13 Oct Esti Prieto: «Nadie te cuenta cómo envejece el cuerpo de la mujer, cómo cae la reserva ovárica o los problemas para tener hijos».
Hablamos con la influencer tras su reciente maternidad.
Ana I Martínez 04/10/2023
En el año 2021, Estíbaliz Prieto (Vizcaya, 1982), más conocida como Esti en redes sociales, decidió ofrecer en Instagram un tipo de contenido muy diferente al habitual: al mismo tiempo que seguía mostrando sus looks de moda, comenzó a enseñar todo el proceso de lo que supone una vitrificación de ovocitos, es decir, la congelación de óvulos, de tal manera que una mujer pueda recurrir a ellos en otro momento para poder ser madre.
Sus más de 379.000 seguidores fueron testigos de todo el proceso: de sus pinchazos, de los resultados, de lo que le decía el ginecólogo, de sus miedos… Se atrevió a normalizar un proceso del que muy pocos hablan. Hoy, esta influencer es madre de Mía, una bebé de dos meses que le ha cambiado la vida.
– Enhorabuena por tu reciente maternidad. ¿Qué tal lo estás llevando?
Bien, con sus momentos, pero mejor de lo que esperaba ya que a veces te hablan más sobre el lado malo de la maternidad que del bueno.
Dos meses tiene tu hija Mía. Tras este tiempo, ¿qué cosas has ido aprendiendo, que no te contaron, pero te gustaría haber sabido?
La verdad es que me escribe tanta gente que creo que podría asegurar que me han contado todo lo que se podía contar sobre la maternidad, desde lo bueno a lo malo, desde los consejos y las recomendaciones al ‘no hagas caso a nadie y sigue tu instinto’. Creo que la información es poder y que ir con toda la información está muy bien.
– ¿Qué tal con la lactancia? Porque es algo tan maravilloso como duro, con muchos altibajos…
Pues para mi sorpresa muy bien. Los inicios fueron difíciles y pintaban un poco mal. La niña al nacer fue ingresada en la unidad de neonatos, por lo que estuvo separada de mí. Allí estuvo 4 días y medio y al principio se le empezó a alimentar con biberón, lo cual luego suponía un esfuerzo mayor enseñarle a coger el pecho. Pero era primordial ante todo que se alimentase. El personal de neonatos del Hospital de Basurto, a los cuales doy gracias una vez más por todo porque fueron increíbles, me enseñaron mucho sobre lactancia. Sin embargo estando allí no conseguíamos que cogiese bien el pecho. Y con ya pocas esperanzas por mi parte, una vez que llegamos a casa empezó a cogerlo muy bien. Hasta hoy.
– Las matronas, expertas en lactancia, pediatras… siempre hablan de la importancia de que la madre se centre en el bebé, de dejarse ayudar y de apoyarse en otras madres. ¿Quiénes son en estos momentos tus principales apoyos?
Mi gran apoyo, siempre mi madre, y más en esto. También algunas veces pido consejo a un equipo muy bueno de matronas que tenemos aquí en Bilbao, que son las chicas de Maternaly y que me ayudan mucho cuando lo necesito.
– ¿Y te dejas ayudar?
Sí, aunque también hay momentos en que yo me quiero probar y ver hasta dónde puedo hacer las cosas sin ayuda, para que cuando se me plantee una situación en el futuro en la que me pueda encontrar sola, sepa afrontarla.
– Hay otro elemento que suele golpear muy duro a las madres. Y es la culpa. ¿La has sufrido ya, le has plantado cara, te has venido abajo en otros momentos…?
Me sentí «extrañamente» culpable cuando separaron a mi hija de mí al nacer. No era culpa mía, pero sentía que quizás si yo hubiese empujado mejor en el parto, ella hubiese salido antes, hubiese sufrido menos y no habría acabado en neonatos sin mí y llena de tubos y cables. No pude evitar sentirme mal por aquello y llorar mucho por ello. Al final, con el tiempo, se olvida un poco. Creo que preferimos quedarnos con lo bueno.
– Corrígeme si me equivoco pero la baja maternal de 16 semanas para ti no han existido ¿no? Has seguido trabajando, creo.
Efectivamente, no he cogido baja laboral y he seguido trabajando. No lo recuerdo bien ahora mismo, pero creo que estuve una semana sin publicar desde que di a luz, pero a la semana ya estaba otra vez publicando cosas de manera profesional y personal.
– Maternidad y autónomos. ¿Qué debería mejorarse?
Las prestaciones por baja por maternidad, sin duda. Muchas mujeres autónomas no llegan a las 16 semanas de baja porque económicamente no compensa.
