La falta de sueño produce daños irreparables para la salud en niños y adultos.

La falta de sueño produce daños irreparables para la salud en niños y adultos.

Los menores necesitan más horas de sueño y el aprendizaje se ve interferido en caso de ser insuficiente.s

S.F

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El sueño es esencial para la salud y en este sentido, la doctora Victoria Fernández, jefa del Servicio de Neurofisiología y especialista de la Unidad del Sueño de Quirónsalud Málaga, asegura que, como la alimentación sana y el ejercicio físico moderado, el sueño de calidad es un hábito fundamental para el bienestar físico, mental y social, «aunque en el mundo agitado de hoy, lleno de interrupciones y pantallas, la mayoría de las personas no logran descansar la cantidad de horas que se requieren para tener un sueño reparador».

Se estima que una persona adulta necesita entre siete y ocho horas de sueño para restaurar las funciones del organismo. Por otro lado, en niños y adolescentes, la falta de sueño es aún más importante, porque necesitan más horas de sueño y el aprendizaje se ve interferido en caso de ser insuficiente.

«La falta de sueño trae como consecuencia daños irreparables a la salud y la calidad de vida de las personas. Algunos de los efectos y consecuencias de no dormir bien son: cambios de humor, ansiedad, depresión y problemas médicos, como cardiovasculares, del sistema inmunitario u obesidad«, explica la neurofisióloga. La buena noticia -apunta a Ep la doctora Victoria Fernández- es que muchos de los trastornos de sueño »pueden mejorar e incluso desaparecer’«.

Para ello se realizanvarias recomendaciones básicas, tales y como mantener una misma rutina de sueño, intentando levantarse y acostarse a la misma hora, incluyendo los fines de semana; por la mañana, exponerse a luz intensa, preferiblemente solar; evitar hacer siestas durante el día; y eliminar o disminuir el consumo de sustancias que afectan al sueño, como alcohol, cafeína y nicotina, sobre todo a partir de las 18.00 horas.

Otras recomendaciones son: no irse a la cama con hambre o sed o después de haber comido o bebido demasiado; mantener unas condiciones ambientales de la habitación apropiadas para dormir en lo que respecta a ruido, temperatura, colchón y almohada; hacer ejercicio físico regularmente, evitando hacerlo tres horas antes de acostarse; y establecer un ritual relajante antes de acostarse, como leer algo poco estimulante, evitando ordenador, televisión y móvil en las horas previas al sueño.

Recuerdan que la cama es para dormir, y en este sentido, recomiendan que se evite realizar otras actividades en ella, como ver la televisión, usar el móvil o comer; evitar llevarse los problemas a la cama; una hora antes de dormir, repasar una lista de problemas y soluciones del día, sentado y fuera de la habitación.

Si no se puede dormir, recomiendan no inquietarse ni angustiarse demasiado. Lo recomendable es levantarse y hacer algo relajante, monótono y aburrido y no regresar a la cama hasta que no esté somnoliento.

La doctora Fernández recomienda buscar ayuda médica si con estas recomendaciones no se solucionan los problemas de sueño, así como «si la falta de sueño afecta a su vida diaria o si presenta pausas en la respiración, movimientos bruscos durante el sueño. Porque los problemas de sueño pueden derivar en otras complicaciones más graves y que a veces están asociadas a las denominadas enfermedades degenerativas».

La neurofisióloga forma parte del equipo multidisciplinar que conforma la Unidad del Sueño del Hospital Quirónsalud Málaga, que se encarga del diagnóstico y tratamiento de los problemas relacionados con el sueño.

La Unidad cuenta con el Servicio de Neurofisiología, con las doctoras Victoria Fernández, María Fernández-Fígares y Laura López; el Servicio de Neumología, encabezado por el doctor José Daniel Alcázar; el Servicio de Neurología, liderado por el doctor Jesús Romero Imbroda; así como el Servicio de Neuropsicología.

En la Unidad del Sueño, los especialistas de los distintos servicios evalúan de forma conjunta los problemas del sueño en consulta y realizan en los casos necesarios estudios de sueño, tanto de adultos como de niños. El equipo de la Unidad del Sueño subraya que «estos estudios constituyen un elemento fundamental en la evaluación precoz del deterioro cognitivo».

En función de la patología de sueño sospechada, los estudios del sueño se realizan «mediante poligrafías domiciliarias, videopolisomonografías nocturnas hospitalarias o test de latencias múltiples».

Desde la Unidad se ofrece además un seguimiento terapéutico con dispositivos para tratamiento de las apneas del sueño, tratamiento farmacológico y terapia cognitivo-conductual, según la necesidad de cada caso.

Los principales tipos de trastornos del sueño que se ven en la Unidad del Sueño son: insomnio, que es la dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido; y apnea del sueño, definido como patrones anormales en la respiración durante la etapa de sueño, interrumpiendo el sueño profundo.



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