10 Sep La mortalidad y soledad son los principales miedos de las personas mayores ante el Covid-19.
El geriatra José Botella asegura que «una de las secuelas importantes que estamos viendo son las derivadas de la soledad».
EP
La mortalidad y soledad son los principales miedos de las personas mayores ante el Covid-19, la enfermedad que provoca el nuevo coronavirus, según asegura el geriatra de La salud, José Botella.
«Lo que más vemos en los pacientes mayores que tratamos es miedo a la mortalidad porque a diferencia de la primera ola de la pandemia en marzo, ahora los pacientes geriátricos han visto cómo el Covid-19 se ha cebado en residencias de personas mayores en toda España. Pero también les inquieta y les provoca ansiedad el miedo a la soledad, ya que muchos de ellos pasaron casi tres meses aislados y solos de marzo a mayo y no quieren volver a pasar por esta experiencia de nuevo«, ha comentado el experto.
Y es que, tal y como ha recordado, ha habido «mucha gente sola» tanto en casa como en los hospitales y en las residencias. Una soledad que agrava mucho la salud de los mayores, por lo que ha destacado la importancia de intentar evitarlo si se produce un nuevo confinamiento. «Habrá que buscar modos de que podamos evitar el aislamiento. Una de las secuelas importantes que estamos viendo son las derivadas de la soledad«, ha avisado el experto.
No obstante, el psicólogo del Servicio de Psiquiatría del Hospital La Salud, Tony Crespo, ha comentado que la soledad de los mayores no ha comenzado con la pandemia, puesto que muchos de ellos sufren depresión cuando llegan a la edad geriátrica.
«Las afecciones relacionadas con la edad como la pérdida auditiva y las enfermedades oculares también pueden hacer que sea más difícil seguir adelante y no caer en una depresión. Los familiares directos e indirectos, hijos, nietos e incluso vecinos, tenemos la obligación de rectificar esta situación y combatir la soledad en los ancianos, y para ello tenemos que estar dispuestos a levantarnos y hacer que suceda«, ha recalcado.
En este sentido, Crespo ha destacado la importancia de escuchar activamente a las personas mayores y brindarles la oportunidad para que se expresen sin interrupciones, descubriendo así lo que están pensando y sintiendo y, qué intereses o pasiones permanecen latentes en ellos.
«Podemos profundizar y descubrir cuáles eran sus intereses antes y hacer que intenten despertar el interés por esas actividades olvidadas. Una vez que sepamos lo que les gusta hacer a nuestros seres queridos, podemos utilizar esta información para desarrollar un plan personalizado para erradicar la soledad», ha argumentado el experto.
Fomentar la brecha generacional
Por otra parte, los expertos han asegurado que los parientes más jóvenes de la familia pueden desempeñar un papel vital en el fomento de las relaciones entre los ancianos y sus familias. Y es que, los nietos a menudo perciben a sus abuelos como «extraños o aburridos», cuando deberían considerarlos como una «fuente valiosa de sabiduría y diversión».
«Tenemos que sacar provecho a la generación del Internet y del teléfono móvil y, que utilicen estos medios para generar una rutina en los mayores, llamándoles a diario a la misma hora e intentando que se sientan importantes para ellos. Esto a su vez, contribuirá a trabajar cognitivamente las capacidades de nuestros mayores, viéndose estimulado mentalmente por las interacciones con otras personas«, ha zanjado Crespo.