26 May El vértigo persistente puede ser una señal de ictus o de otras patologías graves.
El 80% de la población ha sufrido algún episodio de vértigo en su vida.
Marta Vicente
Nuestro alrededor da vueltas, nos falta el equilibrio, nos cambia el color de la cara y notamos que todo se tambalea. Por suerte, al cabo de un par de segundos todo recupera su normalidad. Cuando nos encontramos ante una situación similar, puede que intentemos explicar que hemos sufrido un vértigo o mareo. Sin embargo, pese a que puedan parecer dos conceptos similares, tienen algunas diferencias. Los expertos de Quirónsalud Málaga (@quironsalud) alertan sobre la importancia de poner atención a estos síntomas ya que, en caso de ser persistentes, podrían ser indicios de enfermedades graves.
El 80% de la población ha sufrido algún episodio de vértigo en su vida y, a pesar de que la mayoría de los síntomas son leves, es un motivo de consulta frecuente por ser bastante molestos y porque pueden ser indicios de patologías importantes. Rafael Ruiz-Rico, jefe del servicio de Otorrinolaringología del Hospital Quirónsalud Málaga, explica que el vértigo es «un síntoma que se produce habitualmente debido a una alteración en el sistema vestibular, situado en el oído interno y que controla el equilibrio». Se suele confundir con un mareo, pero «tiene un gran impacto en la calidad de vida del paciente y puede ser causa de accidentes evitables e incluso puede estar detrás de una enfermedad grave», añade.
Síntomas
El doctor Ruiz-Rico apunta que los síntomas más habituales son:
- Náuseas
- Desorientación
- Dificultad en la marcha
- Sensación de desmayo
Asimismo, este especialista señala que es fundamental acudir a profesionales ante síntomas de vértigo o mareos recurrentes, severos, repentinos o prolongados. A pesar de que «los casos más comunes tienen una duración puntual, si estos síntomas persisten en el tiempo o son intensos, el paciente debe acudir a un profesional especializado o, incluso, si se trata de una crisis muy aguda, a Urgencias”, advierte, ya que puede ser señal de un ictus o algunas alteraciones neurológicas, entre otras patologías.
A su vez, el experto afirma que los vértigos se clasifican en periféricos o centrales en función de la localización de la enfermedad que los causa, de tal manera que «el vértigo periférico es el causado por la afectación del laberinto (oído interno) o del nervio vestibular (que lleva la información del equilibrio desde el oído interno al cerebro), siendo el más frecuente. Los pacientes suelen presentar pérdidas de audición, zumbidos y presión en el oído. Por el contrario, el vértigo central se debe a un trastorno del sistema nervioso, y el síntoma predominante es la inestabilidad, desequilibrio o inseguridad».
Ruiz-Rico expone que el tratamiento y diagnóstico del vértigo está dirigido, especialmente, «a evitar caídas de pacientes de edad avanzada, –que son accidentes que pueden estar vinculados a problemas de equilibrio– y a mejorar su calidad de vida, para demostrar o descartar mareos en medicina legal o para pruebas de pilotos o deportistas, entre otras».
Nueva Unidad de Vértigo y Trastornos del Equilibrio
Por todo ello, el Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Quirónsalud Málaga ha puesto en marcha la Unidad de Vértigo y Trastornos del Equilibrio, compuesta por un equipo multidisciplinar de otorrinolaringólogos, audiólogos, neurólogos y fisioterapeutas, para ofrecer al paciente un completo diagnóstico y tratamiento para sus problemas de vértigo, mareo o trastorno del equilibrio.
Debido a que la búsqueda del origen del vértigo es compleja, «la Unidad de Vértigo de Quirónsalud Málaga cuenta con todo tipo de pruebas para llegar a la razón de ser del problema y el mejor modo de tratarlo», informa el doctor Rafael Ruiz-Rico, responsable de la unidad.
Junto con el equipo humano, Quirónsalud ha provisto de equipos avanzados para el estudio y rehabilitación, con tecnología de vanguardia, como el vHit (video head impulse test), para el estudio de la función vestibular mediante el reflejo vestíbulo ocular; el otocalorímetro o test calórico para la valoración de la función de los canales semicirculares; así como para la rehabilitación del paciente.
