Estos son los cinco modelos de pensiones que España debería copiar, según los expertos.

Estos son los cinco modelos de pensiones que España debería copiar, según los expertos.

El británico, sueco, o canadiense, citados por EFPA como los sistemas de pensiones más eficientes.

Beatriz Torija

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En mitad del debate sobre la sostenibilidad financiera del sistema de pensiones en España, la Asociación Europea de Asesoría y Planificación Financiera en España (EFPA) pone sobre la mesa algunos de los modelos de previsión social que mejor funcionan en el mundo y que podrían inspirar algunos cambios en el esquema español.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha cuestionado hace apenas unos días esa sostenibilidad por el efecto del envejecimiento de la población y la inminente jubilación de los baby boomers. Según el organismo, los ingresos medios de los pensionistas han crecido a un mayor ritmo que los del resto de la población, porque el gasto en pensiones por jubilado ha aumentado a un ritmo mucho mayor que el salario medio de los trabajadores.

Asimismo, la OCDE considera que las condiciones para obtener una pensión completa de jubilación en España son «laxas» en comparación con otros países, dado que en 2027 un trabajador se puede retirar a los 65 años con una pensión completa si ha cotizado 38,5 años, mientras que en Francia hacen falta 43 años y en Alemania son necesarios 45, por ejemplo.

Según el documento «España 2050: Fundamentos y propuestas para una estrategia nacional a largo plazo», elaborado por el Ministerio de la Presidencia, se estima que, de aquí a mediados de siglo, «la población española de entre 16 y 64 años podría reducirse en 3,7 millones, situándose por debajo de los 27 millones» y volver a niveles de 1996.

Modelo sueco, el más citado por los expertos

En el modelo sueco, «que ha sido el más citado por los expertos como sistema a imitar», señala EFPA, el primer pilar es la pensión pública, financiada por las aportaciones de empresa y trabajador y que en total suma el 18,5% de su salario bruto. El 16% se va acumulando en una cuenta individual virtual y el 2,5% restante se asigna a un fondo de pensiones de gestión privada que elige el trabajador.

El segundo aspecto destacado del modelo sueco es que «más del 90%» de los trabajadores son partícipes de algún plan de pensiones de empleo, cuya estructura y condiciones dependen de la «negociación colectiva entre sindicatos y organizaciones empresariales», detalla EFPA.

Modelo británico: flexible y diversificado

Entre los sistemas de pensiones que cuentan con algunos elementos que «pueden servir de ejemplo para mejorar y actualizar» el modelo español, según EFPA, se encuentra el de Reino Unido. La asociación explica que el modelo de Reino Unido cuenta con tres niveles de prestación y que se caracteriza por la «flexibilidad» y la «diversificación».

En el primer nivel hay una pensión básica estatal para los que hayan contribuido un número mínimo de años; en el segundo figura una pensión complementaria en función de la renta y de carácter contributivo y, por último, está la denominada ‘pension credit’, también de carácter contributivo y que supone un beneficio semanal libre de impuestos para personas con rentas bajas y que tiene carácter asistencial.

Austria y la mochila de los trabajadores

Uno de los sistemas más mencionados en España es la conocida como ‘mochila austriaca’, que no termina de plantearse en nuestro país, aunque se ha puesto ya en numerosas ocasiones sobre la mesa del debate político, por parte de distinas formaciones.

Este modelo se basa en la aportación de las compañías de un monto deducido del salario bruto del trabajador a un fondo de capitalización, el cual es gestionado por fondos de carácter privado con la autorización del Gobierno.

La EFPA detalla que la contribución al empleado por parte de la empresa es del 1,53% de su salario bruto, un monto que se acumula en cuenta, está exento de impuestos y del que el beneficiario puede hacer uso en caso de despido -«por lo que no siempre cubre la necesidad de ahorro para la jubilación», matiza la asociación-, como complemento a su pensión o al finalizar la vida laboral.

El modelo dual de Canadá 

En el caso de Canadá se basa en un sistema dual con una cuantía de base fija a la que se suma el porcentaje del capital obtenido por el trabajador durante su vida laboral. «La principal característica del sistema de ingresos es que incluyen acuerdos obligatorios y voluntarios, en los que participan tanto particulares como el Estado, sindicatos y empresarios», detalla la EFPA.

En el esquema canadiense se dan tres tipos de prestaciones: uno al que se cotiza mientras se trabaja y que garantiza posteriormente un ingreso mensual durante la jubilación, otro financiado por el Estado, y un tercero que complementa a este último con una prestación adicional no imponible.

Países bajos, un modelo híbrido, público y privado

Otro de los modelos que menciona la organización es el de los Países Bajos, donde los jubilados reciben, aproximadamente, el 50% del ingreso del sistema público y un 30% de los sistemas de empresa. Para poder acceder a este sistema, se debe haber vivido en el país entre los 15 y los 65 años y haber cotizado durante ese periodo.

 



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