02 Ago España en 2039: un tercio de los hogares será de una persona sola y se triplica el número de centenarios.
Las personas con 80 y más años crecerán un 47,5% en los próximos 15 años, según las proyecciones del INE.
2024. ABC
María Sosa Troya
España envejece y los números lo confirman. Dentro de 15 años, la población de 80 y más años crecerá en un 47,5%, al pasar de cerca de tres millones en 2024 a 4,35 millones en 2039. Los centenarios prácticamente se triplicarán y superarán los 46.000 frente a los cerca de 17.000 de este año. Son algunas de las conclusiones de las proyecciones de población que elabora el Instituto Nacional de Estadística y que, según advierte el organismo, no constituyen una predicción del futuro, sino que tratan de dilucidar cómo evolucionará el país si se mantienen las tendencias demográficas actuales. Dentro de tres lustros, seguirá habiendo más defunciones que nacimientos y el crecimiento se deberá fundamentalmente a la migración. Un tercio de todos los hogares serán de una persona sola, hasta alcanzar los 7,7 millones de viviendas unipersonales, frente a los 5,4 actuales.
Esta última variable es un fiel indicador de cómo ha cambiado España en las últimas décadas. El tamaño medio del hogar no para de bajar. Desde las cerca de cuatro personas de 1970, a las 2,5 que proyecta el INE para este año, desembocando en 2,32 dentro de 15 años. En el periodo estudiado, habrá 3,7 millones más de hogares en nuestro país, hasta superar los 23 millones. Y en los próximos tres lustros, los hogares que más crecerán son los más pequeños: los unipersonales (que lideran la subida, con casi un 42%) o los formados por dos personas. En menor medida, los de tres personas. Mientras que los de cuatro personas o más incluso experimentarían una reducción. Así, en 2039 el tipo de hogar más frecuente será el de una persona sola (un 33,5% del total, por delante del 31% que supondrán los de dos personas).
“Las familias con más de dos hijos se convierten ya en una rareza. En un país en el que se retrasa la maternidad y se tienen cada vez menos hijos, muchas parejas no van a tener descendencia. A largo plazo, dado que las mujeres viven más que los hombres, habrá más hogares unipersonales formados fundamentalmente por mujeres mayores”, explica Diego Ramiro, profesor de Investigación en Demografía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Si bien las viviendas unipersonales crecen en todas las comunidades autónomas, las regiones que dentro de 15 años estarán a la cabeza serán Castilla y León (un 41,9%), seguida de Asturias (40,5%) y Extremadura (38,3%). “Son las más envejecidas”, apunta Ramiro. Las que menos porcentaje tendrán son Baleares (28,9%), Murcia (29,5%) y Madrid (30,4%).
Este experto señala que es difícil medir qué efecto tienen los patrones de emparejamiento y de rupturas de parejas en estos datos, aunque probablemente influyan. “Hace 50 años, poca gente cohabitaba sin casarse. Ahora esto ha cambiado, pero no tenemos información al respecto. Sería interesante contar con una encuesta que midiera los patrones de formas familiares”, prosigue. Albert Esteve, director del Centro de Estudios Demográficos en la Universidad Autónoma de Barcelona, coincide en que “la mayor parte de quienes viven solos son personas mayores”. Aunque añade que, dados los precios de la vivienda, “en las grandes ciudades vivir solo estará al alcance de pocos, especialmente entre los jóvenes”.
El último año con datos definitivos que emplea el INE en su estadística es 2022 y, a partir de ahí, proyecta lo que sucedería año a año, si se mantienen las tendencias actuales. Por un lado, estudia cómo cambiarán los hogares en los próximos tres lustros. Por otro, cómo evolucionará la población en los próximos 50, para lo cual ha tenido en cuenta también la opinión de demógrafos de todo el país. Tanto Ramiro como Esteve concuerdan en que el gran factor que condicionará los próximos años es la migración. Según las proyecciones, el país ganará más de cinco millones de habitantes en los próximos tres lustros y casi seis millones hasta 2074, hasta alcanzar los 54,6 millones de personas. El crecimiento de la población se deberá únicamente a la llegada de extranjeros, que compensará las defunciones.
“En los últimos años, hemos tenido flujos [migratorios] amplios. En 2022 se alcanzó un saldo migratorio de 727.005 personas, el más alto en 10 años. Es un volumen comparable al de la década de los 2.000″, indica Ramiro, del CSIC. “Que en 15 años ganemos cinco millones de población nos sitúa en un crecimiento similar al de entonces”, añade. Esteve continúa: “En contra de lo que uno podría pensar con la propia tendencia demográfica, que nos asomaba al decrecimiento poblacional, la inmigración internacional se incorpora como un elemento estructural de la sociedad española”. La población nacida en España disminuiría de forma paulatina, y pasaría del 81,9% actual al 61% dentro de 50 años.
