«La ayuda a personas mayores debe ser para que la vida les merezca la pena»

«La ayuda a personas mayores debe ser para que la vida les merezca la pena»

Promueve una asistencia «como en los países a los que nos queremos parecer».

JOEL GÓMEZ – SANTIAGO

En la asistencia que se ofrece a las personas mayores en residencias, centros de día y otras instituciones «no se debe hacer solo lo que proponen el propio centro o sus profesionales, aunque sean expertos en muchas cosas; hay que poner además en valor el criterio de las propias personas que se atienden y, si tienen deterioro cognitivo importante, el de su familia, que conoce sus intereses o creencias», afirma la pedagoga y gerontóloga Lourdes Bermejo. Esa es, dice, la base de un nuevo modelo asistencial, basado en la persona, sobre el que formó a 46 profesionales en un curso celebrado en el Colegio Médico, promovido por la Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría.

-¿Qué piden las personas mayores cuando se les pregunta?

-Quieren que se les trate como a ellas les gusta. Algunas prefieren que sea con familiaridad; otras, por su estilo de vida y cultura, de otra forma; hay quien desea participar en actividades lúdicas y recreativas, otras no; algunas optan por la soledad y no quieren que nos empeñemos en que estén acompañadas o en grupo; hay a quienes les gusta que se tengan en cuenta su vida anterior, y en otros casos no. Por eso no podemos hacer un café para todos. Además de la edad, hay que valorar elementos culturales, ideológicos, de biografía o territorialidad, para ofrecerles unos cuidados lo más personalizados posible.

-¿No se hace así?

-Desde hace diez años se camina en ese sentido, pero no es fácil. Supone cambios en el personal, incluso arquitectónicos.

-¿Por qué arquitectónicos?

-El espacio influye mucho: es más difícil el trato personalizado en un gran centro con 300 residentes, que si es de 100 plazas y además están divididas en cuatro zonas de 25, lo que permite que la vida se haga en un entorno más amigable, más cercano, más controlado por la persona. Y mejor si son 12 o 15, como en el proyecto Mi Casa, promovido por la Junta de Castilla y León, que apoya ese modelo con normativa; o algunas iniciativas de Cataluña y Pais Vasco, donde no hay normativa, pero lo recomiendan.

-¿Son las únicas comunidades donde existe el modelo?

-Son las tres donde está más desarrollado. En otras hay experiencias, privadas o desde fundaciones públicas.

-¿Qué cambios propone para el personal de los centros?

-Tienen que pensar que la ayuda a personas mayores debe ser para que la vida les merezca la pena. Eso requiere un plus de humanización, no solo competencia técnica profesional, que se presupone; pero con tanta profesionalización esta otra parte se nos está escapando.

-¿A qué atribuye eso?

-Quizá a afán de control, de cuidado, de paternalismo, de querer que todo funcione bien y esté ordenado; se hace como se entiende mejor para ofrecer un buen servicio, y no se escucha la voz de la persona.

-¿Qué es lo más difícil para introducir ese nuevo modelo?

-Requiere cambios organizacionales, culturales; y además mucha tarea pedagógica con las familias y con las propias personas mayores, preguntarles lo que quieren. Tardaremos años en lograr su implantación, pero esta es la referencia en el resto de Europa, y el objetivo para avanzar y hacer como en los países a los que nos queremos parecer.

-¿Cuál es la mayor diferencia con lo que se hace ahora?

-Que se respetan más los derechos de ciudadanos que, en los centros de personas mayores, viven en situaciones de dependencia, de fragilidad o de discapacidad. Pero esa es la evolución natural de nuestros servicios, lo que exige la sociedad, que ha cambiado; y lo que queremos además para nosotros, por eso tenemos que favorecer que las personas mayores estén más felices y a gusto; que también vivan la vida, aunque necesiten ayuda.

-¿En qué ha consistido este curso en el Colegio Médico?

-Se han abordado metodologías y experiencias de éxito para formar y sensibilizar a personal que trabaja o se propone trabajar en centros de mayores, para facilitar el cambio del modelo actual.

Experta. Lourdes Bermejo tiene experiencia en gerontología desde 1986. Es pionera en la formación de esta especialidad en España.

Modelo. Promueve un modelo de atención integral centrado en la persona, que se implanta desde hace 10 años con experiencias en varias comunidades.

www.lavozdegalicia.es/noticia/educacion/2017/04/30/doctora-pedagogia-gerontologa-social-ayuda-person