Hospitales a la medida de los mayores

Hospitales a la medida de los mayores

El germen de un nuevo modelo de atención está gestándose en el madrileño Hospital Ramón y Cajal. El internista Luis Manzano ha creado una unidad para el paciente que más crece: mayor de 70 años y con varias enfermedades crónicas.

N. R. C.
«Goteras» en el corazón, los riñones y los bronquios unido a una tensión arterial por las nubes y una diabetes tipo 2 que convive al mismo tiempo con cifras altas de colesterol y una anemia persistente. Este es el cuadro que define a una realidad cada vez mayor de enfermos en el mundo desarrollado. En la jerga médica se definen como pacientes pluripatológicos, es decir enfermos de más de 70 años que padecen al mismo tiempo varias enfermedades crónicas y son hospitalizados con frecuencia. Son casos incómodos y complejos, tanto para el sistema sanitario que no está preparado para atenderles como para los propios enfermos que se ven obligados a visitar a numerosos especialistas para resolver sus problemas de salud.

La sanidad pública aún no tiene una respuesta global para tratar a estos grandes consumidores de recursos sanitarios. Pero algunos profesionales intentan dar un giro con ideas que pueden revolucionar la forma de atención de los mayores. Este es el caso del internista Luis Manzano que ha creado un oasis para estos pacientes en la unidad de insuficiencia cardiaca y riesgo vascular del Hospital Ramón y Cajal.

Visión global

En esta unidad el paciente ya no tiene que esperar a la ansiada cita con el médico, ni ir de especialista en especialista, ni perderse en el laberinto del hospital en busca de un volante para una prueba u otra. El concepto es otro, explica Luis Manzano, responsable del equipo: «El paciente es visto con la frecuencia que necesite y se atienden todos sus problemas de salud por un equipo médico que adquiere el compromiso del cuidado asistencial global del paciente. En el caso de que sea necesaria la opinión de otro facultativo, nosotros nos ponemos en contacto con él para evitar nuevas citaciones médicas. Y si requiere ser hospitalizado también es atendido por los miembros de la unidad. No nos limitamos a un órgano concreto. Ofrecemos la visión generalista de un médico de atención primaria pero con acceso y recursos a la tecnología de un gran hospital».

Desde este pequeño centro de operaciones que cuenta con tres internistas y dos enfermeras, se deciden la analítica, radiografías, electrocardiogramas y todos los procedimientos diagnósticos que necesita el paciente de forma centralizada. Sin desplazarse del hospital. La unidad está en continuo contacto con el médico de Familia para que pueda conocer cada una de las intervenciones que se realizan en sus pacientes.
A falta de una historia clínica digital que algún día conectará a todos los hospitales del Sistema Nacional de Salud, el equipo de enfermería proporciona al paciente una carpeta de fácil manejo para que archive toda su documentación médica. Incluye la identificación del paciente, citaciones, informes, hoja de tratamiento, monitorización de tensión y pulso, pruebas diagnósticas e instrucciones médicas y un teléfono de contacto en caso de duda.

El siguiente paso que planea este equipo médico es llegar a la atención domiciliaria, para llegar a los enfermos que no puedan desplazarse a la unidad y crear un plan específico para pacientes que viven en residencias. Pero para eso hace falta mayor presupuesto.

Luis Manzano, un médico que lleva la defensa de la sanidad pública en su ADN, está convencido de que este es el modelo hacia el que tiene que caminar el sistema sanitario. «Sé que ahorraría costes. Lo dice nuestra experiencia. En tres años hemos atendido a 1.350 pacientes y hemos reducido el número de ingresos por insuficiencia cardiaca al 50% y las visitas a urgencias en un 60%». Se estima que de manera directa, los mayores de 70 años con pluripatologías representan el 2-3 por ciento del gasto total del sistema sanitario, del cual el 80% es consecuencia de la atención hospitalaria. Sin contar los costes indirectos.

«Reduce gastos y aumenta la satisfacción de pacientes y familiares que se sienten mejor tratados dentro de un gran hospital», insiste.
La unidad de insuficiencia cardiaca nació de la «inquietud» de Manzano, «de ver cómo los pacientes ingresan en los hospitales , se les da el alta y después no hay un seguimiento continuado hasta que vuelven a ingresar». Y también de intentar dar una respuesta a un sistema sanitario «que debe hacerse sostenible porque si no hará «crack»».

http://www.abc.es/salud/noticias/hospitales-medida-mayores-10629.html



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