Ellas cobran menos hasta la muerte: cómo atacar la brecha de género en las pensiones.

Ellas cobran menos hasta la muerte: cómo atacar la brecha de género en las pensiones.

Los pensionistas varones cobran más de un 30 % más que las mujeres en España.

Violeta Molina Gallardo

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La brecha de género en las pensiones supera el 30 % en España: las mujeres mayores cobran sustancialmente menos que los varones como consecuencia de las brechas que han sufrido a lo largo de toda su vida laboral. En la última reforma de las pensiones se han adoptado medidas encaminadas a reducir esa diferencia, aunque de poco servirán si no se atajan de raíz las discriminaciones que aún padecen las mujeres en el mercado laboral.

Las diferencias en las pensiones de hombres y mujeres en este país se registran tanto en su cuantía como en el acceso a pensiones de jubilación: son muchas menos las mujeres que tienen pensiones contributivas, 2,56 millones frente a 3,77 millones de varones. Seis de cada diez de Las pensiones contributivas son para los ellos.

Desde CCOO señalan el número de mujeres con derecho a pensión de jubilación propia registra una brecha que se debe a la dificultad que tradicionalmente han tenido varias generaciones para reunir carreras de cotización suficientes. Y eso ha provocado que su protección social se articule a través de las pensiones de viudedad o de pensiones a favor de familiares.

Esta realidad explica la exclusión y la pobreza en la que viven muchas ancianas en España. Como subraya en declaraciones a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, la secretaria Confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de CCOO, Carolina Vidal, «la cara de la pobreza en este país es la de una mujer que ha trabajado toda su vida, de forma discontinua, a tiempo parcial, si ha trabajado en el empleo del hogar sin alta en la Seguridad Social, y que termina con una pensión no contributiva o a mínimos».

Las brechas

Si se tienen en cuenta todas las pensiones (jubilación, viudedad, incapacidad permanente, etcétera), la brecha de género ascendía a fecha 1 de marzo de 2023 al 32,8 %: la cantidad media para los hombres era de 1.440,28 euros, mientras que ellas no llegaban a los 1.000 (967,58 euros). Se trata de una diferencia de 472,7 euros, según datos de la Seguridad Social.

Esta realidad explica la exclusión y la pobreza en la que viven muchas ancianas en España. Como subraya en declaraciones a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, la secretaria Confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de CCOO, Carolina Vidal, «la cara de la pobreza en este país es la de una mujer que ha trabajado toda su vida, de forma discontinua, a tiempo parcial, si ha trabajado en el empleo del hogar sin alta en la Seguridad Social, y que termina con una pensión no contributiva o a mínimos».

Las brechas

Si se tienen en cuenta todas las pensiones (jubilación, viudedad, incapacidad permanente, etcétera), la brecha de género ascendía a fecha 1 de marzo de 2023 al 32,8 %: la cantidad media para los hombres era de 1.440,28 euros, mientras que ellas no llegaban a los 1.000 (967,58 euros). Se trata de una diferencia de 472,7 euros, según datos de la Seguridad Social.

Al entrar en el detalle de las pensiones de jubilación, la brecha es del 31,85 %, pues ellos cobran una media de 1.574,75 euros y ellas, de 1.073,08.

¿Y por qué las pensiones de jubilación son menores para ellas?

Desde CCOO se argumenta que las prestaciones de la Seguridad Social son un reflejo de las carreras profesionales de las personas trabajadoras y que las diferencias de género que se registran responden principalmente a una causa: la brecha de género en el mercado de trabajo.

Esto es, las brechas en el empleo se traducen en brechas en la pensión. «El efecto de la división sexual del trabajo que afecta al empleo (…) tiene su reflejo en las pensiones», inciden desde el sindicato.

Peores carreras profesionales, peores pensiones

Durante generaciones, pocas mujeres participaron en el mercado laboral, muchas padecieron la economía sumergida y, sobre

todo, tareas de cuidado no reconocidas ni remuneradas.

Las cuestiones que explican la brecha en las pensiones tiene que ver con una menor tasa de actividad femenina, con la contratación a tiempo parcial, el empleo temporal y la percepción de pocos complementos salariales (la mayoría siguen premiando a los varones actualmente).

La penalización por la maternidad y los cuidados ha tenido mucho impacto en las oportunidades laborales: las mujeres son relegadas aún a sectores y actividades menos valorados y remunerados. Promocionan menos y sus carreras de cotización son menos estables. A menor cotización y mayor precariedad, menor cuantía de pensión contributiva.

