05 Ago La buena alimentación previene los riesgos asociados al envejecimiento
Una intervención nutricional adeucada puede ser eficaz en la prevención y el tratamiento de enfermedades crónico degenerativas
REDACCIÓN – MADRID
La vicedecana de la Facultad de Farmacia y profesora agregada de Nutrición y Bromatología de la Universidad CEU San Pablo, Elena Alonso Aperte, ha concluido en su conferencia sobre ‘Alimentación, nutrición y envejecimiento’ que una buena alimentación previene de los riesgos asociados al envejecimiento.
Durante la conferencia, impartida en el marco del programa de voluntariado corporativo ‘Voluntarios FCC’, en colaboración con la Fundación Esther Koplowitz, Alonso Aperte ha explicado que las personas mayores son población de riesgo nutricional.
Además, en esa etapa, las enfermedades crónico degenerativas son más frecuentes, ya que determinados factores dietéticos están implicados en su etiología, por lo que una «adecuada intervención nutricional» podría ser eficaz en su prevención y tratamiento, ha señalado la experta.
También ha indicado que a medida que nos hacemos mayores, comemos menos. Y es que el envejecimiento reduce el placer de comer, aunque aumenta la cultura gastronómica.
Además, el envejecimiento tiene otras consecuencias negativas como el incremento de la sensación de sed, miedo a beber a partir de determinadas horas y un alto riesgo de deshidratación.
Alonso Aperte ha lamentado el mal conocimiento que existe sobre las necesidades de energía y nutrientes en los mayores, ya que son «insuficientes» los estudios epidemiológicos longitudinales que se han realizado al respecto.
La mayoría de estos estudios comprende el grupo de edad de 40 a 60 años. Y los estudios en personas de 70-80 años suelen ser transversales, extrapolándose de datos en adultos jóvenes.
Alonso ha finalizado su intervención recordando las ventajas de practicar ejercicio físico, en este caso adecuado a las posibilidades de los mayores. ¿Los motivos? Como la experta señala: mejora la calidad y esperanza de vida, disminuye la pérdida de masa muscular y ósea, el riesgo de enfermedades cardiovasculares, la hipertensión arterial y el gasto energético. Asimismo, mantiene activas las defensas y mejora la función cognitiva.
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