14 Nov España es país para viejos: su esperanza de vida tras la jubilación, entre las más altas del mundo.
Así lo destaca el último informe del CSIC ‘Un perfil de las personas mayores en España 2023’.
Marta Jurado. 14/11/2023
Que España se encuentra entre los países más longevos del mundo, codeándose con dignos competidores como Japón, con una edad media de 83,07 años, ya es un hecho conocido. Pero el último informe del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Un perfil de las personas mayores en España 2023, destaca además a nuestro país entre los que tienen una tasa más elevada de esperanza de vida tras la jubilación entre los países de la OCDE: con 23 años para los hombres, y 27,7 para las mujeres.
España ocupa así el segundo lugar, solo superada por Grecia, en la comparativa de más años esperados de vida después de la edad real de jubilación entre los 38 países más desarrollados del mundo, según los últimos datos disponibles que datan de 2021. «Esto supone que nuestro país está por encima de buena parte de la Unión Europea, debido sobre todo a una combinación de una mayor esperanza de vida y a una edad real de jubilación ligeramente menor que en otros países de nuestro entorno» explican sus autores.
Líderes en esperanza de vida a los 65 años
Los datos que publica el CSIC confirman que tanto la esperanza de vida al nacer (85,83 para las mujeres y 80,27 años para los hombres), como la esperanza de vida a los 65 años en España, sigue entre las más altas del mundo, tanto en hombres (19,03 años) como en mujeres (23,07 años). “La esperanza de vida es uno de los indicadores que mejor reflejan las condiciones sanitarias, sociales y económicas de un país y nuestro país destaca entre las 5 primeras economías del mundo», explica a 65YMÁS el demógrafo y sociólogo del CSIC y uno de los coordinadores del informe, Julio Pérez Díaz (@Perjulio).
Aunque en 2020, la esperanza de vida haya bajado 1,25 años con respecto al 2019, por la situación excepcional que ha significado la pandemia de la COVID-19, la esperanza de vida se ha incrementado de forma espectacular durante todo el siglo XX y la tendencia general es la continuación de ese proceso, señala el informe, que matiza que ya en 2021 se apreciaba el inicio de una remontada a niveles previos a la pandemia. Si se mide el porcentaje de tiempo que se vive en buena salud a partir de los 65 años, el contraste entre hombres y mujeres en España es patente: para los varones el 55,7% del tiempo restante por vivir (10,7 años) lo es en buenas condiciones, mientras que se reduce al 43,8% (10,3 años) en el caso de las mujeres.
Edad real de jubilación algo menor que nuestros vecinos
Recordemos además que aunque la edad ordinaria o legal de jubilación está fijada para 2023 en los 66 años y 4 meses para quienes tengan menos de 37 años y 9 meses cotizados – 65 años para quienes alcanzan ese periodo de cotización– todavía hay un gran número de personas que se jubilan anticipadamente alrededor de los 60 años, por lo que la edad de jubilación real suele ser inferior a la ordinaria. No obstante, debido a la reforma de las pensiones del ministro José Luis Escrivá que pretende retrasar la jubilación con varios incentivos, ambas cifras se acercan cada día más habiendo, alcanzado por primera vez los 65 años de media el pasado julio.
Aún así, España está lejos de los 67 años de edad de retiro de los italianos, griegos y daneses; de los 66 años y 8 meses de los búlgaros; y de los 66 años 7 meses de portugueses y holandeses. «En España, aún hay alguna diferencia, aunque puede ser de décimas, de meses, respecto a otros países, que pese a ser situaciones muy heterogéneas, marcan la diferencia», aclara Julio Pérez Díaz.
La gran revolución: más tiempo para disfrutar tras el retiro
Que las personas vivan más de 20 años después de jubilarse supone según los autores del informe un gran éxito. «El progresivo envejecimiento de la población, lejos de ser una catástrofe o una carga para el sistema – como intentan vender algunos–, es un gran éxito de la longevidad y una gran oportunidad para que una nueva generación de mayores en mejores condiciones de vida y con inquietudes, tenga más tiempo para invertir en lo que desee, ya sea viajar, cuidar a sus nietos, hacer voluntariado o quedarse en su casa…» opina el demógrafo del CSIC.
«Esto supone una gran revolución demográfica que estamos viendo en los últimos años con la incorporación de los baby boomers a la jubilación, con un gran cambio sobre todo en el perfil de las mujeres, mucho más formadas, activas, que han abandonado el rol tradicional de amas de casa y hombres que ya no responden al estereotipo de persona mayor sentada en un banco. Los mayores se están moviendo y cambiando hábitos a gran velocidad, que las administraciones y sociedad en general tendrá que adaptar.
Y, ¿qué pasa con las pensiones?
Otra de las consecuencias de vivir más años una vez jubilados abre de nuevo el eterno debate sobre la sostenibilidad de las pensiones. Según datos del CSIC la Seguridad Social paga ya más de 10 millones de pensiones, con una prestación media por jubilación de 1.375 euros. Un aspecto que, en opinión del demógrafo del CSIC debería dejarse a un lado. «Estamos ante un cambio total de estuctura por edades, pero aún persiste el edadismo que hace que muchos solo vean el lado negativo. Lo de que el sistema de pensiones no es sostenible es una amenaza a la que se alude desde hace un siglo, pero no es verdad, cada vez somos más población que vive más y aporta fuerza laboral».
Según los datos Encuesta de Población Activa recogidos por el CSIC, casi la mitad de los ocupados (un 49,4%) superaba los 45 años en 2022, y ese porcentaje sigue creciendo año tras año. Las abultadas cohortes del baby boom –más los efectivos añadidos por la inmigración– están en edades de 40-59 años, por lo que aumenta la edad media. Pese a ello, la proporción de ocupados tras cumplir los 65 años es muy baja comparada con otros países europeos. Aún así, el pasado octubre la OCDE reclamaba a España que realizase ajustes en el sistema de pensiones, entre los que destaca el retraso de la edad legal de jubilación, para vincularla con la esperanza de vida de cada momento, una polémica que sigue enfrentando a los expertos.