‘Hogar y Café’, viviendas compartidas entre mayores de la Fundación Pilares y la CAM

‘Hogar y Café’, viviendas compartidas entre mayores de la Fundación Pilares y la CAM

Persigue promover la convivencia entre personas de 60 y más años para tratar de mitigar sentimientos de soledad no deseada, pudiéndose dar otros beneficios añadidos, como el compartir gastos.

REDACCIÓN

Fundación Pilares para la autonomía personal presenta nuevo programa “Hogar y Café. Viviendas Compartidas entre Personas Mayores» con el que se persigue promover la convivencia entre personas de 60 y más años para tratar de mitigar sentimientos de soledad no deseada, pudiéndose dar otros beneficios añadidos, como el compartir gastos. Este programa, desarrollado desde la metodología que propone el Modelo de Atención Integral y Centrado en la persona (AICP), plantea una alternativa de convivencia a las personas mayores que favorece que las personas sigan participando de la comunidad y ejerciendo su autonomía personal.

Pilar Rodríguez ha presentado las principales líneas de trabajo de la Fundación, resaltando el compromiso de contribuir a la construcción de conocimiento, compartirlo, y sobre esa base desarrollar programas innovadores que promuevan la dignidad de las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad y mejoren su calidad de vida. En ese sentido, la búsqueda de alternativas de alojamiento para personas mayores que salvaguarden su autonomía, es decir, su derecho a vivir de acuerdo a quienes son y su proyecto vital, ha conducido a plantear Hogar y Café.

Según la presidenta de la Fundación, este programa, de carácter innovador, tiene en cuenta y aúna necesidades que tienen algunas personas mayores: quienes cuentan con viviendas grandes al haberse independizado los hijos y/o por situaciones de viudedad, han visto disminuidos sus ingresos para afrontar los gastos del hogar y, además, viven en solitario y a veces experimentan sentimientos de soledad. O quienes les gustaría vivir en compañía pero tienen dificultades económicas para alquilar una vivienda, no saben con quién hacerlo y tienen dudas sobre si la convivencia funcionará… Es en estas situaciones cuando puede surgir una oportunidad que resuelva de manera conjunta tales necesidades: Hogar y Café se plantea como posible solución a estos casos.

Víctor Omar Dabbagh Rollán, Responsable de investigación y evaluación de la Fundación Pilares, ha presentado los resultados de la investigación, sobre cómo desarrollar un programa de Viviendas compartidas entre personas mayores en la CAM, a partir de sus propias percepciones y opiniones. Dicha investigación, realizada por la Fundación Pilares en 2018, financiada y promovida por la Consejería de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad de Madrid, a través de la Dirección General de Atención a la Dependencia y al Mayor, ha servido como base para fundamentar y definir el marco de actuación del Programa Hogar y Café.

En la presentación se ha destacado cómo la longevidad y el aumento de los hogares unipersonales dentro de las personas mayores de 65 años han hecho evidente la necesidad de desarrollar programas innovadores que amplíen el abanico de modalidades de alojamiento disponibles, programas que han de tener en cuenta una serie de aspectos: cómo convivir en buena armonía con personas extrañas, el valor que las personas dan a su intimidad, la incertidumbre sobre el futuro o la necesidad de definir claramente lo que se espera de cada persona participante.

Concepción García Conde, Coordinadora del programa Hogar y Café -Viviendas Compartidas entre personas mayores- de la Fundación Pilares, ha presentado el ámbito de actuación de este programa, resaltando que la meta principal es facilitar y promover que las personas de 60 años o más, que se sienten en soledad compartan vivienda con otras personas de su misma generación, para dar respuesta a las necesidades de compañía, apoyo mutuo y eficiencia en los gastos, favoreciendo la permanencia en su domicilio o entorno, evitando institucionalizaciones no necesarias. Esta iniciativa, que se dirige a personas mayores de 60 años residentes en los municipios de Madrid y Alcobendas que mantienen buena capacidad para el desarrollo de las actividades de la vida diaria, consiste en que dos o más personas comparten una vivienda (propia o en alquiler), en la que los dormitorios son privados y el resto de estancias compartidas. Se concreta en dos modalidades: una de las personas es titular de la casa y está dispuesta a acoger a otra para compartirla o varias personas alquilan juntas una vivienda para compartirla.

En todos los casos, el plan de vida se establece conjuntamente entre las propias personas convivientes, mediante un acuerdo pactado que incluye sus gustos y preferencias, normas de convivencia, gastos compartidos, tareas domésticas, horas de descanso, pernoctas, animales de compañía… Se promueve que puedan conocerse previamente, para valorar si encajan y hay suficiente afinidad entre sí y, además, cuenten con un periodo de prueba de un mes de duración y la posibilidad de darse de baja y cesar la convivencia. Todo este proceso se realiza con el acompañamiento y asesoramiento profesional de Fundación Pilares. Concepción García ha destacado que este programa, enmarcado en el Modelo AICP, proporciona una atención personalizada y “a la carta” a las personas que quieren compartir vivienda y les ofrece un acompañamiento y apoyo personal a lo largo de todo el proceso, configurándose como una alternativa necesaria para paliar la soledad no deseada.

Se informó además de otro de los programas que la Fundación Pilares viene desarrollando en la ciudad de Madrid, destinado tanto a las personas en situación de discapacidad, soledad o dependencia que necesitan cuidados y/o apoyos como a sus familias cuidadoras. Su coordinadora, Ana García Mendoza, explicó que se proporciona acompañamiento, formación y asesoramiento continuado en el propio domicilio, destinado a mejorar la relación de cuidados, a evitar situaciones de soledad, a disminuir la sobrecarga de las familias y a la obtención de los apoyos que requieran para continuar viviendo en sus casas con una vida digna y de calidad evitando institucionalizaciones no necesarias. En función de las necesidades de cada caso, se prestan, además, otros servicios de proximidad tales como SAD para el descanso de la persona cuidadora, podología, terapia ocupacional, etc., o se facilita el acceso a otros recursos existentes en la comunidad. Todo ello a través de la metodología de gestión de casos, la intervención comunitaria y en el marco del Modelo AICP. Ana García ha resaltado la necesidad de seguir trabajando por adaptar y coordinar los apoyos que se prestan a las singularidades de cada persona, con el fin de ofrecer respuestas personalizadas e integrales y afianzar los buenos resultados de evaluación con los que ya se cuenta.

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