20 Jul La brecha digital afecta a un 45% de las personas con discapacidad.
La crisis de la COVID-19 ha evidenciado la importancia de las nuevas tecnologías como factor de inclusión social y laboral. Sin embargo, casi la mitad de las personas con discapacidad (45%) siguen encontrando barreras: un 42% declara que le parece “muy complejo y avanzado su uso”, seguido de un 32% que encuentra problemas de accesibilidad, al no poder manejar ciertos dispositivos debido a incompatibilidades derivadas de su discapacidad.
El próximo 15 de julio se celebra el Día Internacional de las Tecnologías Apropiadas, una fecha que nos invita a reflexionar y a analizar el impacto de las Nuevas Tecnologías en la vida de las personas con discapacidad.
En este contexto y, por noveno año consecutivo, la Fundación Adecco, con el apoyo de Keysight Technologies Spain, presenta el informe Tecnología y Discapacidad, un análisis que basa sus conclusiones en una encuesta realizada a 300 personas con discapacidad entre 18 y 50 años en búsqueda activa de empleo.
En informes anteriores, una conclusión se desprendía de forma recurrente: las nuevas tecnologías (NT) y la Inteligencia Artificial (IA) se han convertido en aliadas imprescindibles para la mejora y normalización de la vida de las personas con discapacidad, así como en su acceso al empleo. No en vano, la irrupción de adaptaciones tecnológicas y la mayor flexibilidad que permiten los dispositivos digitales, han permitido aportar su talento a muchas personas con discapacidad que hasta el momento permanecían excluidas del mercado laboral.
Sin embargo, la era pos-COVID-19 alerta sobre una realidad que es necesario visibilizar: todavía son muchas las personas con discapacidad víctimas de la brecha digital y que encuentran barreras para acceder a las nuevas tecnologías. Un hecho que podría abocarlas a la exclusión absoluta en un contexto en el que lo digital ha adquirido una importancia sin precedentes, tanto a nivel social como profesional (la búsqueda de empleo se realiza mayoritariamente online y fórmulas en auge como el teletrabajo solo son posibles a través de las nuevas tecnologías).
La crisis de la COVID-19 ha evidenciado la importancia de las nuevas tecnologías como factor de inclusión social y laboral. Sin embargo, casi la mitad de las personas con discapacidad (45%) siguen encontrando barreras: un 42% declara que le parece “muy complejo y avanzado su uso”, seguido de un 32% que encuentra problemas de accesibilidad, al no poder manejar ciertos dispositivos debido a incompatibilidades derivadas de su discapacidad. Por su parte, un 20,6% no confía en lo digital y “tiene miedo” a ser engañado y/o víctima de algún fraude, mientras que un 15,9% afirma carecer de recursos económicos para comprar y adquirir nuevas tecnologías.
Cinco millones de ciudadanos en España viven sin conexión a internet, siendo las personas con discapacidad uno de los segmentos más expuestos al aislamiento digital. Según se desprende de la presente encuesta, un 13% de las personas con discapacidad no tiene acceso a internet en su domicilio. El 87% restante sí dispone de conexión, pero un 38% admite no desenvolverse con soltura en el entorno online.
Según Francisco Mesonero: “la ausencia de conexión a internet y las dificultades para navegar por la red ahondan la brecha laboral entre las personas con discapacidad, en la medida en que no pueden buscar empleo a través de los canales online ni construir su marca personal, entre otros. En la era digital, se hace evidente la necesidad de disponer de marcos legales y regulatorios que garanticen el acceso a la red como derecho fundamental y universal, en línea con la Agenda 2030. El único camino es la apuesta por la Accesibilidad Universal y el desarrollo de programas formativos que acerquen las nuevas tecnologías a las personas con discapacidad de un modo crítico, eficiente y seguro”.
A pesar de la importancia de lo digital, los canales de búsqueda de trabajo online siguen teniendo un peso inferior a los tradicionales entre las personas con discapacidad: mientras que un 84,2% acude a organismos privados especializados y un 77% a los Servicios Públicos de Empleo, poco más de la mitad utiliza los portales de empleo online (53,2%). Asimismo, un 18% usa Apps especializadas y tan solo un 15,3% tiene un perfil activo en LinkedIn.