene por qué ser una superwoman. Así rezan algunas de las principales conclusiones del Estudio sobre la Mujer Actual #unfiltered (sin filtros) realizado por IPSOS en colaboración con el Club de Malasmadres.
«Cuando se eliminan las presiones sociales, se es mucho más feliz. En la actualidad, empezamos a ver un prototipo de mujer mucho más relajada, menos sometida a presiones y más liberado», afirma a EL MUNDO una de las responsables de este estudio, Louise Morrisey, directora de Ipsos UU-Cualitativo. «Por ello, era importante realizar este trabajo, porque desde hace tiempo estamos viendo un nuevo modelo de mujer que ya se expone en los medios de comunicación y, sobre todo, en las series de televisión con más éxito a nivel mundial y nacional», añade esta profesional.
El trabajo, presentado esta semana en Madrid, ha sido elaborado a raíz de diarios personales escritos por mujeres. Los datos cualitativos que se obtienen explican cómo se definen hoy en día las mujeres: ¿Qué quieren, qué piensan, qué desean…? A las mujeres ya no les gusta compararse con los hombres sino que buscan su felicidad creando su propio camino y su futuro y su personalidad se sustenta en cuatro grandes pilares: aceptación, no imposición, egocentrismo y no culpabilidad: «No queremos la perfección: llego hasta donde llego y no me culpo por ello», asegura por su parte Laura Baena, fundadora del Club de Malas Madres.
En los años 80 y 90 surgió un modelo de mujer que rompía con el tradicional, de antaño En ese modelo, la mujer se comparaba al hombre y aspiraba a ser una supermujer. Quería alcanzar el éxito en su carrera profesional pero seguía cuidando de la familia y del hogar lo que le producía un gran sacrificio y un gran sentimiento de culpa por no poder atender todo en su plena totalidad.
Desde entonces, las cosas han cambiado y dos de los principales responsables de este cambio han sido la crisis y las redes sociales. Según expone el estudio, la crisis rompió esquemas: reinventarse para sobrevivir; y por su parte las redes sociales nos obligaron a estar siempre visibles, conectadas al mundo y proyectando una vida idealizada. Sin embargo, «ha habido una sobreexposición de las redes sociales y estamos cansados de ver vidas perfectas e irreales», comenta Morrisey.
Modelos de mujer
Los cambios en la definición de la mujer se han aplicado a muchas áreas de la vida, entre ellas el trabajo, la maternidad, la belleza y el ocio. Así, en la faceta del trabajo, y según se desprende de este estudio, se han encontrado dos modelos: hay mujeres con grandes aspiraciones laborales, que buscan llegar a lo más alto o apostar por el emprendimiento y la iniciativa empresarial (vivir para trabajar) y mujeres que lo que buscan es la realización personal en otras facetas vitales (trabajar para vivir).
En cuanto a la belleza, se ha observado que la mujer actual huye de estereotipos e imposiciones y que se cuida solamente en aquellos aspectos que desea. Es por tanto, un nuevo perfil de mujer que empieza a aceptarse tal y como es, pero que a la vez quiere dar su mejor versión. «El caso de Rachel Hollis ejemplifica muy bien a esta nueva mujer: Rachel subió a la red una foto de sus vacaciones en la que aparece posando en bikini sin ocultar las estrías en su vientre fruto de sus embarazos. Esta foto se hizo viral rápidamente y recibió multitud de mensajes de admiración de otras mujeres», expone Morrissey.
Uno de los puntos más influyente en todos estos ámbitos es la publicidad, no sólo repercute a la hora de decidir entre qué productos comprar sino que también influye en nuestros pensamientos y sensaciones. Es fundamental, por ello, que las marcas publicitarias lancen un mensaje acorde a este nuevo modelo de mujer, un modelo que no quiere que las marcas les hagan sentir culpable por nada y valora que le hablen directamente a ella como persona, no como consumidora, madre o mujer sin imponerle un modelo de mujer ideal. De hecho, y según refleja el estudio, las mujeres valoran positivamente los productos que están personalizados y que puede usar como ellas quieras.
¿Soy una buena madre?
Sin duda, la faceta donde la mujer ha sentido o tiene más presión es la maternidad. En la actualidad, emergen dos modelos: las que quieren ser madre y las que deciden no serlo. «Dos modelos muy diferentes pero con un punto en común: la culpabilidad», apunta el estudio. Ya no se sienten tan culpables por decir a viva voz que no desean formar una familia, y las madres ya no se sienten tan culpables por no ser esa madre perfecta a la que antes se aspiraba, sino que son madres realistas.
«Somos las mejores madres que podemos ser, no somos perfectas», afirma Baena. Las madres a veces se sienten culpables por no echar de menos a sus hijos cuando están con sus amigas: «¿Soy peor madre por eso?», pregunta Baena. «Nada de eso, quiero igual a mis hijos, sólo que también tengo derecho a tener un rato para mí», responde.
Las mujeres que están apuntadas en el Club de Malasmadres se sienten mejor cuando ven que no están solas, que no son un bicho raro, cuando se quitan los clichés de la sociedad y se desprenden de la capa de superwonan.
«El peor peso que cargan las madres es el sentimiento de culpa, y ese sentimiento te bloquea y te hace no dar pasos hacia adelante, por ejemplo, no cogiendo un trabajo que te gusta. Siempre tienes esa culpabilidad de sentir que no das la suficiente a tus hijos porque venimos de esa sociedad en la que había que darlo todo», explica. Por eso es importante relajarse, eliminar presiones y sentirte libre. «El objetivo es ser una mujer feliz, satisfecha con lo que hace que al fin y al cabo es la mejor educación que puedes tener para tus hijos», concluye Baena.
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