29 May En mi hogar
¿Has pensado alguna vez dónde quieres vivir lo que te queda de vida? Y la casa donde vives, ¿reúne las condiciones necesarias?
La mayoría de la población reitera, cada vez que se les pregunta, su deseo de seguir viviendo en su casa y la mayoría también mueve la cabeza a un lado y otro arrugando el gesto, para contestar a la segunda pregunta.
Envejecer no es sinónimo de enfermedad, pero cierto es que el 50% de las personas con más de 80 años puede necesitar ayuda para realizar las actividades básicas, las más elementales de la vida (vestirse, asearse, ali- mentarse…).
La sociedad española se ha transformado en los últimos 50 años. Antes se tenían hijos pensando en estar acompañados en la vejez. Y es cierto que quien tiene hijos suele estar más acompañado, pero ello no garantiza que la familia pueda hacerse cargo de los cuidados diarios de una persona dependiente. Las esposas e hijas siguen siendo las principales cuidadoras, aunque poco a poco esta responsabilidad se va compartiendo con el resto de la familia. La igualdad en las responsabilidades de hijos e hijas no es ni cuestionable y el sistema de herencia actual, tendría que dar respuesta a esta problemática.
La mujer rural hace décadas que inició su marcha a la ciudad. Ha estudiado, se ha profesionalizado e incorporado al mercado laboral y no va a realizar las actividades que la tradición le tenía reservadas, porque ello significaría renunciar a su propia vida, que ya está alejada del medio rural que la vio nacer y/o crecer. Podrá colaborar en la gestión de los cuidados y dar apoyo psicológico incluso a través de los medios tecnológicos que hoy existen (teléfono, videoconferencia, etc.) y que son fundamentales para sus familiares. ¿Pero quién cuidará de nuestra familia rural?
El medio rural de Castilla y León está sobreenvejecido. La mitad de su población cuenta con más de 65 años. Ya no existe caudal de vida. Reside tan poca gente en edad de trabajar que incluso aunque haya trabajo de Asistente Personal (cuidador) no hay posibilidad de hacerlo con empleo local. Para dar respuesta a las preguntas iniciales, hemos comenzado, en un puñado de pueblos del medio rural de Zamora, a desarrollar un proyecto piloto, innovador, EnMiHogar, para mejorar la calidad de vida de las personas mayores dependientes, a través del cuidado domiciliario, cuidando como te gustaría que te cuidasen, apoyando su proyecto de vida, al tiempo que generar empleo local, a través de la prestación de asistente personal que forma parte del catálogo que ofrece la Ley de atención a la Dependencia.
Esta propuesta cuenta con, el respaldo de la Junta de Castilla y León, a través de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, la buena acogida de los responsables municipales, que apoyan con las infraestructuras que tienen disponibles, el apoyo de los CEAS y de los centros de salud de atención primaria, y la población interesada. Se iniciará aquí, y con lo realizado y aprendido, se replicará en el resto de pueblos.
Un hogar es más que una casa, está lleno de vivencias, de recuerdos, es nuestro paisaje de vida. Pero para que un hogar sea para siempre, tiene que ser adaptable a las necesidades de cada etapa de la vida y por lo tanto tiene que ser accesible. Un hogar, no puede ser una jaula, aunque sea de oro.
Por Ana Isabel Esteban, presidenta de Solidaridad Intergeneracional