02 Feb Jubilación: ¿una oportunidad que nos brinda la vida o una tortura?
Elijan entre la respuesta del pesimista jubilado anónimo y la del vitalista Saramago.
ALFONSO GARCÍA
Permitan que me repita; diré en mi descargo que deseo seguir siendo defensor de una posición activa de preparación para la jubilación, porque me parece un tema importante que se sigue descuidando.
El aumento de la esperanza de vida nos abre un amplio espacio de tiempo que podemos utilizar de forma activa, saludable y gratificante para nosotros, para la familia y para la sociedad.
En España, el año 2030, las personas de más de 65 serán el 23 % (casi doce millones de personas) y en el 2050, por encima del 30 % (más de dieciséis millones).
De la misma forma que la niñez es un proceso de aprendizaje para la juventud y durante la juventud nos preparamos para la vida adulta independiente, cabe preguntarse ¿nos ocupamos de planificar la jubilación?
En 1977 el Consejo de Europa alertaba de la necesidad de la preparación para la jubilación; en 1991 la ONU tuvo la iniciativa de crear el Día Internacional de las Personas Mayores y aprobar la Declaración de los derechos de los mayores.
La UE declaró el año 2012 año europeo del envejecimiento activo y del diálogo intergeneracional y el Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales publicó el Libro Blanco del Envejecimiento Activo.
Y después, como suele suceder, vino el silencio y el olvido.
Esta preparación debería incluir ámbitos como salud, nutrición, economía y cuestiones legales, sexualidad y ocio, entre otros; y extenderse a la tarea de sensibilizar a la población sobre la necesidad de crear un espacio temporal para uso personal durante la vida activa, destinado al fomento de aficiones, que resultarán muy útiles a partir de la jubilación. Tenemos que aprender a mantener abierta la ventana de la curiosidad de forma permanente.
Empresas, sindicatos, colegios profesionales, asociaciones, universidades y administraciones públicas tienen ante sí una importante tarea de concienciación sobre este fenómeno inexorable para todo ser humano. Ocuparse seriamente de él, generará en el futuro un importante ahorro de gastos sanitario y social, y mejorará el bienestar de las personas.
¿Nos adheriremos a la respuesta que Saramago daba a quienes le preguntaban “¿Qué cuántos años tengo?” o responderemos como este pesimista jubilado anónimo?:
Me acaban de jubilar,
sin ninguna dilación;
lejos ya de mi afición,
¿en qué me voy a ocupar?
La jubilación es una oportunidad que nos brinda la vida, no un castigo.
www.mundiario.com/articulo/sociedad/es-jubilacion-oportunidad-nos-brinda-vida-torutura/2018012811472