04 May El temperamento infantil predice la personalidad más de 20 años después.
Daniel Pine, uno de los investigadores, explica que el estudio ha evaluado «el temperamento muy temprano en la vida, vinculándolo con resultados que ocurrieron más de 20 años después a través de diferencias individuales en los procesos neuronales».
EP
Los científicos que investigan cómo el temperamento da forma a los resultados del ciclo de vida de los adultos han encontrado que la inhibición del comportamiento en la infancia predice una personalidad reservada e introvertida a los 26 años, según un estudio, financiado por los Institutos Nacionales de Salud y publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’.
Para aquellas personas que muestran sensibilidad para cometer errores en la adolescencia, los hallazgos indicaron un mayor riesgo de trastornos de internalización (tales como ansiedad y depresión) en la edad adulta. El estudio proporciona evidencia sólida del impacto del temperamento infantil en los resultados de los adultos.
«Si bien muchos estudios vinculan el comportamiento de la primera infancia con el riesgo de psicopatología, los hallazgos en nuestro estudio son únicos», destaca Daniel Pine, autor del estudio y jefe de la Sección de Desarrollo y Neurociencia Afectiva del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos (NIMH)–. Esto se debe a que nuestro estudio evaluó el temperamento muy temprano en la vida, vinculándolo con resultados que ocurrieron más de 20 años después a través de diferencias individuales en los procesos neuronales«.
El temperamento se refiere a las diferencias individuales de base biológica en la forma en que las personas responden emocional y conductualmente al mundo. Durante la infancia, el temperamento sirve como la base de la personalidad posterior.
Un tipo específico de temperamento, llamado inhibición del comportamiento (IC), se caracteriza por un comportamiento cauteloso, temeroso y evasivo hacia personas, objetos y situaciones desconocidas. Se ha descubierto que es relativamente estable en la infancia y la niñez, y se ha descubierto que los niños con IC tienen un mayor riesgo de desarrollar desórdenes sociales y trastornos de ansiedad que los niños sin él.
Aunque estos hallazgos insinúan los resultados a largo plazo del temperamento infantil inhibido, solo dos estudios hasta la fecha han seguido a niños inhibidos desde la primera infancia hasta la edad adulta. El estudio actual, realizado por investigadores de la Universidad de Maryland, la Universidad Católica de América y el Instituto Nacional de Salud Mental, reclutó su muestra de participantes a los 4 meses de edad y los caracterizó para IC a los 14 meses (casi dos años antes que los estudios longitudinales publicados anteriormente).
Además, a diferencia de los dos estudios publicados anteriormente, los investigadores incluyeron una medida neurofisiológica para tratar de identificar las diferencias individuales en el riesgo de una psicopatología posterior.
Una investigación de 15 años
Los autores evaluaron a los bebés para IC a los 14 meses de edad. A los 15 años, estos participantes regresaron al laboratorio para proporcionar datos neurofisiológicos. Estas medidas neurofisiológicas se usaron para evaluar la negatividad relacionada con el error (ERN), que es una caída negativa en la señal eléctrica registrada desde el cerebro que ocurre después de respuestas incorrectas en tareas computarizadas. La negatividad relacionada con el error refleja el grado en que las personas son sensibles a los errores.
Una señal de negatividad más grande relacionada con el error se ha asociado con condiciones de internalización como la ansiedad, y una negatividad más pequeña relacionada con el error se ha asociado con condiciones de externalización como la impulsividad y el uso de sustancias. Los participantes regresaron a los 26 años para evaluaciones de psicopatología, personalidad, funcionamiento social y resultados de educación y empleo.
«Es sorprendente que hayamos podido mantenernos en contacto con este grupo de personas durante tantos años. Primero sus padres, y ahora ellos, siguen interesados e involucrados en el trabajo«, destaca el autor del estudio Nathan Fox, del Departamento de Desarrollo Humano y Metodología Cuantitativa de la Universidad de Maryland.
Los investigadores encontraron que IC a los 14 meses de edad predijo, a los 26 años, una personalidad más reservada, menos relaciones románticas en los últimos 10 años y un menor funcionamiento social con amigos y familiares.
A los 14 meses también predijo niveles más altos de internalización de la psicopatología en la edad adulta, pero solo para aquellos que también mostraron señales de negatividad relacionadas con errores más grandes a los 15 años. El IC no se asoció con la externalización de la psicopatología general o con los resultados de educación y empleo.
Este estudio destaca la naturaleza duradera del temperamento temprano en los resultados de los adultos y sugiere que los marcadores neurofisiológicos como la negatividad relacionada con el error pueden ayudar a identificar a las personas con mayor riesgo de desarrollar psicopatología internalizante en la edad adulta.
«Hemos estudiado la biología de la inhibición del comportamiento a lo largo del tiempo y está claro que tiene un profundo efecto que influye en el resultado del desarrollo», concluye el doctor Fox.
Aunque este estudio replica y amplía la investigación pasada en esta área, se necesita trabajo futuro con muestras más grandes y más diversas para comprender la generalización de estos hallazgos.