– Eres también familia monoparental. ¿Estás al tanto de la lucha que llevan estas familias?
Sí, de hecho estoy en la AMSPE (Asociación de madres solteras por elección), y estoy al tanto de algunas cosas, aunque ahora mismo entre la niña, el trabajo y la casa ando un poco más desconectada.
– Has ido contando en redes todo tu proceso hasta ser madre por FIV: tu primera consulta para la vitrificación de ovocitos, el embarazo, etc. ¿Por qué lo hiciste? Sigue habiendo bastante tabú cuando se acude a una clínica.
Lo hice porque en el momento que me lo estaba planteando pensaba ‘ojalá me hubiesen contado esto antes’. Y es que es cierto que llevamos años oyendo hablar acerca de la vitrificación de ovocitos, pero nadie te cuenta de qué manera envejece el cuerpo de la mujer en este sentido, de qué manera va cayendo nuestra reserva ovárica año tras año, nadie nos habla de la gran cantidad de problemas que hay a veces para tener hijos. Y me pareció que tengo una ventana medianamente grande para visibilizar esto y para darse cuenta de que esto depende del paso de tiempo y luego ese tiempo no se recupera. Las clínicas hacen tratamientos, cada vez mejores, y consiguen muchas veces lo que parecía imposible, pero no hacen milagros. Con esto quiero decir que hay que ser conscientes de ese paso del tiempo, hay que mirar, independientemente ya de la edad, si estamos bien por dentro, para que luego no lleguen los problemas, las obsesiones y los disgustos. Y en este punto me gustaría dar las gracias a iGin, que es la clínica donde he hecho mi vitrificación de ovocitos y mi FIV, que son maravillosos y que les estaré eternamente agradecida.
11. Esti, ¿cómo compaginas ahora tu maternidad con tu trabajo? ¿Consigues conciliar?
Con mucha organización, con ayuda también, y sobre todo intentando aprovechar cada minuto que tengo ‘libre’ para preparar fotos o vídeos. Ya raramente concibo eso de sentarme en el sofá a hacer nada: ahora valoro mucho más el tiempo y los minutos me cunden mucho más.
– No muestras a Mía en redes sociales . Hay creadores de contenido o influencers que sí exponen a sus hijos. Tu no. ¿Por qué?
Yo respeto tanto a quien enseña a los hijos como a los que no, pero a mi modo de verlo, todo esto se nos ha ido mucho de las manos, no hay control sobre nada… Esto lo ven miles y miles de personas y mi hija no ha decidido estar ahí… Ella tiene su intimidad, es como lo veo yo. Y, además de ello, está el lado oscuro de las redes sociales, la parte de los pedófilos, y ahora además hay que añadir la inteligencia artificial, con la que desnudan los cuerpos. La verdad es que da bastante miedo.
– Esti, puede que haya alguien que no te conozca. ¿Puedes contarles cómo empezaste en este mundo de las redes sociales? Hoy eres creadora de contenidos pero trabajaste en la recepción de un hotel y subías tus looks…
Efectivamente, yo trabajaba en la recepción de un hotel cuando descubrí Instagram. Por aquella época, leía muchos blogs de moda, pero nunca me planteé hacerme uno. Sin embargo, con esta red social me pareció tan fácil poder participar yo también simplemente desde mi casa, haciéndome una foto en el espejo, que me abrí una cuenta y empecé a subir mis looks diarios. Y aquí sigo 11 años después.
– Las redes sociales son un constante cambio Esti. Para las nuevas generaciones o por si Mía te dice el día de mañana que quiere ser ‘influencer’. ¿Algún mensaje fruto de tu experiencia?
A mí me gustaría que ella sea lo que quiera ser, pero también quiero que tenga un futuro lo más tranquilo y seguro posible. A las redes sociales yo creo que siempre les rodea una incertidumbre que nunca va a desaparecer. En mi caso, yo tuve mucha suerte y empecé (sin saberlo) en el momento adecuado y dejé mi trabajo de recepcionista porque no me gustaba y no era feliz trabajando de eso. Así que cuando vi que podía dejar aquello y dedicarme a esto, para mí fue mi salvación.
Ahora soy feliz dedicándome a esto, con mis días buenos y mis días malos, pero seguramente si hace 11 años todo esto me hubiese pasado trabajando en un trabajo que me gustase y que me hiciese feliz, no lo habría dejado. Seguiría por aquí enseñando looks, pero con mi otro trabajo, porque al final dedicarte a esto te hace más esclava, te resta espontaneidad y naturalidad y ya no lo ves como una afición. Mi prioridad será siempre que Mía elija bien desde un principio y que no necesite que nadie ni nada le salve.