Pero la población, aunque crece en el conjunto del país, no lo hace por igual en todas las comunidades autónomas. Si bien aumentaría en 13 regiones, hay cuatro que registrarían una bajada. Baleares y Comunidad Valenciana experimentarían los mayores crecimientos, con un 19%, mientras que los mayores descensos se presentarían en Asturias, con un 4,1%, y en Extremadura, con un 3,4%. Crece más la zona del Mediterráneo, decrecen las regiones más envejecidas, indica Ramiro, y “no se aprecia ningún patrón de recuperación en los próximos años, sino que se acentúa ese efecto”. Esteve apunta al “impacto asimétrico” de la migración en el territorio.
El organismo estudia tres variables para hacer sus proyecciones de población. Además de la migración, están las defunciones y los nacimientos. Las primeras continuarán en aumento. Es más, durante los 50 años analizados se prevén más muertes que alumbramientos. El máximo de fallecimientos se alcanzaría en 2065. Y, aunque la esperanza de vida seguirá en aumento, lo hará de manera menos lineal que en los años anteriores. El organismo estima que esta subirá en 5,6 años para los hombres, hasta alcanzar los 86 años en 2073, y en 4,3 para las mujeres, hasta los 90. “Entre 1975 y 2022, la esperanza de vida subió en unos 10 años”, expone Ramiro. “Hay distintas razones que lo explican. En el caso de las mujeres, por ejemplo, se incorporan a hábitos poco saludables, como el tabaquismo, algo que incrementará la mortalidad de cáncer. Y unos mayores niveles de obesidad, sobre todo en la infancia, generará población con mayor prevalencia den diabetes”, sigue.
Dada la estructura poblacional actual, el porcentaje de personas con 65 y más años pasaría del 20,4% en 2024 a un máximo del 30,5% en torno a 2055. La subida también es elevada entre los octogenarios. Si en 2024 un 6% de la población ha cumplido ya los 80, en 2074 serán el 12,3%. Ya no será tan raro superar los 100. De aquí a 15 años la cifra prácticamente se triplicará; en 2074 se multiplicará por 14,5, hasta superar las 245.000 personas. “Cuanta más edad tiene la población, más servicios sanitarios requiere, más atención por dependencia, también están las pensiones… El Estado tendrá que prepararse para cada vez dedicar, en números absolutos y relativos, más presupuesto a estas poblaciones mayores”, advierte Esteve. Y prosigue Ramiro: “Tendremos una pirámide más envejecida, porque con una fecundidad [número de hijos por mujer] de 1,16, como la de 2022, o de 1,24 [como proyecta el INE para 2038], tendremos una media de edad bastante alta, que se compensa con la llegada de migrantes”.
España lleva años encadenando caídas en los nacimientos. Se deben, en parte, a que generaciones menos numerosas se encuentran en edad de tener hijos, pero también a que cada vez se tienen menos niños, y se tienen más tarde. No obstante, las proyecciones son ligeramente optimistas y prevén una leve subida desde este año hasta 2042, cuando comenzarían a bajar de nuevo, y a partir de 2058 volverían a subir, debido a la llegada a edades de mayor fecundidad de generaciones más numerosas. “Los nacimientos dependen en parte del volumen de población fértil. A partir de 2024-2030 empiezan a entrar generaciones relativamente llenas [a la edad a la que se tiene descendencia], son quienes nacieron entre 2000 y 2007″, explica Esteve. “Por otro lado, la inmigración también puede contribuir a aumentar los nacimientos”, añade. “El INE suele ser optimista [respecto a la fecundidad] al pensar que hemos tocado fondo y que 1,16 hijos por mujer es un mínimo y ahora vamos hacia arriba”, concluye.
Eso sí: aunque el organismo calcula que habrá 5,5 millones de recién nacidos entre 2024 y 2038, seguirían siendo un 8,7% menos que los nacidos en los 15 años anteriores. El número de hijos por mujer no experimenta un gran aumento, como mucho llegaría a 1,34 en 2073. Y la edad media a la que las mujeres tienen hijos continuaría bastante estable, en torno a los 32 años en todo el periodo analizado, bajaría ligeramente de los 32,5 de 2024 a los 32,16 de 2042, para luego repuntar algo posteriormente. Lo que es indudable es que durante todo el periodo habrá menos nacimientos que defunciones.