Enfermedades olvidadas, donde no mira nadie.

Enfermedades olvidadas, donde no mira nadie.

Las Enfermedades Tropicales Desatendidas amenazan a más de 1.500 millones de personas de las comunidades más pobres del mundo, pero la paradoja es que la mayoría puede prevenirse y tratarse.

R. Ibarra

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Se trata de enfermedades virales, parasitarias y bacterianas que afectan a una sexta parte de la población mundial, causando más de 534 mil muertes al año y una pérdida de unos 57 millones de años de vida productiva (AVAD). Desgraciadamente estas enfermedades afectan, principalmente, a las comunidades más pobres y marginadas del mundo, lo que parece no ser un incentivo suficiente para la investigación.

Tienen repercusiones duraderas a nivel sanitario, social y económico, en las personas y en las sociedades. Por ejemplo, impiden que los niños vayan a la escuela o los adultos acudan a su puesto de trabajo. Y en muchas ocasiones, relegan a la persona afectada y a sus familias a la discriminación y aislamiento social.

En España, las enfermedades tropicales desatendidas están teniendo un gran impacto en nuestro sistema de salud, debido al creciente número de viajeros e inmigrantes.

Los profesionales de la salud están preocupados por reconocer y tratar algunas de estas enfermedades y poder proporcionar una atención sanitaria de calidad.

Pero no sólo los inmigrantes y los viajeros juegan un papel importante en la transmisión de las infecciones agudas de una zona geográfica a otra, algunos vectores pueden servir como un puente para la introducción de una infección típicamente tropical. La mayor parte de estos vectores tropicales no se encuentran en nuestro país o no son eficaces pero la globalización y especialmente el cambio climático puede hacer que esto cambie.

Por ejemplo, la extensión del mosquito tigre (Aedes albopictus) en el sur de Europa, vector del virus Chikungunya, la aparición de casos autóctonos de dengue en el sur de Francia, Croacia y Azores, los casos de malaria en Grecia y el caso de la malaria autóctona en España son buenos ejemplos de este nuevo escenario.

Un caso paradigmático es la enfermedad de Chagas, endémica en 21 países de América Latina, pero muy presente en España, donde se estima que hay entre 40.000 y 68.000 personas infectadas por el parásito T. cruzi.

La transmisión vertical, durante el embarazo o el parto, es la ruta más frecuente de infección. Según la OMS, cada año, 9.000 bebés nacen con la enfermedad. Aunque la etiología y manifestaciones clínicas de la enfermedad de Chagas se conocen, debido a muchas veces no presenta síntomas, pueden pasar años sin que las personas sepan que están infectadas que, al no ser tratadas, desarrollarán complicaciones graves en el corazón o en el intestino, pudiendo causar la muerte.

Otra enfermedad que también está presente en España es la Leishmaniosis. En la cuenca mediterránea, la especie infectante predominante es Leishmania infantum, cuya infección produce manifestaciones principalmente viscerales. Ambas enfermedades presentan importantes desafíos para la salud pública tanto a nivel nacional como internacional.

Las ETD eran uno de los pocos problemas de salud y desarrollo que no tenían un día de promoción específico, hasta el año pasado. Durante su 74 Asamblea Mundial de la Salud, celebrada en mayo del 2020, la OMS declaró el 30 de enero como «Día Mundial de las Enfermedades Tropicales Desatendidas».

La Fundación Anesvad lleva más de 50 años luchando por erradicar estas enfermedades olvidadas en los lugares más recónditos.

Con motivo de este día ha lanzado la campaña de sensibilización «Donde no mira nadie», con la que se quiere conseguir que la sociedad conozca esta realidad invisible. «Enfermedades de la piel que se pueden detectar y tratar de forma rápida, eficaz y barata, pero que en cambio no interesan porque las personas que las sufren son invisibles, como la lepra, la úlcera de Buruli, el pian y la filariasis linfática», aseguran desde la Fundación.

Lepra

En 2020, 131 países compartieron información sobre la lepra, con 127.506 nuevos casos. Brasil, India e Indonesia siguen informando de la mayor parte de la carga de lepra en 2020. La mayoría de los países con altas tasas de detección de nuevos casos se encuentran en las regiones de África y Asia Sudoriental.

En España, en 2020 se notificaron 2 nuevos casos: 1 en Baleares y otro en el País Vasco. Al finalizar el año, había 16 personas en tratamiento: 5 en Madrid; 2 en Castilla-La Mancha, Cataluña y la Comunitat Valenciana; y 1 en Andalucía, Baleares, Cantabria, Castilla y León y el País Vasco, informa el coordinador de proyectos de cooperación internacional de la Fundación Fontilles, Eduardo de Miguel.

La enfermedad deja de ser contagiosa desde la aplicación de la primera dosis

La lepra es una enfermedad infecciosa y crónica producida por la bacteria Mycobacterium leprae. Si no se trata a tiempo puede causar lesiones progresivas y permanentes en la piel, los nervios, la mucosa del tracto respiratorio y los ojos. Pero es curable gracias al tratamiento de la Multiterapia (MDT), que se aplica desde 1982 y consiste en la combinación de tres fármacos (dapsona, rifampicina y clofazimina) durante un periodo que oscila entre los 6 y los 12 meses. La enfermedad deja de ser contagiosa desde la aplicación de la primera dosis.

Sin embargo, el estigma asociado a la lepra en países en vías de desarrollo sigue siendo uno de los principales impedimentos para su detección y tratamiento. El aislamiento y la marginación de estas personas impiden que puedan desarrollarse plenamente y alimentan el círculo de pobreza en el que están inmersas.

Otra enfermedades en las que trabaja Anesvad son el Pian y la úlcera de Buruli.

El Pian es una patología endémica en 15 países y de la que en 2020 se notificaron a la OMS 87.877 casos sospechosos de pian en 11 países, pero solo se confirmaron 346 casos en 7 países. En esta enfermedad infecciosa y desfigurante, que se trasmite cuando pequeñas lesiones de la piel entran en contacto con una persona infectada, la detección sigue siendo uno de los mayores retos.

Lo paradójico es que se cura con una sola dosis oral de azitromicina, un antibiótico que encontramos en cualquier farmacia y que cuesta menos de 4,50 euros, por lo que, denuncia desde esta fundación, «podría estar erradicada si se movilizasen los recursos suficientes para detectar los casos y tratarlos a tiempo».

El aislamiento y la marginación de estas personas impiden que puedan desarrollarse plenamente y alimentan el círculo de pobreza en el que están inmersas.

En cuanto a la úlcera de Buruli, presente en más de 33 países desde 2002, principalmente en aquellos con climas tropicales y subtropicales, es una infección incapacitante causada por la bacteria Mycobacterum ulcerans para que hay tratamiento con antibióticos que es barato y eficaz pero, no tratada a tiempo, puede causar problemas de morbilidad, estigma y discapacidad.

La lista es muy larga, son más de 20, algunas más familiares, como dengue, rabia o tracoma, y otras totalmente desconocidas e ignoradas, como anquilostomiasis, ascariasis, cisticercosis, esquistosomiasis, oncocercosis, etc.

La OMS se ha propuesto un plan muy ambicioso para terminar con estas enfermedades de cara al año 2030.



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