23 Mar La dieta mediterránea rebaja casi un 25% el riesgo de muerte o enfermedad cardiovascular en mujeres.
Representan más de un tercio de las muertes de mujeres en el mundo.
Redacción/Madrid
Realizar una dieta mediterránea reduce los riesgos de enfermedad cardiovascular y muerte de una mujer en casi un 25%. Esa es la conclusión de un estudio realizado por diez investigadores de instituciones de Australia o Reino Unido y publicado este miércoles en la revista ‘Heart’.
Las enfermedades cardiovasculares representan más de un tercio de las muertes de mujeres en todo el mundo. Si bien una dieta saludable es un elemento clave de la prevención, los ensayos clínicos más relevantes han incluido a relativamente pocas mujeres o no han informado los resultados por sexo, según los investigadores. Y las pautas actuales sobre la mejor manera de reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular no diferencian por sexo.
Los investigadores rastrearon las bases de datos de investigación en busca de estudios que analizaran el impacto potencial de seguir una dieta mediterránea en la salud cardiovascular de las mujeres y su riesgo de muerte.
La dieta mediterránea es rica en cereales integrales, verduras, frutas, legumbres, frutos secos y aceite de oliva virgen extra; moderada en pescados y mariscos; baja a moderada en vino, y baja en carnes rojas y procesadas, productos lácteos, grasa animal y alimentos procesados.
De un recorrido inicial de 190 estudios relevantes, los investigadores incluyeron 16 publicados entre 2003 y 2021 en su análisis de datos agrupados.
Los estudios, que se llevaron a cabo principalmente en Estados Unidos y Europa, involucraron a más de 700.000 mujeres de al menos 18 años, cuya salud cardiovascular se controló durante un promedio de 12,5 años.
Los resultados del análisis mostraron que seguir una dieta mediterránea se asoció con un riesgo un 24% menor de enfermedad cardiovascular y un riesgo un 23% menor de muerte por cualquier causa en las mujeres.
El riesgo de enfermedad coronaria fue un 25% menor, mientras que el de ictus también resultó menor, aunque no estadísticamente significativo, en quienes más siguieron esta dieta frente a las que menos lo hicieron.