¿Considera que el hecho de querer ser madre y no lograrlo es un tema tabú en nuestra sociedad?
Totalmente. En el imaginario colectivo existe la idea de que si quieres ser madre, lo serás. Y no serlo después de haberlo deseado y/o intentado se asocia a no haberlo deseado tanto (como si el deseo se pudiera medir) o no ser suficientemente fuerte para seguir. Por lo tanto, las mujeres que no lo consiguen sienten vergüenza y culpa. Y hablar de ello se convierte en un tabú.
Cuando se desea tener un hijo y vivir la maternidad, pero no se consigue, ¿qué diferentes emociones asaltan durante el proceso?
Cada mujer vive este proceso a su manera y sintiendo distinto, pero es cierto que hay emociones que suelen ser comunes en casi todas: culpa, rabia, envidia y tristeza.
Ver tras muchos intentos que el embarazo no llega, ¿ayuda a asumir la situación o, por el contrario, hunde más a la mujer (y a la pareja) en la frustración?
Me he encontrado muchas veces con mujeres que han sentido que el hecho de no haber visto nunca un positivo es sinónimo de haber sentido menos dolor, por ejemplo, porque no vivieron tampoco ninguna pérdida. Como si el dolor se pudiera medir… Creo que no hay una situación más frustrante que otra, o más dolorosa que otra, sino que cada mujer o pareja tiene más o menos herramientas para poder gestionarlo.
En este camino de aprendizaje y transformación se ha formado como terapeuta Gestalt. Creó y coordina círculos de mujeres, encuentros que brindan contención y acompañamiento emocional a quienes están transitando experiencias de este tipo. Imparte charlas y talleres sobre infertilidad, aceptación de la no maternidad, duelo de la no maternidad. Acaba de publicar su primer libro: ‘¿Y ahora qué?’.
¿Considera que el hecho de querer ser madre y no lograrlo es un tema tabú en nuestra sociedad?
Totalmente. En el imaginario colectivo existe la idea de que si quieres ser madre, lo serás. Y no serlo después de haberlo deseado y/o intentado se asocia a no haberlo deseado tanto (como si el deseo se pudiera medir) o no ser suficientemente fuerte para seguir. Por lo tanto, las mujeres que no lo consiguen sienten vergüenza y culpa. Y hablar de ello se convierte en un tabú.
Cuando se desea tener un hijo y vivir la maternidad, pero no se consigue, ¿qué diferentes emociones asaltan durante el proceso?
Cada mujer vive este proceso a su manera y sintiendo distinto, pero es cierto que hay emociones que suelen ser comunes en casi todas: culpa, rabia, envidia y tristeza.
Ver tras muchos intentos que el embarazo no llega, ¿ayuda a asumir la situación o, por el contrario, hunde más a la mujer (y a la pareja) en la frustración?
Me he encontrado muchas veces con mujeres que han sentido que el hecho de no haber visto nunca un positivo es sinónimo de haber sentido menos dolor, por ejemplo, porque no vivieron tampoco ninguna pérdida. Como si el dolor se pudiera medir… Creo que no hay una situación más frustrante que otra, o más dolorosa que otra, sino que cada mujer o pareja tiene más o menos herramientas para poder gestionarlo.
¿Qué ayuda emocional es la más adecuada en estos casos?
Si nos referimos a la ayuda profesional, diría que la de una persona que esté formada, por supuesto, pero que también tenga otras aptitudes, como empatía y conocimiento de estos procesos. Creo que no todo es tener un título, hace falta también entender cómo son este tipo de procesos para poder abordarlos de la mejor forma.
Si nos referimos a la ayuda social, el mejor apoyo es escuchar a la persona que está viviendo esta circunstancia y tratar de no invalidar emociones (no llores, no es para tanto, etc.) y simplemente estar a su lado, ofrecer un abrazo, dejar que la otra persona pueda expresarse sin sentirse juzgada.
¿Cómo asumir definitivamente la imposibilidad de tener un hijo?
Es un proceso, no es algo que se acepta de la noche a la mañana. Es algo que vas elaborando, un trabajo de aceptación requiere conectar con las necesidades presentes (en lugar de proyectarte en un futuro que es hipotético), valorar lo que sí tienes, cuestionar las creencias que tenías sobre no poder ser madre, sobre ser una mujer sin hijos, etc.
¿Valora el entorno social el dolor de esta situación?
No. Muy pocas personas son capaces de validar este duelo, de reconocerlo. Vivimos en una sociedad que huye del dolor, que siente pánico al dolor (cuando es intrínseco a la vida) y que prefiere no oír hablar de este tipo de experiencias y, de esta forma, lo que hace es minimizarlo e invisibilizarlo. Aún es necesario divulgar y hacer mucha pedagogía de esta circunstancia. Aunque soy optimista porque siento que en los últimos meses se están generando pequeños cambios.
¿Deben las mujeres confesar más abiertamente su deseo ‘imposible’ de convertirse en madre para aliviar su dolor?
No siempre se llega a la no maternidad por imposibilidad de serlo. A veces elegimos no seguir (y eso también implica un duelo) pero creo que es necesario normalizar no poder ser madre. La mayoría de veces, al expresarlo abiertamente, la mujer se encuentra con preguntas y comentarios incómodos, dolorosos, consejos no pedidos, etc. por lo que la mayoría de mujeres prefiere no decirlo. Muchas veces es más fácil decir ‘no quiero tenerlos’ que ‘no puedo tenerlos’ aunque en ambos casos se juzgue a la mujer.
¿Es aceptada la no maternidad de igual manera que la no paternidad?
Rotundamente no. A los hombres no se les presiona para que sean padres. No se les pregunta de forma sistemática. No se les juzga por ser o no padres. No les hacen sentir menos hombres por no serlo. Creo que es justamente esto, la presión social y los estereotipos asociados al hecho de no tener hijos, lo que marca la diferencia a la hora de vivir este proceso, con relación a si eres un hombre o una mujer. Es como si las mujeres no pudiéramos renunciar a nuestra maternidad y tuviéramos que intentarlo hasta conseguirlo sin importar el coste (físico, emocional, mental…)
¿Hay un complejo de inferioridad por el hecho de no haber podido concebir un hijo?
Sí. Muchas mujeres se sienten menos mujeres por no poder tener hijos. Y eso es por las creencias que tenemos de lo que es ser una mujer sin hijos y también de lo que es ser una mujer madre. Una vez trabajadas esas creencias, ese complejo se puede sanar.
¿Qué consejo darías a la mujer que acaba de conocer su imposibilidad de ser madre?
A las mujeres que por la circunstancia que sea no puedan cumplir su deseo de ser madres les diría, primero, que no están solas. Que el dolor no durará para siempre, y que es necesario hacer este duelo e integrarlo para poder seguir adelante. Que se escuchen y se cuiden mucho, que busquen a otras mujeres que estén viviendo esa experiencia.