El último tabú. Sexo a partir de los 60

El último tabú. Sexo a partir de los 60

No se limitan a cogerse de la mano. Los mayores también lo hacen. Con quien quieren y pueden. Como quieren y como pueden. el sexo en la vejez aún es tabú. Es hora de derribarlo.

09/01/2011 El País semanal

En España hay casi ocho millones de mayores de 65 años. El 28% son ancianos de más de 80. Más de la mitad viven con su cónyuge, pero el 38% son mujeres viudas, dado que la esperanza de vida es mayor para ellas (84,1 años) que para ellos (77,7). Las cifras proceden de la Encuesta de personas mayores 2010 del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso). Un informe que, por cierto, no dedica una línea a la sexualidad. La Encuesta de salud sexual 2009, último estudio nacional, no presta atención específica a los de «65 y +», como los denomina. Ni demógrafos ni políticos parecen tener tampoco especial interés en el asunto.

El 60% de los mayores de 65 años dice tener una vida sexual placentera, con una frecuencia media de cuatro contactos al mes, según un estudio de la Sociedad de Medicina de Familia. El 40% restante confiesa problemas para obtener satisfacción plena o haber renunciado al sexo: bien por esos problemas o, sobre todo las viudas, por falta de pareja. Hay, por tanto, más mujeres que hombres sexualmente inactivas en la vejez. Los datos coinciden con una encuesta publicada en el prestigioso New England Journal of Medicine en 2008. El 73% de los estadounidenses entre 57 y 64 años practican sexo. La cifra baja al 53% entre los 65 y los 75 años y cae hasta el 26% a los 85. «Aun así», concluye el estudio, «hay un importante número de personas que tienen relaciones vaginales, sexo oral o se masturban incluso a los 90».

Que la vida sexual se transforma con la edad es una evidencia. Hay factores fisiológicos objetivos. El desplome de los estrógenos tras la menopausia provoca en algunas mujeres sequedad vaginal y un descenso del flujo de sangre en los genitales que puede influir en una bajada del deseo, explica el ginecólogo Santiago Palacios, director del Grupo Europeo para el Estudio de la Menopausia. En los hombres, los factores hormonales no son tan determinantes, aunque la testosterona baja. El deterioro físico general y las enfermedades cardiovasculares como la hipertensión o la diabetes suelen provocar, además, un descenso de la capacidad y potencia de la erección, y cierta bajada de la libido, apunta Eduard Ruiz-Castañer, director del servicio de andrología de la Fundación Puigvert. En ambos sexos, el estado de salud, la calidad de la vida sexual previa, la comunicación con la pareja y la disponibilidad de intimidad influyen más que la edad en la satisfacción de los mayores. La sexualidad, coinciden Palacios y Ruiz-Castañer, evoluciona, pero no se extingue hasta la muerte.

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