04 Jul El teléfono, un ‘arma’ contra la depresión
* Un 21% de los pacientes que recibieron terapia por teléfono, abandonaron
* El resultado llega a un 32,7% de los pacientes que acudían a consulta
* Internet o el teléfono no sustituyen al psicoterapeuta, es una herramienta más
Silvia R. Taberné | Madrid
‘Le escucho’. Con aquellas dos palabras Frasier Crane, el psiquiatra ‘snob’ protagonista de la serie ‘Frasier’, se convertía en la estrella de la radio a través de su programa de asistencia psicoterapéutica. La sitcom cómica estadounidense trataba en las figuras de sus protagonistas, Frasier y Niles, un debate que sigue de plena actualidad: la teleterapia frente a la clásica psicoterapia de consulta.
Para algunos especialistas, la imagen de los psicoterapeutas en sus consultas y sillones al estilo woodyliano está dando paso progresivamente a una terapia telefónica que busca aprovechar su carácter móvil y directo para llegar donde el paciente esté y, sobre todo, consolidar y ‘enganchar’ a aquel con problemas de depresión en el tratamiento psicoterapéutico de forma más eficaz que acudiendo a la consulta.
Por lo menos esa es la conclusión a la que han llegado varios investigadores de la Northwestern University (EEUU) según publican en ‘Journal of the American Medical Association’ (JAMA) tras realizar un ensayo aleatorio controlado de 325 pacientes con trastornos depresivos que siguieron un tratamiento de 18 semanas.
«Nuestro estudio encontró que la psicoterapia realizada a través del teléfono es altamente eficaz, ya que los que seguían esta forma de terapia conseguían completar esas 18 semanas en mayor medida que los que lo hacían cara a cara con su terapeuta», subraya David Mohr, autor principal del estudio y profesor de Medicina Preventiva en dicha universidad.
Ayuda para superar barreras
Para Mohr, la principal ventaja que se desprende de este estudio es que «gracias al teléfono se evitan ciertas barreras de acceso al tratamiento presencial con el terapeuta, entre las que se encuentra la falta de tiempo para trasladarse a la consulta o los desafíos emocionales, ya que una característica de la depresión es la falta de motivación para hacer cosas, entre ellas acudir al especialista. Esto lleva a que en muchas ocasiones se abandone la terapia».
Concretamente, según los datos de este estudio, un 21% de los pacientes que recibieron terapia cognitivo-conductual a través del teléfono abandonó la terapia; en contraste con el 32,7% que la dejó tras acudir unas pocas semanas a la consulta.
Precisamente, para Miguel Ángel Vallejo, catedrático de terapia cognitiva-conductual de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), la clave de los beneficios que explican este estudio se encuentra en la de superar las barreras. «Utilizar un teléfono o internet no es sustitutivo del trabajo de un psicoterapeuta, es simplemente una herramienta terapéutica más y tiene resultados positivos, por ejemplo a través del teléfono muchas personas se abren más a contar lo que les afectan. Además, muchas investigaciones lo avalan», explica.
Para Vallejo es importante recalcar que «las personas que usan este tipo de métodos son aquellas que reúnen una serie de condiciones concretas, ya sea problemas para acudir a la consulta, problemas emocionales, etc. Es sólo en estos casos cuando se echa mano del teléfono. No hay que alargar un problema más de lo necesario si se puede introducir a estos pacientes en programas pautados a través de teléfonos o internet para su mejoría y luego, cuando superen estas barreras pueden acudir a la consulta clásica», comenta. «Desgraciadamente, en España y en el resto de Europa, quitando Gran Bretaña, estos métodos todavía no están implantados y se quedan de momento relegados al ámbito científico».
Según el profesor Mohr, «estos datos son importantes, ya que está comprobado que las personas con depresión prefieren la psicoterapia a la medicación antidepresiva, pero si no hay un seguimiento de la terapia, si no se mantienen los pacientes, se pierden los beneficios, cosa que, según hemos comprobado, se consigue más vía telefónica que de forma presencial».
Así, «cerca de un 85% de los terapeutas estadounidenses ya utiliza el teléfono para alguna parte de sus servicios», explica este profesor.
¿Qué pasa con la transferencia?
«Pero en este estudio hay muchas lagunas», asegura a ELMUNDO.es José Félix Rodríguez Rego, presidente de la Asociación para el Fomento y Desarrollo de la Psicoterapia. «Lo primero que hay que tener en cuenta es que no todas las terapias son iguales y, lo que es más importante: ¿Dónde se habla en este estudio de conceptos tan fundamentales en psicoterapia como la transferencia y el encuadre?».
Para este psicólogo, ese encuentro emocional positivo que se desarrolla entre el paciente y el psicoterapeuta no se da vía telefónica. «Cualquier tipo de tecnología que se utilice para mediar entre médico y paciente en Psicología está mermando la relación humana necesaria que se ha de establecer y en ella es importante el entorno en el que se crea y, por supuesto, que sea cara a cara». Y en lo que Mohr ve un problema, este especialista rebate: «Se habla de los problemas emocionales para trasladarse a la consulta, pero es que el grado de motivación que impulsa al paciente a ir a ver a su terapeuta es también parte de su terapia», afirma este especialista.
¿Así que es mejor no utilizar el teléfono? «El teléfono sólo se utiliza en momentos puntuales de crisis. No se puede hablar de psicoterapia por teléfono, es más bien asistencia terapéutica puntual por teléfono». añade Rodríguez Rego.
De ahí, que entienda otro de los resultados que se da en este estudio. Aunque ambas formas de terapia muestren una mejoría equiparable al final del tratamiento, a los seis meses, los que seguían una terapia telefónica estaban tres puntos por encima más deprimidos que los que acudían al sillón del psicólogo.
Pero para Mohr o Vallejo, este resultado no es «significativo, ya que lo verdaderamente importante es saber el grado en el que han rehecho su vida», aunque entiende que «para algunas personas el contacto cara a cara con su terapeuta pueda ser en sí mismo una forma terapéutica que ayuda a mejorarles el ánimo. Los datos demuestran que la terapia telefónica también da sus frutos».
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