07 Ene La apatía puede predecir el desarrollo futuro de la demencia.
Investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) han evidenciado que la apatía puede predecir el desarrollo futuro de la demencia, ofreciendo así una «ventana de oportunidad» para tratar esta patología en una fase temprana.
EuropaPress
La demencia frontotemporal es una causa importante de demencia entre las personas más jóvenes. A menudo se diagnostica entre las edades de 45 y 65 y cambia el comportamiento, el lenguaje y la personalidad, lo que lleva a la impulsividad, comportamiento socialmente inapropiado, repetitivo o compulsivo.
Una característica común de la demencia frontotemporal es la apatía, con pérdida de motivación, iniciativa e interés por las cosas. Los estudios de escaneo cerebral han demostrado que en las personas con demencia frontotemporal la causa es el encogimiento de partes especiales en la parte frontal del cerebro, y han evidenciado que cuanto más grave es el encogimiento, peor es la apatía.
No obstante, la apatía puede comenzar décadas antes que otros síntomas y ser una señal de problemas futuros. «La apatía es uno de los síntomas más comunes en pacientes con demencia frontotemporal. Está relacionada con el deterioro funcional, la disminución de la calidad de vida, la pérdida de independencia y una supervivencia más pobre», han explicado los expertos.
La demencia frontotemporal puede ser genética y, de hecho, aproximadamente un tercio de los pacientes tienen antecedentes familiares de la enfermedad. En este sentido, en el trabajo, publicado en ‘Alzheimer’s & Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association’, los expertos han demostrado cómo la apatía predice el deterioro cognitivo incluso antes de que surjan los síntomas de la demencia.
Para alcanzar esta conclusión, el nuevo estudio involucró a 304 personas sanas que portan un gen defectuoso que causa demencia frontotemporal y 296 de sus parientes que tienen genes normales. Los participantes fueron seguidos durante varios años y ninguno tenía demencia y la mayoría de las personas del estudio no sabían si portaban un gen defectuoso o no.
«Al estudiar a las personas a lo largo del tiempo, revelamos cómo incluso los cambios sutiles en la apatía predecían un cambio en la cognición, pero no al revés. Además, vimos una contracción del cerebro local en áreas que apoyan la motivación y la iniciativa, muchos años antes de la aparición esperada de los síntomas», han apostillado los investigadores.
Las personas con las mutaciones genéticas tenían más apatía que otros miembros de su familia, que en dos años aumentó mucho más que en las personas con genética normal. Asimismo, la apatía predijo el deterioro cognitivo, y este se aceleró a medida que se acercaban a la edad estimada de aparición de los síntomas.