Una de estas tecnologías es la prueba de posturografía, la cual permite detectar la estabilidad del paciente a través de una plataforma con sensores. Así lo explica el otorrino Nabil Solh, miembro del equipo: «Esta técnica nos permite la evaluación objetiva del control postural a través del estudio del movimiento del centro de presiones. Siempre es complementaria a una correcta evaluación clínica y nos permite conocer el estado funcional del paciente mediante el control del equilibro a través de información cuantificada sobre el funcionamiento de diferentes sistemas sensoriales, como son el visual, somatosensorial y vestibular».
Igualmente, «sus resultados contribuyen a orientar y seleccionar mejor un tratamiento, realizando un control de la eficacia de este e incluso a rehabilitar mediante técnicas de retroalimentación basadas en el déficit objetival en el paciente», añade Solh.
Quirónsalud presenta otro equipamiento de diagnóstico novedoso: el test de impulso cefálico videoasistido (vHIT). Esta prueba evalúa el reflejo vestíbulo ocular (VOR), el cual es fundamental para conocer la función vestibular periférica, así como para evaluar y diagnosticar el vértigo y los trastornos del equilibrio.
Manuel Conde, otorrino en Quirónsalud Málaga, explica cómo funciona el vHIT: «Al paciente se le ajustan unas gafas muy ligeras, en las que se incorpora un acelerómetro para detectar los movimientos de la cabeza y una cámara de alta velocidad para controlar el movimiento ocular. De esta manera, al paciente se le realizan unos movimientos cefálicos rápidos y de corta amplitud mientras mira a un punto fijo para poder comprobar la reacción ocular ante el movimiento. En una situación normal, cuando la cabeza gira a la derecha, el ojo gira en sentido contrario para no perder el enfoque. Cuando esto no ocurre, el paciente tiene claros síntomas de trastornos del movimiento, como visión borrosa, mareos o inestabilidad».
A continuación, Quirónsalud enumera las técnicas diagnósticas y rehabilitadoras con las que cuenta la unidad:
- Videonistagmografía
- Test de impulso cefálico videoasistido (vHIT)
- Pruebas calóricas
- Evaluación del equilibrio mediante posturografía computerizada
- Test de vertical subjetiva mediante dispositivo de realidad virtual
- Evaluación audiológica por un audiólogo
El proceso del paciente en la Unidad de Vértigo
El doctor Rafael Ruiz-Rico narra el proceso: «Lo primero que hacemos es una correcta evaluación del paciente, prestando especial atención a la limitación que el vértigo genera en la calidad de vida del paciente; y, a continuación, realizamos una minuciosa exploración otorrinolaringológica, es decir, de oídos, fosas nasales, boca y garganta (faringe y laringe)».
Asimismo, el paciente se somete a una exploración neurológica, una audiometría o estudio de la función auditiva y, en caso de ser necesario, una exploración específica del aparato del equilibrio localizado en el oído, conocida como prueba vestibular computerizada completa. Los profesionales pueden completar el estudio, si este lo requiere, con resonancia magnética nuclear o TAC (tomografía axial computerizada) del oído y el cerebro.
«Normalmente, la historia clínica y las exploraciones, junto con la audiometría y la prueba vestibular computerizada completa, suelen dar una idea precisa de la localización del vértigo, de su causa y del tratamiento adecuado a seguir. En caso de no ser así, el paciente será explorado adicionalmente por un neurólogo especializado en vértigo adscrito a esta unidad», señala el responsable de la unidad.
Tratamiento del vértigo
Desde Quirónsalud explican que la rehabilitación vesicular es una forma de terapia física enfocada al tratamiento del vértigo, mareo y desequilibrio. Esta terapia se compone del conjunto de técnicas que ayudan a conseguir que el funcionamiento del sistema del equilibrio vuelva a la normalidad tras haber sufrido una alteración.
Si la función del conjunto de sistemas que nos ayudan a sentirnos equilibrados se ve alterada, sucede la denominada compensación central: el cerebro normaliza la situación favoreciendo la actividad de los órganos que han resultado dañados o sustituyendo dicha actividad por otros mecanismos. Esto posibilita la reducción del mareo, vértigo o inestabilidad y la persona consigue reanudar las actividades cotidianas. En definitiva, «se trata de conseguir una mejora de la calidad de vida«, defienden los expertos.