Pensiones de viudedad

En cuanto a las pensiones de viudedad, las cobran 2,15 millones de mujeres y algo más de 199.000 hombres. En este caso, la cuantía es superior para ellas (878,21 euros) que para ellos (596,41). Esta brecha se explica por los salarios más elevados de los hombres durante su trayectoria laboral.

Según CCOO, existe un volumen relevante de mujeres mayores de 65 años que no cuentan con pensión propia (por su exclusión del empleo formal) y que «probablemente dependerán económicamente de la pensión de jubilación del cónyuge por lo que, en su ausencia, la pensión de viudedad seguirá desplegando un ámbito de protección social imprescindible en las próximas décadas».

Aunque la foto fija devuelve un sombrío panorama, el ritmo de crecimiento de mujeres con derecho a pensión contributiva se intensifica, 10 puntos en una década según CCOO, y ya suponen el 45 % de las nuevas altas que se registran cada año.

Además, si se pone el foco en las nuevas altas, la brecha en las cuantías ronda el 21 %, en lugar del 32 %.

Las mejoras en las carreras de cotización de las mujeres trabajadoras tiene un impacto en esa reducción, pero Vidal hace hincapié en que España no se puede conformar con esperar a que la brecha en las pensiones se corrija con el tiempo, hay que incidir en reducir la otra brecha, la del mercado laboral, pero al mismo tiempo amortiguar las clamorosas diferencias existentes entre los y las pensionistas hoy.

«En las políticas sociales, laborales y económicas, las brechas existen. Ha llegado el momento de que seamos conscientes no sólo de que existen, también de que hay que paliarlas», defiende Vidal.

Medidas de la última reforma

En el acuerdo para la reforma de las pensiones se han incluido precisamente distintas medidas para paliar la brecha de género en este ámbito.

Una de ellas es que todos los casos de reducción de jornada o excedencia que estén vinculados al cuidado de hijos o familiares de hasta segundo grado se considerarán como cotizados al 100 % hasta los primeros tres años.

CCOO precisa que cada año reconocido como cotizado genera derecho a aproximadamente el 2 % de la cuantía de la pensión final, por lo que esto podría conllevar una mejora del 6 %.

También impactará en la brecha la nueva fórmula de integración de lagunas, que son periodos en los que no se ha podido cotizar, pero que al estar dentro del periodo de cálculo de la pensión el sistema computa computa con una base de cotización diferente a la real para que la cuantía de la pensión final sea más elevada. Por una parte, iguala la fórmula para personas a jornada completa o con contrato a tiempo parcial y fijo-discontinuo; y por la otra, establece que las mujeres con lagunas de cotización accedan a una mejora de la regla general.

Hay que recordar que son las mujeres las que más interrumpen su carrera profesional y las más empleadas a tiempo parcial.

Asimismo, se incrementa la cuantía del complemento para la reducción de la brecha de género en las pensiones. En concreto, un 10 % adicional a la revalorización anual de las pensiones en 2024 y 2025. Más de 400.000 pensiones tienen este complemento, cuyo importe es de 30,8 euros por hijo al mes y pasará a unos 36 euros en 2025.

Se ha establecido en el nuevo acuerdo una nueva garantía de suficiencia para las pensiones mínimas (dos tercios son para mujeres) y no contributivas (el 73 % para mujeres).

CCOO recuerda que el acuerdo prevé el incremento de las pensiones más bajas a partir de 2024: todas las pensiones mínimas y no contributivas se incrementarán en los próximos cuatro años en una cuantía superior a la inflación media que se utilizará como referencia para revalorizar todas las pensiones públicas y desde el próximo año, se equiparan las cuantías mínimas de la pensión de viudedad con cargas familiares con respecto a la evolución que tengan las pensiones de jubilación.

Por último, la nueva fórmula para calcular la cuantía de la pensión de jubilación permitirá elegir los mejores periodos de cotización, en lugar de vincularlo al periodo inmediatamente anterior a la fecha de jubilación, algo que beneficiará a las personas trabajadoras con carreras más inestables y, por tanto, incidirá en la brecha.

Vidal afirma que es un «acuerdo de pensiones de presente y de futuro para las mujeres» porque va a ayudar a que muchas mujeres pensionistas salgan de la pobreza y a garantizar la sostenibilidad del sistema.

 

 



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