09 Oct Estos son los dos primeros signos del alzhéimer para un diagnóstico precoz.
Actualmente, más de 55 millones de personas tienen demencia en todo el mundo.
ABC 21/09/2023
El Alzhéimer es la segunda enfermedad (68,3%) que la población considera que necesita mayor investigación tras el cáncer (81,2%) y seguido por las enfermedades de salud mental (50,6%). Son datos del estudio «La percepción de la población española sobre el alzhéimer», publicado por Sanitas coincidiendo con el Día Mundial del alzhéimer, que se celebra cada 21 de septiembre.
El 42,9% de los encuestados señala que no conoce los primeros síntomas de la enfermedad del alzhéimer, esto provoca que muchas personas sean diagnosticadas ya en fases avanzadas, cuando la ralentización de la enfermedad se hace más compleja. Entre los primeros signos del alzhéimer se encuentran la pérdida de memoria y la desorientación temporoespacial. En una fase más avanzada pueden aparecer otros síntomas como la incontinencia urinaria, la depresión, el temblor de manos, el insomnio o alteraciones visuales.
«Hay que poner el foco en diagnosticar prematuramente el alzhéimer, ya que va a dar muchas más posibilidades de ralentizar el curso de la enfermedad, tanto a través de terapias no farmacológicas como con tratamientos farmacológicos. Además, va a permitir aprovechar al máximo la reserva cognitiva y a estimular la plasticidad neuronal. Es fundamental, por ello, que poco a poco se vaya concienciando a la sociedad de mejorar este diagnóstico precoz», explica David Curto, director Médico y de Calidad de Sanitas Mayores.
Una parte importante de los cuidadores no cuenta con la formación ni los recursos necesarios para asistir correctamente a su familiar. Es muy común que los mayores que comienzan a sufrir esta patología sean cuidados en su propio domicilio. Nueve de cada diez españoles cree que es posible ralentizar el alzhéimer a través de ejercicio mental (70,7%), medicación (61,4%), y ejercicio físico (38,9%). A pesar de ello, hay un 9,6% de la población que considera que es imposible ralentizar la enfermedad. Por ello, es importante promover una mayor formación e información sobre esta patología.
Además, se deben adaptar los espacios a las necesidades de las personas que viven con demencia y recibir asesoramiento externo. Existe evidencia científica de que adecuar el entorno mejora directamente los síntomas de las personas que viven con demencia.
«La demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores en todo el mundo. Conocer bien el alzhéimer permite estar preparado para afrontar de la mejor manera posible la enfermedad de un familiar y a cuidarlo mejor en cada fase», señala Curto.
Mejorar la calidad de vida y el cuidado de los enfermos
Entre las medidas necesarias para mejorar la calidad de vida de una persona que vive con alzhéimer, la población señala que los cuidados profesionales son muy necesarios (85,8%), mientras que el 84% señala que lo son las relaciones familiares (83,60%). En menor medida, el 67,6% cree que se puede mejorar la vida de una persona con alzhéimer a través de terapias no farmacológicas como la musicoterapia, la terapia con animales, o las salas de reminiscencia.
Cualquier persona con alteraciones en la atención, la memoria, el lenguaje y la motricidad puede beneficiarse de una terapia con música, ya que ayuda a reforzar las habilidades cognitivas. Además, las terapias asistidas con animales también tienen efectos terapéuticos que favorecen el estado emocional. A través de este tipo de actividades, las personas mayores pueden mejorar distintos aspectos como las funciones cognitivas, las capacidades psicomotrices o los reflejos posturales. El objetivo de estas terapias es conseguir que las personas con demencia sigan siendo personas autónomas, libres y con capacidad de decisión. Para eso debemos prestarles atención, conocer sus gustos y a partir de sus prioridades establecer las actividades y los programas que más les ayuden a vivir una vejez digna y feliz.
Los españoles reclaman que para la mejora del cuidado de las personas que viven con alzhéimer son necesarias distintas medidas. El 84,2% cree que la formación para los profesionales es la medida más necesaria para mejorar el cuidado de las personas con Alzhéimer, seguido de soporte profesional como la ayuda de terapeutas ocupacionales o pedagogos (82,70%), la ayuda psicológica (80,42%), y más del 70% indica que son necesarios recursos económicos (77,04%) y ayudas para la adaptación en el hogar (74,85%).
La ayuda psicológica para pacientes y cuidadores
Esta enfermedad no solo afecta a la persona que vive con alzhéimer. El impacto físico, psicológico y social también afecta a los familiares. De hecho, casi la totalidad de los españoles (más del 97%) creen que es necesario el apoyo de profesionales de la salud mental tanto en las personas que padecen esta enfermedad como en sus cuidadores.
La ayuda psicológica es cada vez más clave en el cuidado de la patología, el enfoque de la terapia psicológica se adapta a cada persona. Se basa en que las personas con demencia y el profesional de salud mental trabajen juntos para descubrir qué podría estar causando los problemas de la persona, así como las formas de manejar estos problemas. Además, esta ayuda es fundamental para los cuidadores, es necesario conocer las distintas fases y encontrarse preparado psicológicamente para las distintas situaciones a las que se tendrá que enfrentar.
Establecer una rutina en el día a día de estos enfermos, conocer los horarios en los que se está más activo, hacer actividades que disfrute, realizar ejercicio físico o escuchar música que les estimule, son tan solo algunas de las recomendaciones de Sanitas Mayores para cuidar en la medida de lo posible sus capacidades cognitivas.
Que los familiares y sus cuidadores reciban información especializada sobre los cuidados que necesitan las personas con alzhéimer y otras demencias es también crucial en su bienestar, informan desde la plataforma online ‘Cuidar Bien’, de Sanitas Mayores. En esta web, que se puso en marcha en 2015, médicos, enfermeras, auxiliares, fisioterapeutas, psicólogos y terapeutas ocupaciones, entre otros, comparten asiduamente su conocimiento y experiencia a fin de ayudarles a enfrentarse a esta patología.
Actualmente, más de 55 millones de personas tienen demencia en todo el mundo,[1] cada año, hay casi diez millones de casos nuevos. La demencia es el resultado de diversas enfermedades y lesiones que afectan el cerebro. La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia y puede representar entre un 60% y un 70% de los casos. La demencia es, en la actualidad, la séptima causa de defunción y una de las causas principales de discapacidad y dependencia entre las personas de edad en el mundo entero.