
11 Feb La mujer en la ciencia: remando hacia la igualdad
Este 11 de febrero se cumple una década desde que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Una fecha implantada para reivindicar el papel y visibilizar el trabajo de las profesionales del ámbito de las ciencias, inspirar a las nuevas generaciones de niñas a emprender una trayectoria en esta rama y propulsar la igualdad de género.
No obstante, las desigualdades y falta de oportunidades continúan latentes. Techos de cristal que obstaculizan la incorporación de las mujeres a determinadas carreras, limitan su acceso a puestos de liderazgo e invisibilizan el reconocimiento a sus méritos. Desde los tiempos en los que las mujeres únicamente podían acceder como oyentes a las universidades se ha avanzado mucho, pero de forma muy paulatina y con políticas que no llegan a atajar en su totalidad la brecha de género.
Brecha de género en carreras STEM
Más del 56 % del total de estudiantes universitarias son mujeres (informe ‘Datos y Cifras del Sistema Universitario Español 2024’ del Mº de de Ciencia, Innovación y Universidades). A pesar de ello, a día de hoy, sigue habiendo una prevalencia por estudios alejados de las denominadas carreras STEM.
El número de alumnas de Grado y Máster ronda el 30 % en carreras STEM. Una de las claves para un índice tan escaso se halla en la primera etapa formativa. En torno a los 15 años, las jóvenes comienzan a tener dudas sobre sus capacidades y perder interés en la rama de las ciencias y las matemáticas, invadidas en muchos casos por el síndrome del impostor (ESADE 2024).
Además carecen de estímulos que fomenten el interés por estas ramas del conocimiento entre el público de distintas edades, en especial de niñas y niños. A su vez, la falta de proyección de mujeres científicas en los medios de comunicación, hace que no se sientan identificadas al no encontrar referentes en los que reflejarse.
Un liderazgo imperceptible
En términos generales, la función sanitaria tiene una presencia mayoritaria de mujeres. Sin embargo, estas profesionales continúan lejos de los puestos de responsabilidad. Tal es el caso en el ámbito de la Medicina, en el que el porcentaje de facultativas asciende al 53,9 % del total del colectivo (INE, 2023). Y, a pesar de ello, no existe una correlación con los puestos de liderazgo. Mientras que en los hospitales públicos suponen el 61 % de las plantillas, tan sólo un 27,6 % ocupa las jefaturas de servicio (Estudio Womeds, 2023).
La mujer en la ciencia: un reconocimiento invisible
El ámbito científico es uno de los sectores con mayor brecha de género. No hablamos sólo en términos del número de alumnas en estudios superiores en estas ramas, en el que tan sólo un tercio son mujeres. Las estadísticas nos reflejan una realidad patente: históricamente el rol y los logros de las profesionales ha sido eclipsado, ignorado, minusvalorado; no por una cuestión de méritos, sino de género.

Día internacional de la mujer y la niña en la ciencia
Esto también llega al apartado de los galardones. En 2025, por segundo año consecutivo, ninguna científica recibirá un premio Nobel en la rama de las Ciencias. Si ahondamos aún más, vemos cómo a lo largo de sus 120 años de historia, tan sólo 26 mujeres han recibido un premio Nobel de Física, Química y Fisiología o Medicina de los 662 galardonados. Es decir, menos de un 4 % de las laureadas son mujeres científicas.
No es una mera cuestión de galardones, es la falta de reconocimiento a sus estudios, descubrimientos y logros. Una comunidad científica poco proclive a la igualdad de género, que ha invisibilizado las contribuciones de mentes tan brillantes como Henrietta Leavitt, Lise Meitner, Rosalind Franklin, Esther Lederberg o Jocelyn Bell, entre otras.
Un reconocimiento esquivo que va más allá de las distinciones. La escasa presencia en los medios de comunicación, congresos, publicaciones de las profesionales del sector, resaltan las diferencias por razón de género. Uno de los motivos se encuentra en las dificultades para conciliar. La mayor parte del peso del cuidado de los hijos y de familiares mayores sigue recayendo en las mujeres. Esto las enfrenta con su desarrollo profesional, y en muchas ocasiones deben desistir de participar en foros profesionales para atender el cuidado de sus familiares.
Además, también influye creando una brecha salarial en determinadas profesiones por cuestión de género. En el caso de los médicos, frecuentemente, tienen que renunciar a realizar guardias o acudir a determinados eventos para poder conciliar. Una circunstancia que puede frenar su proyección profesional y mermar sus ingresos.
Rompiendo techos de cristal
Sin embargo, no todo son sombras. Las científicas van conquistando su espacio progresivamente. Como sucede en el ámbito de la investigación en España, en el que ya representan al 42 % del total del sector.
Aún constatando que existen muchos desafíos y desigualdades por erradicar para romper la brecha de género en este sector, se va avanzando. Tanto cuantitativamente, como cualitativamente, poco a poco, se está consiguiendo. El impulso legislativo de leyes como la Ley de Paridad de 2024 o la reforma de la Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, apuesta por modelos inclusivos. Modelos que promuevan la igualdad de oportunidades en la búsqueda de garantizar un progreso igualitario entre hombres y mujeres en el sector de las ciencias.
Pero para derribar las barreras de la desigualdad, primero hay que romper con estereotipos y prejuicios por razón de género. En ese sentido, es crucial educar y concienciar para fomentar la igualdad de oportunidades. Vencer los tabúes y empoderar a niñas y adolescentes a apostar por desarrollar su trayectoria profesional en carreras ligadas con las ciencias. Pasos para promover la inclusión, la diversidad y la equidad.
Por ello, este 11 de febrero reivindicamos su lugar dentro de la comunidad científica y el derecho a la igualdad de oportunidades y el empoderamiento de la mujer en todos los ámbitos. Esto se lo debemos a mujeres profesionales que a base de conocimientos, pericia profesional, esfuerzo, constancia, coraje y maestría han remado hacia un escenario de igualdad, abriendo las compuertas de un futuro más prometedor para las generaciones venideras.