Establecimientos más amables para los mayores

Establecimientos más amables para los mayores

* Locales de seis municipios guipuzcoanos se adhieren al proyecto ‘Euskadi Lagunkoia’
* Poner sillas para las esperas, ceder el uso del baño de empleados y gafas para leer etiquetas o folletos de los productos, algunas de las iniciativas

ANE URDANGARIN – SAN SEBASTIÁN

La Euskadi del futuro estará habitada por personas envejecidas. Habrá más defunciones que nacimientos y, en 2029, uno de cada tres hogares vascos estará ocupado por una sola persona, si las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística se convierten en realidad. Tampoco hay que mirar muy lejos para percatarse del cada vez mayor peso que tienen en la sociedad vasca las personas mayores, si ese concepto tan amplio como heterogéneo se reduce a denominar a los ciudadanos que ya han cumplido los 65 años. Aumentan en número, pero, ¿realmente se les tiene en cuenta? ¿Está nuestra sociedad, nuestras calles, pensadas para este colectivo? Hace años que la Organización Mundial de la Salud se planteó estas preguntas y empezó a promover entornos físicos y sociales adecuados para la tercera edad, eliminando barreras, no solo físicas, que pongan en peligro su autonomía.

Las capitales vascas ya trabajan en la promoción de entornos más amigables con los mayores, una iniciativa que se está concretando también en otros municipios vascos gracias a ‘Euskadi Lagunkoia’, un proyecto promovido por el Gobierno Vasco y que ya es visible, por ejemplo, en algunos establecimientos, identificados con un logo y donde, por ejemplo, además de los obstáculos arquitectónicos, tienen en cuenta detalles como disponer de asientos para descansar, ceden el baño que habitualmente emplean los trabajadores a los clientes mayores o, por ejemplo, cuidan que la iluminación y el tamaño de la letra de los precios y carteles sean accesibles y legibles. ¿Y por qué no poner a disposición de estas personas unas gafas de leer ‘de cerca’, de esas que ayudan a leer un folleto? Estas son algunas de las iniciativas concretas que ya se están aplicando en varios comercios guipuzcoanos y que forman parte de la iniciativa ‘Euskadi Lagunkoia’.

El Instituto Matía se está encargando de desarrollar el proyecto en Gipuzkoa y Álava. De momento, participan, Ordizia, Orio, Zumarraga, Idiazabal y Hondarribia, y los alaveses de Armiñón, Valdegobia, Berantevilla, Ribera Alta, Lantarón, Kuartango, Añana, Iruña de Oca, Zambrana y Alegría Dulantzi. La socióloga Elena del Barrio, que ha llevado a cabo proyectos relacionados con las condiciones de vida, usos del tiempo, estilos de vida, actitudes y valores en las personas mayores, es una de las responsables del proceso, en el que han realizado encuestas a ciudadanos de todas las edades, unos 200 por municipio de media, que les ha permitido hacer un diagnóstico. Una de las conclusiones es que las personas mayores «no se quejan tanto de las barreras arquitectónicas, sino que reclaman más infraestructuras de participación ciudadana, que los vecinos se conozcan y se ayuden. Hablan de cómo en los barrios se han perdido las relaciones de las personas que habitan el mismo edificio y ya no se conocen tanto…».

Ayuda para poner una bombilla

Algunas de las iniciativas de ‘Euskadi Lagunkoia’ van encaminadas en ese sentido, en tejer esos lazos que se han ido desgastando a través, por ejemplo, de bancos del tiempo, que permiten intercambiar servicios de forma desinteresada. Esta modalidad en la que el tiempo es la moneda de cambio está siendo adaptada para poner en marcha «una versión más light» en una comunidad de vecinos de Ordizia. «Se trata de que la gente que vive en el mismo edificio se conozca y se ayude en actividades de la vida diaria», explica la socióloga. Por ejemplo, habla de muchas mujeres que viven solas y se pueden encontrar con dificultades tan rutinarias como cambiar una bombilla en el techo. « ‘¿Cómo voy a llamar a un electricista para eso?’, se preguntan, cuando la realidad es que algún vecino les podría echar una mano. No se trata de un voluntariado, sino de ofrecer una ayuda en tareas cotidianas y, a su vez, fortalecer el tejido social de los barrios».

