15 Dic «Es muy fácil decirle a un cuidador que se tiene que cuidar, pero muy difícil hacerlo»
El principal error que comete esta figura, remarca Pablo A. Barredo, «es que abandona su vida»
CARLOTA FOMINAYA – MADRID
La vida de Pablo Barredo cambió drásticamente a los 33 años el día en que, tras una década trabajando en el campo de la comunicación audiovisual en Estados Unidos, a su madre le diagnostican Alzheimer. Desde ese instante decide consagrar su vida a cuidarla, durante 24 horas al día, siete días a la semana, y 365 días al año, hasta que ella fallece, cinco años después. «Era el pequeño de ocho hermanos, había dónde elegir, pero no lo dudé un segundo. Ella había hecho lo mismo conmigo cuando yo era pequeño, y teníamos una sintonía y una relación muy estrecha», cuenta. Barredo es la excepción que confirma la regla: cuidador y hombre, cuando el perfil corresponde en un 82% de las ocasiones a una mujer. «Los hombres también podemos demostrar que somos capaces de ejercer este trabajo. Además, ya es hora de que se implique el género masculino, ¿verdad?», pregunta, sin esperar respuesta.
Durante todo el tiempo que dedicó a su madre, tuvo la fortaleza de narrar su experiencia a través de su blog «Diario de un cuidador». Su experiencia fue llevada al mundo editorial con la publicación de «Diario de un cuidador», convirtiéndose en la primera obra redactada por un cuidador para cuidadores en lengua hispana a nivel internacional. Desde entonces, Pablo, alma mater de esta página, se ha convertido en uno de los ponentes más requeridos para hablar en distintos foros tanto a nivel nacional como internacional, sobre esta enfermedad.
Segunda víctima del Alzhéimer
Tanto es así que Barredo ha logrado convertirse en la voz de los cuidadores en el mundo. «Esta figura es la segunda víctima directa del Alzheimer, y hay mucho desconocimiento al respecto. Los cuidadores tienen una carencia tremenda de información y de ver y saber cómo la enfermedad les afecta a ellos. De buscar espacios donde se sienten comprendidos, donde se pongan las vivencias y las emociones de cara a la sociedad». «Hasta hace bien poco el cuidador permanecía en la sombra, a través del blog yo he tratado de abrir una ventana y mostrar lo que representa».
Porque para Barredo, ese desconocimiento de la figura del cuidador lleva a cometer muchos errores a aquellas personas que de pronto se convierten en uno. El principal, remarca, es que abandonan su vida. «Es muy fácil decirle a un cuidador que se tiene que cuidar, pero muy difícil hacerlo. Lo normal es que este anule sus vivencias». Por eso, prosigue, «es tan importante cuidarse, acudir a las AFAs (Asociaciones de Familiares de Alzhéimer), apoyarse en la familia, en el entorno, en los vecinos… si la sociedad se implicara un poco más, y hubiera más recursos de los gobiernos, todo sería más fácil».
Hoy, Diario de un Cuidador ha dado un paso más y se ha convertido en la primera fundación a nivel mundial, dedicada a la figura del cuidador de Alzhéimer. Para Barredo, «no hay duda de que el cuidador es el gran olvidado en la historia del Alzhéimer y otras demencias. Por eso la misión de la Fundación Diario De Un Cuidador es volcarse en ellos, protegerlos, ofrecerles ayuda, asistencia, herramientas que mejoren su calidad de vida desde el momento en el que se inician como tales, durante todo el proceso de cuidado y también una vez su labor llega a su fin».
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