02 Jul España pisa fuerte en la lucha contra el cáncer
La oncología española no tiene nada que envidiar a la de países del entorno
Ainhoa Iriberri | Madrid
Otro año más se ha vuelto a demostrar. La oncología española no tiene nada que envidiar a la de países del entorno e incluso puede mirar a los ojos a la estadounidense. Así lo ha hecho en el mayor congreso de cáncer del mundo, que se ha celebrado esta semana en Chicago. Resumir la participación española en una sola pieza es imposible, pero sí se puede decir que ha sido abundante, tanto individual como en cooperación con otros grupos internacionales.
La sesión plenaria, la que recoge los cinco estudios más importantes presentados en el congreso, contó con un trabajo con participación española, un estudio estadounidense que evaluó positivamente por primera vez el beneficio de añadir bevacizumab a la quimioterapia para aumentar la supervivencia global en cáncer de cuello de útero avanzado. España fue el único país europeo que aportó pacientes a un estudio estadounidense que cambia la práctica clínica. «Nuestra entrada en un estudio de esta envergadura pone de relieve, sin duda, la alta calidad de la investigación clínica española», subrayó la principal investigadora nacional del trabajo, la oncóloga del Hospital Vall d’Hebron Ana Oaknin.
Más allá del ‘hall de la fama’ de ASCO, la presencia española ha sido fructífera y variada. El Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM) ha presentado varios trabajos con conclusiones muy interesantes. Según explica a ELMUNDO.ES Miguel Martín, su coordinador, uno de los trabajos ha concluido que el sobrepeso – solo el extremo- es un factor de muy mal pronóstico para el cáncer de mama «tanto o más que el propio efecto del tratamiento». Así, apunta el oncólogo, las mujeres obesas diagnosticadas con la enfermedad han de priorizar perder peso lo más rápido posible.
Otro trabajo de GEICAM, basado en su multitudinario proyecto El Álamo 3 (que analiza a más de 10.000 pacientes de cáncer de mama) concluye que el 20% de las afectadas por esta enfermedad tiene un pariente de primer grado que también la ha sufrido. «Son datos que no se conocían hasta ahora», apunta Martín.
Los tratamientos que funcionan
La conjunción de investigación básica y clínica que se lleva a cabo en España también ha tenido su protagonismo en Chicago, de la mano del director del Programa de Investigación Traslacional del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), Manuel Hidalgo. La investigadora de su equipo Elena Garralda ha presentado un estudio de 30 pacientes en los que se ha secuenciado completamente el exoma (alrededor de 20.000 genes) para decidir qué tratamientos podrían funcionar, acorde a las mutaciones observadas en los mismos. Una vez acotadas las posibles terapias, utilizaron a los llamados ratones avatar, a los que se les introducen muestras del tumor humano para poder probar en ellos los fármacos antes de hacerlo en los pacientes, reduciendo así las posibilidades de fracaso y toxicidades. «Son pacientes españoles, del Hospital de Madrid, y hemos conseguido supervivencias importantes para el tipo de tumores de los que estamos hablando», resume Hidalgo a este periódico en un descanso del congreso. El 30% de los participantes se benefició de esos ratones dispuestos a probar el fármaco antes que ellos. El trabajo está enviado para su publicación a una revista de alto impacto.
Rafael Rosell es otro de los primeros espada de la oncología española que se han desplazado a Chicago. Allí, este experto en cáncer de pulmón ha presentado diversos estudios de quimioterapia seleccionada según las mutaciones del tumor, la vía más eficaz para intentar aumentar la supervivencia de uno de los cánceres más letales. En una comunicación oral presentada en el Congreso, el oncólogo catalán ha demostrado que los pacientes con buen estado general a la hora de empezar el tratamiento (aproximadamente un 30% del total) responden mejor al mismo, con independencia del estadio del tumor. Otros trabajos del Grupo de Investigación en Cáncer de Pulmón han logrado aumentar la supervivencia de 12 a 29 meses en este grupo de enfermos.
Por último, y en colaboración con el Cancer Therapeutics Innovation Group (CTIG), Rosell es otro de los que ha caído en las bondades de la secuenciación genómica completa. Sus hallazgos, «positivos», demuestran «cómo se reajusta el tumor» cuando ha pasado poquísimo tiempo desde el inicio del tratamiento personalizado, además de desvelar nuevas alteraciones genómicas a otras conocidas como la mutación en EGFR.
Desde la Comunidad Valenciana, también ha acudido a ASCO la oncóloga de Hospital Clínico de Valencia Anna Lluch, que acude al encuentro con este diario acompañada de Álvaro Rodríguez – Lescure, del Hospital de Elche. Ambos subrayan el buen nivel de la oncología española y destacan algunos de los trabajos con participación española.
Es el caso del estudio Bolero – 3, que demuestra que el evelorimus (un fármaco ya establecido para el cáncer de mama) es también activo en las pacientes que sobreexpresan la proteína HER2, por lo que se puede añadir al tratamiento actual recomendado para ellas, el trastuzumab. «Es lo que se llama un estudio prueba de concepto, por lo que es muy importante», comenta Lluch.
Otro de los estudios españoles que tendrán una implicación clara en la práctica clínica y ha sido presentado en Chicago es el denominado ACOSOG, que concluye que este mismo fármaco, el trastuzumab, se puede aplicar a la vez que la quimioterapia sin aumentar la toxicidad, lo que acortaría la duración del tratamiento de pacientes con cáncer de mama curable «en tres o cuatro meses».
El estudio NOAH, un trabajo antiguo del que se han presentado los últimos datos, demuestra por fin lo que todos sospechaban: que la aplicación de un tratamiento adyuvante antes y después de la cirugía reduce las recaídas por cáncer de mama y su mortalidad en un 40%.
Por último, los investigadores valencianos destacan datos presentados en ASCO sobre test que predicen la respuesta a los tratamientos, como ‘Oncotype’ o ‘Mamaprint’. Aunque ya son utilizados en pacientes con cáncer primario, los datos presentados en el congreso apuntan también a su uso en cáncer metastásico.
www.elmundo.es/elmundosalud/2013/06/06/oncologia/1370544350.html