07 Jun La importancia de la familia en el desarrollo infantil y para evitar comportamientos de riesgo.
Rebeca Diego y Patricia Jiménez García-Escribano, de la Universidad Internacional de Valencia, analizan en Día de la Familia la importancia del entorno en el desarrollo de los menores.
S.F
Rebeca Diego, Docente del Máster Universitario en Psicología en la Infancia y Adolescencia de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), recuerda que la familia es el entorno socializador primario de las personas, por lo que debe estar presente y accesible para niñas, niños y adolescentes. «Es donde se aprenden los primeros códigos sobre cómo interactuar en el mundo, algunos de los cuales nos van a acompañar durante toda nuestra vida. Para el desarrollo sano infantojuvenil, crear un vínculo de apego seguro es importante. El vínculo de apego es la relación más temprana que se gesta y la que nos permite aprender a regular nuestro sistema emocional», explica.
Según la experta, gracias a la interacción de los hijos con sus familias, «se desarrollan modelos internos de funcionamiento que influyen en cómo se relacionarán consigo mismas y con las demás personas a lo largo del ciclo vital».
De hecho, «la infancia es una etapa especialmente sensible a este desarrollo y es fundamental que las familias conozcan pautas adecuadas de relación con sus hijos que faciliten un vínculo de apego seguro. Esto implica que, además de asegurarles alimentación, sueño e higiene, existan patrones afectivos y emocionales adecuados, amables, sanos y que aporten seguridad en etapa infantojuvenil».
¿Cómo se puede potenciar?
Para impulsar el desarrollo sano infantil en las familias, Diego recuerda lo que dice la psicología: «el estilo de parentalidad más adecuado es el democrático». La razón es que produce «efectos positivos en la socialización e incluye como características fundamentales la comunicación bidireccional en la familia, el trato cálido y amable, unas acciones que dan seguridad, el respeto a la individualidad, así como a los propios intereses y el establecimiento de valores y lazos afectivos sanos».
Adolescencia
Por otro lado, la Dra. Patricia Jiménez García-Escribano, directora del Máster Universitario en Psicología de la Intervención Social y Comunitaria de la VIU, recuerda cómo la cohesión familiar es clave para evitar comportamientos de riesgo.
«Hoy día, podemos entender a la familia como el conjunto de personas que tienen un proyecto de vida en común, en el que se generan fuertes sentimientos de pertenencia y compromiso, en el que se establecen intensas relaciones de intimidad y juega un papel fundamental en el desarrollo infantil», contextualiza la experta. A su vez, recuerda que el papel de los progenitores «no consiste únicamente en garantizar la supervivencia de los hijos, sino que se establecen como promotores de la integración social y cultural de sus hijos, aportando un clima de afecto, apoyo y estimulación desde el cual el menor pueda explorar el mundo».
Por eso, un buen clima familiar y una adecuada cohesión se convierten en factores claves de protección para los adolescentes respecto al consumo de drogas y otras conductas de riesgo. «Es fundamental que la familia cree espacios en el que fomentar mejores vínculos familiares y propiciar una positiva cohesión». Permitir que todos puedan preservar su intimidad o expresen libremente sus emociones, opiniones, quejas y desacuerdos, es vital. «Para ello, desde la familia hay que propiciar la adquisición de competencias personales y sociales, el desarrollo intelectual favoreciendo su participación en actividades formativas, educativas y culturales y el empleo de valores morales que sustente las conductas», concluye.