En Zumarraga, por ejemplo, están trabajando para la puesta en marcha de programas intergeneracionales, y otra de las iniciativas que ya se ha empezado a aplicar es la del establecimiento amigo. Del Barrio, también investigadora del proyecto Donostia Ciudad Amigable con las Personas Mayores, realizó una estancia en Nueva York para ahondar en este ámbito y donde comprobó «la importancia de la empresa privada. Una ciudad no puede ser amigable sin contar con lo privado. No solo son importantes los parques o lo que tenga que ver con el ayuntamiento. También se tiene que implicar el sector privado». Como el comercio.

En Gipuzkoa ya hay algunos establecimientos amigables, empezando por el Aquarium y pasando desde por tiendas de zapatos hasta farmacias. Han adecuado algunos detalles y pronto irán un paso más allá. Ya no solo se tendrán en cuenta si el espacio físico o la iluminación son los adecuados. «Ahora, por ejemplo, queremos incorporar un módulo de demencias, para que los responsables de los establecimientos sean capaces de reconocer a clientes con un leve deterioro cognitivo, saber cómo actuar…». Hasta que comiencen a aplicar este módulo, algunos locales ya han puesto en marcha algunas propuestas, aunque muchas ya las venían aplicando.

Sillas a distintas alturas

Mila Bernabé, por ejemplo, participó en julio en las charlas sobre establecimientos amigables en Zumarraga, «donde nos expusieron las necesidades que transmiten las personas mayores y qué podemos hacer para ayudarles». Mila trabaja en la zapatería Oskarbi, que tiene una veintena de establecimientos en el territorio y acaba de ser reconocida como empresa comercial guipuzcoana del año. «Decidimos participar porque tenemos inquietudes, hacemos cursos de formación y solemos tener en cuenta también, por ejemplo, a las familias numerosas. Nos interesaba saber y cubrir las necesidades del colectivo de personas mayores, porque en la tienda tenemos calzado para todas las edades».

Muchos de los consejos que les dieron ya los venían aplicando, como contar con una rampa para facilitar la accesibilidad, procurar tener espacio para la movilidad, colocar sillas de distinta altura para que se adapten mejor a la necesidad de cada cliente y donde puedan esperar sentados… «También nos hablaron de permitir el acceso al aseo, porque puede ser una necesidad de las personas mayores, o aspectos como tener carteles con letras más grandes y los mensajes lleguen bien. Está bien conocer estas cosas, tanto para que los que llevamos tiempo funcionando mejoremos y para cuando te planteas una reforma o abrir un negocio», cuenta Mila, mientras reflexiona sobre el envejecimiento de la población: «El porcentaje de clientes de esas edades va en aumento y, sin duda, hay que tenerles en cuenta». Con detalles como colocar una silla en una carnicería o pescadería, «para cuando se forma cola. Otra de las ideas es que dispongan las típicas gafas de vista cansada para que quien vaya a comprar pueda leer la composición de cualquier producto….», cuenta Elena del Barrio. La hostelería también se está implicando, «y a veces les decimos que la luz es muy tenue. Otras veces, en grandes superficies, quizás suceda lo contrario».

La farmacia de Pedro Almajano también se ha sumado a la iniciativa, como indica la pegatina que se puede ver en la puerta. Hondarribia es uno de los municipios que quiere ser aún más amigable con las personas mayores, máxime cuando recibe a tantos turistas, muchos de ellos ya jubilados. Aunque en la farmacia de Almajano atienden a más vecinos. Es lógico, cuenta el farmacéutico, que se esfuercen en la mejora constante, «sobre todo si se tiene en cuenta que nuestros principales usuarios son los jubilados».

La botica ya cumplía la mayoría de las propuestas que se realizaron en el encuentro que tuvo lugar en Hondarribia. Algunas de ellas por ley, «como tener el acceso libre o que no haya desniveles» que, por ejemplo, dificulten la movilidad de ciudadanos en sillas de rueda. «Esas características son obligadas por el tipo de personas a las que nos dirigimos».

Por supuesto, dentro tienen asientos para sus usuarios, a los que toman la tensión, el peso, controlan la glucosa… Son aspectos en los que se involucran para dar el mejor servicio posible a los mayores y, por ende, a todos los ciudadanos.

www.diariovasco.com/gipuzkoa/201412/14/establecimientos-amables-para-mayores-20141214002259-v.html



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