01 Abr Explican cómo afecta la soledad no deseada a la salud física de las personas mayores.
Revelan que tiene un efecto negativo, aumentando el riesgo de deterioro.
2024. 65Ymás
María Bonillo
La soledad no deseada tiene un efecto negativo en la salud física de las personas mayores, así lo confirma un estudio llevado a cabo por un equipo de investigadores de la Universidad de Glasgow y la UMC de Ámsterdam, en el que explican cómo ocurre este deterioro.
El trabajo, que investigó la relación entre el funcionamiento social y la fragilidad física en mayores y ha sido publicado en The Lancet Healthy Longevity, analizó los resultados de investigaciones de más de 130 estudios, observando que la soledad aumentaba la fragilidad física, lo cual conllevaba a su vez a un aumento del riesgo de resultados adversos para la salud, como depresión, caídas y deterioro cognitivo.
La fragilidad, que se refiere a diferentes formas de deterioro físico, como pérdida de peso, reducción de velocidad al caminar o disminución de la fuerza muscular, es descrita «como un estado de mayor vulnerabilidad a resultados de salud adversos» y «es un problema médico cada vez mayor en todo el mundo a medida que las poblaciones envejecen», según explican desde la Universidad de Glasgow en una nota.
Investigaciones anteriores ya evidenciaban que la fragilidad puede provocar una disminución del contacto social. Ahora, este nuevo estudio demuestra que también se puede dar al contrario, y que una disminución del contacto social puede provocar fragilidad.
«El deterioro del funcionamiento físico y social a menudo ocurre al mismo tiempo. Las personas mayores que son físicamente vulnerables a menudo también tienen que lidiar con una disminución en su funcionamiento social y mental. Al cuidar a adultos mayores, debemos prestar atención a todos estos aspectos». Así lo explica el Dr. Peter Hanlon, de la Universidad de Glasgow, quien destaca que la soledad «no es un problema fácil de resolver. Sin embargo, cada vez hay más conocimiento disponible sobre posibles intervenciones efectivas, incluidas actividades que ayuden a las personas mayores a aumentar sus conexiones sociales».
Por su parte, Emiel Hoogendijk, epidemiólogo de Amsterdam Public Health, comentaba que «recientemente, y especialmente durante la pandemia de Covid-19, se presta más atención a los posibles efectos nocivos de la soledad y el aislamiento social en la salud de las personas mayores». En este sentido, con esta investigación vieron que «todo tipo de funcionamiento social reducido, como la soledad, el aislamiento social y la falta de apoyo social, se asociaban con el deterioro físico en los adultos mayores».
«Sabemos que las personas con sentimientos de soledad o con falta de contactos sociales tienen un mayor riesgo de sufrir, entre otras cosas, depresión y diversas enfermedades crónicas«, señalaba, apuntando que «también puede tener un efecto indirecto sobre la salud, por ejemplo a través de un estilo de vida poco saludable».